SER+POSITIVO
La
interrupción voluntaria de la vida es provocada por diversas
razones, cada una con sus consiguientes efectos.
Antes
de encarnar escogemos las condiciones de vida así como los retos y
obstáculos que habremos de pasar con el objetivo de desarrollar
nuestro potencial divino de crear y con ello superarlos para devenir
más fuertes espiritualmente y así elevarnos en la escala evolutiva.
Esos obstáculos están diseñados para desapegarnos de la materia
física, ya que lo que sentimos que nos da seguridad como el dinero,
la pareja, el estatus social, la belleza, la aceptación del mundo no
es más que ilusión. Cada situación que se presenta trae el
aprendizaje de alguna virtud que nos propusimos adquirir antes de
sumergirnos en el mundo físico.
En
el transcurso de la vida vamos sorteando las dificultades con más o
menos éxito, pero hay quienes rechazan absolutamente lo que se
propusieron por encontrarlo demasiado difícil. Es entonces cuando
deciden terminar con su vida de manera abrupta y voluntaria...
En
la mayoría de los casos el suicidio provoca mucha culpa y
remordimientos, aunque no castigo, éste no existe en ningún caso.
Los remordimientos surgen en el individuo al comprender que fue un
acto de cobardía por no haber tenido el valor de enfrentar y
sobrellevar las circunstancias adversas que se le presentaron, además
por el dolor y a veces la vergüenza que infligieron a sus familiares
debido a su acción insensata.
A
continuación el caso de un alma a la que ayudé a encontrar la Luz
que ilustra esta situación.
- Me tenía hasta el colmo la situación en la que vivía. Necesitaba dinero y no lograba ganarlo, me enfurecía de cualquier cosa porque me sentía humillado ante mi fracaso como esposo, como padre y como proveedor. Esto me provocaba depresiones, hasta que ya no pude más y tomé la decisión estúpida de quitarme la vida. Esta última idiotez no me la perdono porque puedo ver desde aquí el dolor de los que dejé, aunado a la vergüenza que provoqué con mi insensatez.
- No sé qué hacer porque esperaba acabar con la vida y no lo logré. Sigo vivo y lleno de remordimientos por no haber tenido las agallas de continuar luchando, ya que desde aquí, hubiera podido salir adelante si hubiera trabajado de otra manera sin esperar que las cosas se solucionaran solas en lugar de buscar soluciones alternativas.
Le
pedí que buscara la luz y que se perdonara, que le esperaba una vida
llena de amor y armonía.
-Me
dices que busque la Luz y creo que no la merezco por lo que hice. Me
pides que me perdone pero eso me parece imposible. Ayúdame a salir
de este tormento en el que me encuentro.
Después
de convencerlo de que no hay ningún castigo por lo que hizo, se
liberó al fin diciéndome:
- Veo ya la Luz y me dirijo hacia ella, me cubre con mucho amor y perdón, empiezo a entender muchas cosas que no comprendía cuando estaba allá. Gracias por ayudarme, es cierto que no existe castigo alguno, sólo el amor inconmensurable de quien nos creó.
Cuando
el suicidio es provocado con el objetivo de salvar otras vidas no
crea remordimientos, ya que se trata de un acto valeroso de
generosidad. Éste es un acto loable y el alma se ve recompensada por
su valor.
Quien
se quita la vida en el curso de una enfermedad terminal para acabar
con el insoportable sufrimiento que le provoca, generalmente no tiene
arrepentimiento pues se siente liberado del dolor. No obstante, a
veces se encuentra desorientado porque creyendo acabar con la vida,
se encuentra vivo pero sin cuerpo, lo que le causa angustia al no
saber a dónde dirigirse. Sin embargo, siempre se les ayuda a
encontrar su camino.
El
caso del que se suicida para evitar la deshonra de la familia, es
provocado por una idea de generosidad, pero también causa
remordimientos por los hechos deshonestos que motivaron ese
desenlace.
