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lunes, 27 de febrero de 2012

El 27 de Febrero de 1989 - Recordando aquellos trágicos sucesos...

El Caracazo 28 años después... 

Un "Deja Vu" !!!

El Caracazo o Sacudón fue una serie de fuertes protestas y disturbios durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez, que comenzó el día 27 de febrero y terminó el día 28 de febrero de 1989 en la ciudad de Caracas, e iniciados realmente en la ciudad de Guarenas, cercana a Caracas. El nombre proviene de Caracas, la ciudad donde acontecieron parte de los hechos, recordando a otro hecho ocurrido en Colombia el 9 de abril de 1948; el Bogotazo. La masacre ocurrió el día 28 de febrero cuando fuerzas de seguridad de la Policía Metropolitana (PM) y Fuerzas Armadas del Ejército y de la Guardia Nacional (GN) salieron a las calles a controlar la situación.

Contenido 

Antecedentes

La economía venezolana cayó a partir del endeudamiento que generó el país después del "boom" petrolero en los 70. A partir de ese momento, comenzó una caída paulatina a medida que el Estado venezolano aumentaba su recaudación y gastos. Esto causó una devaluación de la moneda en 1983. A partir de entonces las políticas económicas de los gobiernos de Luís Herrera Campíns y Jaime Lusinchi no fueron capaces de frenar las espirales inflacionarias, generando desconfianza en las inversiones y pérdida de credibilidad en la moneda nacional. Algunas de las políticas que emplearon estos gobernantes fueron controles de cambio a través de RECADI (Luis Herrera Campins) y un control de precios (Jaime Lusinchi), medidas que devinieron en corrupción administrativa y mercados negros de divisas y bienes. Estas situaciones incrementaron la desinversión privada, generando una escasez gradual.



El gobierno de Carlos Andrés Pérez buscó dar un cambio al liberar la economía, a través de un programa de ajustes macroeconómicos promovido por el Fondo Monetario Internacional (FMI), al que se le llamó "Paquete Económico", concebido para generar cambios sustanciales en la economía del país. Se anunciaron medidas de aplicación inmediata y otras de aplicación gradual en plazos breves. El paquete comprendía decisiones sobre política cambiaria, deuda externa, comercio exterior, sistema financiero, política fiscal, servicios públicos y política social. Sin embargo, la liberación de precios y la eliminación del control de cambio generó un reajuste sumamente brusco para las personas de menores ingresos.
Las principales medidas anunciadas fueron:
  • Someterse a un programa bajo supervisión del Fondo Monetario Internacional con el fin de obtener aproximadamente 4500 millones de dólares en los 3 años siguientes.
  • Liberación de las tasas de interés activas y pasivas en todo el sistema financiero hasta un tope temporal fijado en alrededor del 30%.
  • Unificación cambiaria con la eliminación de la tasa de cambio preferencial.
  • Determinación de la tasa de cambio en el mercado libre de divisas y realización de todas las transacciones con el exterior a la nueva tasa flotante.
  • Liberación de los precios de todos los productos a excepción de 18 renglones de la cesta básica.
  • Anuncio del incremento no inmediato, sino gradual de las tarifas de servicios públicos como teléfono, agua potable, electricidad y gas doméstico.
  • Aumento anual en el mercado nacional durante 3 años de los precios de productos derivados del petróleo, con un primer aumento promedio del 100% en el precio de la gasolina.
  • Aumento inicial de las tarifas del transporte público en un 30%.
  • Aumento de sueldos en la administración pública central entre el 5 y el 30% e incremento del salario mínimo.
  • Eliminación progresiva de los aranceles a la importación.
  • Reducción del déficit fiscal a no más del 4% del producto territorial bruto.
  • Congelación de cargos en la administración pública.
Fue en el gobierno del entonces presidente Pérez, cuando se decide poner en práctica de manera inmediata el paquete de ajuste y de medidas económicas, financieras y fiscales. La creciente desaprobación de la gestión del Presidente Pérez, la ruptura con el partido Acción Democrática, la falta de nuevos liderazgos, tuvo como consecuencia que el paquete de medidas fuera rechazado.
El 26 de febrero el ministerio de Energía y Minas anuncia el alza en 30% de los precios de la gasolina y el incremento de las tarifas del transporte público urbano e inter-urbano también en un 30% a partir del 27 de febrero, válido para los 3 meses siguientes, después de los cuales podrían aumentarse hasta el 100%.
Las medidas económicas y sociales impuestas por el gobierno y la creciente tasa de pobreza, originaron la masacre y la ola de violencia llamada como el "Caracazo".




