"Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás"...
Esta reflexión la comencé a preparar hace mucho tiempo, cuando sentí que el final estaba cerca, quizás con la intención de dejar plasmados los pensamientos y sentimientos que abrigaba dentro de mi en esta exigua existencia... escribo en mis últimos momentos para drenar mi dolor, para enfrentar mi final con aceptación y con mucho agradecimiento principalmente con Dios, con mi Señor Jesúcristo misericordioso y bondadoso... sin lugar a dudas queda dentro de mi algo de resentimiento conmigo mismo y con las circunstancias que me ha tocado vivir, me esfuerzo cada día en desechar y eliminar tal resentimiento, no es fácil la tarea en medio de tanto dolor, físico y emocional... pero sigo intentando ser una mejor persona, esforzándome en dejar atrás esas cargas innecesarias y negativas, tratando de que sobre esta mezcla de sentimientos, emociones y afecciones prevalezcan la paz interna, el agradecimiento, la aceptación clara y serena que ante mi actual situación de miseria y desolación, de un ser humano enfermo, hambriento, adolorido, carente de afecto, abandonado... la muerte solo será un gran alivio para todos mis pesares.
la
Muerte que podría ser un anhelado descanso para el hombre cansado, no es
solamente un descanso, sino una resurrección, una nueva vida, un nuevo
comienzo. Una nueva puerta se abre, la muerte es Dios...