Protestas y saqueos

Las protestas se iniciaron en Guarenas (ciudad ubicada a 15 km al este de Caracas), la mañana del 27 de febrero de 1989, también se desatan los saqueos y la violencia en Caracas, la gente de escasos recursos de la capital, en zonas populares como Catia, El Valle-Coche y Antímano, toman el control de las calles. Los canales de televisión transmitían en vivo los hechos, al principio en los sectores populares había protestas pacíficas, pero ante el descontrol y la ineficacia de los cuerpos de seguridad, se producen más enfrentamientos, motines y protestas, cada vez tornándose de forma más violenta.[1]




En horas de la tarde, había problemas en casi todos los barrios y urbanizaciones de Caracas, los comercios habían cerrado y el transporte público no prestaba servicio.
En los días siguientes, los medios de comunicación mostraron imágenes que permitieron ver la magnitud de los saqueos. Durante muchos meses se discutió cómo pudo acontecer algo tan violento en Venezuela.
Protestas violentas también se originaron en otras ciudades como La Guaira, Maracay, Valencia, Barquisimeto, Mérida y Ciudad Guayana.



Desbordado por los saqueos, el Gobierno declaró el toque de queda, militarizó las ciudades principales y aplastó las protestas con violencia desmesurada. En la ciudad de Caracas se activó el "Plan Ávila", el cual confería al Ejército la custodia de la ciudad, habilitándolos para el uso de armas de guerra al momento de contener las manifestaciones. Algunos utilizaron armas de fuego para defenderse o atacar a los militares, pero las muertes de policías y militares fueron incomparables con las muertes de civiles.



Hay un número de muertos, calculado según las fuentes, entre 73 y 100 muertos, enormes pérdidas materiales y miles de heridos. Fuentes extraoficiales señalaron que el número de muertos fueron de 400. La represión fue especialmente dura en los barrios pobres de la capital.[2]



El poder ejecutivo suspendió las garantías constitucionales. Durante varios días la ciudad vivió sumida en el caos, las restricciones, la escasez de alimentos, la militarización, los allanamientos, la persecución política y el asesinato de personas inocentes.


Consecuencias

La consecuencia evidente del Caracazo fue la inestabilidad política. El programa de gobierno fue modificado durante ese mismo año tras los hechos. El 7 de marzo se decreta la liberación de precios. Se acelera el proceso de descentralización con la primera elección directa de Gobernadores y Alcaldes celebrada en diciembre de 1989.



En 1992 se producen dos intentos de golpe de estado, uno en febrero y otro en noviembre.

Ese mismo año el Presidente Carlos Andrés Pérez es acusado de corrupción y apartado del cargo, asumiendo la Presidencia por decisión del Congreso Nacional (Actual Asamblea Nacional) Ramón J. Velásquez, quien es sucedido por Rafael Caldera tras la convocatoria electoral de 1994. Hugo Chávez, uno de los organizadores de la primera intentona golpista de 1992, es declarado culpable de dirigir la rebelión militar, siendo encarcelado y luego Sobreseído por el Presidente Rafael Caldera, tras lo cual gana las elecciones presidenciales celebradas en 1998.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó la actuación del gobierno. El Estado se comprometió a indemnizar a las víctimas, hecho cumplido parcialmente en el año 2004 con aquellas víctimas representadas por la organización de derechos humanos Cofavic.[3] Sin embargo, a finales de 2006 el gobierno del Presidente Hugo Chávez, a través del Ministerio del Interior y Justicia, anunció mecanismos para indemnizar también a las víctimas que no tuvieron acceso a la Corte Interamericana.[4]
En 2005 se estrenó en los cines venezolanos "El Caracazo", una película dirigida por Román Chalbaud, cuyo argumento está basado en los sucesos del mismo.


Cifras

  • Muertes: Cifra Oficial:La cifra real de muertos en el “Caracazo”, que oscila entre 300 y 3.000, según diversas fuentes, sigue siendo una incógnita de la historia reciente venezolana.
  • Pérdidas Materiales: Negocios asegurados en Caracas: Bs. 3.073.862.416,03. Negocios no asegurados en Caracas: Se estiman más de 3 mil millones de Bolívares.
  • Locales Saqueados en Caracas: 900 Bodegas, 131 Abastos, 95 Ferreterías, 62 Papelerías, 850 Negocios de Mercancía en General.
  • Incendios en Caracas: 154

 Personajes

 Referencias


De Wikipedia, la enciclopedia libre

FUENTE: http://es.wikipedia.org/wiki/Caracazo
IMAGENES: Google


Inflación mensual superior a 21% atizó el Caracazo

La eliminación de controles, el aumento en el precio de la gasolina y de 30% en las tarifas del transporte público causaron el caos...


Hubo un día de febrero de 1989 que los precios crecieron de tal manera que la tasa de inflación mensual dio un salto superior a 21%. De manera simultánea ese mes entró en vigencia un conjunto de medidas ­calificadas de shock por expertos­ que comprendía la eliminación de los controles de precio y de cambios establecidas seis años antes, una devaluación por el orden de 160% para las mayoría de los productos importados, la liberación de las tasas de interés, el incremento del precio de la gasolina y la subida de 30% en las tarifas del transporte público.
El brusco aumento en los precios de bienes y servicios, si se compara con la inflación mensual de años anteriores no mayor a 3%, se convirtió en una de las causas de los disturbios del 27 de febrero, sobre todo por el alza que se dieron en las tarifas de camionetas por puesto y autobuses.
"No quedaba alternativa que adoptar un conjunto de medidas que tuviera un elevado costo social, pero formaban parte del programa de ajustes macroeconómicos cuya aplicación se consideró indispensable para restablecer el equilibrio de las principales variables económicas", explica el economista José Toro Hardy al indicar los alcances de "El Paquete", como popularmente se llamó a lo que oficialmente se bautizó como El Gran Viraje.
Pobres contra ricos
El segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez heredó de su compañero de partido Jaime Lusinchi una economía marcada por cifras negativas desde el punto de vista fiscal y financiero, que hacían inviable mantener los controles: un déficit en las cuentas públicas de 75 millardos de bolívares, una caída de las reservas internacionales netas superior a 50% en 3 años para cerrar a finales de 1988 en un mínimo de 6,6 millardos de dólares, y un saldo en rojo en la gestión de Pdvsa y del Fondo de Inversiones de Venezuela (hoy Bandes) por 16,5 millardos y 6,6 millardos de bolívares, respectivamente.
"Correspondía al propio presidente Pérez darle el respaldo necesario a las políticas que estaba dispuesto a aplicar", señala Toro Hardy. "Pérez falló al no comunicar y convencer a la dirigencia nacional de lo que se pretendía; como resultado de ello, los partidos ­comenzando por Acción Democrática­ rechazaron el paquete hasta minar el piso político", añade.
El 2 de febrero de 1989, el presidente Pérez en su discurso de investidura dio indicios de que su segundo gobierno sería 180 grados distinto al primero, pero la población que lo eligió percibía que volvería a las prácticas populistas y estatistas que caracterizaron su gestión entre 1974 y 1979.
En los días posteriores a los disturbios se dio a conocer que el mandatario había asegurado que los hechos de febrero fueron "una reacción de los pobres contra los ricos", y se pensó que frente a la coyuntura emprendería una reversión del paquete que se comenzó a aplicar el 16 de febrero de 1989.
No obstante, Pérez negó que hubiera hecho esa afirmación.
"Jamás dije que el 27 de febrero había sido una guerra de pobres contra ricos como lo publicó un diario", declaró el ex mandatario a los periodistas Ramón Hernández y Roberto Giusti, quienes lo entrevistaron para el libro Carlos Andrés Pérez: Memorias proscritas.
"En el Consejo de Ministros siguiente al 27 de febrero todos esperaban que yo echara atrás las medidas", comenta Pérez en ese testimonio. "Reflexioné mucho sobre lo que teníamos que hacer. Me di cuenta de que no podía retroceder, que era indispensable seguir adelante", añade.
Tigres y minotauros
El gabinete económico que designó Pérez mayoritariamente estaba formado por profesionales que no venían de la bancada adeca, ni siquiera eran políticos.
En su mayoría provenían del mundo académico y empresarial. Uno de ellos era Moisés Naim, quien dejó el IESA para encabezar el Ministerio de Fomento, con la tarea de desmontar el control de precios.
Naim estuvo por algo más de un año en el cargo. Ya viviendo en el exterior, en 1993, se encargó de documentar en el libro Tigres de papel contra minotauros los alcances y objetivos que se pretendían con El Gran Viraje y las fallas que se cometieron, comenzando por los errores u omisiones que hubo por parte de las autoridades con el incremento en las tarifas de transporte colectivo, que terminarían por detonar las primeras protestas del 27 de febrero de 1989.
"El Gobierno falló en comunicar de manera oportuna y efectiva los detalles precisos de las medidas que se estaban tomando y la razón de por qué se estaban adoptando", señala Naim. "La cobertura en vivo de los medios de comunicación de los incidentes estimuló la participación popular en los saqueos, y la escalada de la violencia en las protestas se vio agravada por la demora del Gobierno en responder, incluso después de que la situación estaba claramente fuera de control", agrega.
Estos disturbios han pasado a convertirse en una referencia para los gobiernos subsiguientes al de Pérez cuando se dan cuenta de que deben adoptar medidas de ajuste.
"Los programas de shock tuvieron su momento porque provenían de los acuerdos que se firmaban para obtener un financiamiento del Fondo Monetario Internacional y corregir los desequilibrios económicos que pudiera afrontar un país", explica Ronald Balza, investigador del Instituto de Estudios Económicos y Sociales del UCAB. "En la actualidad, los organismos multilaterales reconocen la necesidad de que exista gradualismo para que una reforma sea viable porque en el pasado los ajustes de shock no lograron la recuperación económica", indica.
La tendencia mayoritaria en Venezuela ha sido retrasar ajustes, privilegiar el gradualismo y evitar el shock, con la sola excepción del plan de abril de 1996, durante la segunda presidencia de Rafael Caldera. En esa oportunidad, si bien se repitió una receta similar a la de febrero de 1989: eliminación de controles de precios y de cambio, devaluación de 62% y un alza en la tarifa de los combustibles, dentro del programa llamado Agenda Venezuela se previó un plan de comunicación que se inició casi dos meses antes, y en el ajuste se mantuvo el subsidio al transporte público y se agilizaron los desembolsos de programas sociales compensatorios.
El gobierno de Hugo Chávez no se ha visto en la necesidad de grandes ajustes gracias al repunte que han tenido los ingresos petroleros en los últimos 9 años. Anualmente se han dado incrementos puntuales en los precios de bienes y servicios, el precio de la gasolina está igual desde hace 13 años, desde 2003 hay una política de control de cambio, precios y tasas de interés; y en 9 años se han realizado 4 ajustes del tipo de cambio que totalizan una devaluación acumulada de 168,75%.

Por Andrés Rojas Jiménez, http://www.el-nacional.com/www/site/p_contenido.php, actualizado: 27/02/2012
FUENTE: http://noticias.latam.msn.com/ve/venezuela/articulo_elnacional.aspx?cp-documentid=32620777

BONUS TRACK: CANCIÓN MANSA PARA UN PUEBLO BRAVO - ALI PRIMERA

3 comentarios:

  1. En este año 2017 a 28 años de aquellos trágicos eventos nos encontramos en una situación económica, política y social muy comprometida... tal vez en un escenario diferente pero no por ello menos preocupante y angustiante. La inflación acumulada ronda el 600 % y el desabastecimiento de alimentos y medicinas genera un gran malestar en la gran mayoría de la población. Es urgente aplicar los correctivos necesarios que permitan aumentar la gobernabilidad eficiente y por ende "la mayor suma de bienestar posible" pues de lo contrario pareciera que nos dirigimos a un escenario mucho peor del que vivimos en 1989. Que Dios nos ampare o en su defecto "que nos agarre confesados"...

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  2. En este año 2019, estamos bajo un régimen comunista incapaz y fracasado que nos ha colocado en un abismo de hambre y miseria, con una hiperinflación desbocada que se aproxima a 3.000.000 por ciento (%) (solo superada por el Zimbabue de Robert Mugabe en el año 2008-2009), con una tasa cambiaria que supera los 3.000,00 Bs. soberanos por Dolar USA (que equivalen a 300.000.000.000,00 de Bs. de 1989 por $1), en dónde los precios se incrementan diariamente (o minuto a minuto), sin ningún control por parte de los organismos que deberían velar por los consumidores, donde enfermarse se traduce en sufrimiento y eventualmente en muerte; estamos en un país con la paz social y la integridad seriamente comprometidas, vivimos en una pugna interna constante que ahora toma carácter internacional en detrimento del ciudadano común que sufre y padece en carne propia de toda este coas y tragedia.

    Peor imposible…

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  3. Tal vez todo este malestar social comenzó a gestarse el 18 de febrero de 1983 en aquel “viernes negro”...
    Puedes leer más en el siguiente enlace: https://victorresvg.wordpress.com/2019/02/18/18-de-febrero-de-1983-aquel-viernes-negro/

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Un abrazo de luz y muchas bendiciones.
Namasté