Cuando
se tiene la creencia de que no se debe aceptar ninguna derrota (en la
guerra, por ejemplo) porque se pierde el honor, para recuperarlo sólo
existe como solución el suicidio, ya que no se puede seguir viviendo
con deshonra. Cuando estos sujetos llegan al astral se dan cuenta de
que han cometido un error al quitarse el don de la vida y comprenden,
después de un tiempo, que lo que se entiende por honor en ese caso,
no es más que orgullo.
Hay
ocasiones en que el objetivo de suicidarse es por huir de alguna
circunstancia que los pone en peligro de perder la vida o la
libertad. He aquí un ejemplo en el que el individuo mató a su mujer
y después se suicidó ahogándose en su piscina.
- Siempre me dijeron que habría un castigo para el asesino y el suicida y esto no es precisamente un castigo. Convengo en que no es de lo más agradable, pero puedo ir a donde me plazca y veo a quien se me da la gana. ¿Quién eres tú que pareces poder comunicarte con este mundo de los llamados muertos, porque muertos no estamos, sabes?
- Lo que hice fue porque ya no soportaba más la insolencia de mi mujer que me amenazaba con dejarme y al mismo tiempo no hubiera soportado estar encarcelado, así que opté por morir yo también. ¿Quieres saber cómo me fue en mi muerte? No tan mal, al principio había un espacio cuando no puedes respirar se siente angustia, pero pasa rápido porque pronto se pierde la conciencia.
- Me encontré en un lugar donde no se ve nada, sólo bruma y mis pensamientos fueron de mucha tristeza, porque creía acabar con mi vida pero sólo la terminé en el mundo físico y sigo aún vivo sin saber qué hacer ni a dónde ir. ¿Tú sabes algo de eso?
Después
de insistirle en que buscara la Luz, se liberó así:
- Esa luz se agranda y se vuelve más brillante, me cubre y siento la gloria, el amor que nunca conocí, la sabiduría y el perdón de ese Dios que nunca creí que existiera. Veo mi vida llena de soberbia y egoísmo y el amor y el perdón de lo Alto. Ya llegué al mundo que me describiste y he descubierto que Dios sí existe.
Aquí,
otro caso similar de quienes quisieron evitar la cárcel. Un sujeto
engañaba a su esposa con la secretaria y además le robaban dinero.
Ella los descubrió y los denunció a la justicia, por lo que
decidieron suicidarse esperando vivir para siempre juntos. Estaban en
esa casa creyendo que les pertenecía y se dedicaban a provocar miedo
y molestias a los que vivían allí.
- Desde cuando me vas a dar órdenes, tú que ni siquiera me conoces y que no sabes lo que nosotros vivimos. Es cierto, fuimos amantes desde que teníamos cuerpo, pero como las cosas se pusieron difíciles con mi esposa, decidimos suicidarnos juntos para estar siempre juntos y lo hemos logrado pues vimos morir a todos los que conocíamos y ahora estamos solos si no fuera por los intrusos que se creen dueños de mi casa, diles que se vayan.
Le
contesté que ya no debían estar en ese plano donde no hay más que
oscuridad y frío, que en su actual estado les correspondía un mundo
de paz y armonía, con sólo desear ver la luz de Dios.
- Si Dios existe nos mereceríamos un castigo por lo que hicimos y si ese mundo existiera ya estaríamos allí. No te creo porque Dios no existe.
Tuve
que insistir y enviarles energía amorosa para que fueran a la Luz.
- Ya se abrió una luz incandescente y creo que vamos a ella porque emana paz, amor, perdón, sí, es algo sumamente agradable, vamos de la mano, nos esperan nuestras gentes que nos llaman con mucho amor, no hay ningún reproche de su parte. Es algo maravilloso, esta luz nos llena de felicidad es cierto que Dios existe, esto no puede venir más que de un Ser Superiorísimo, vamos a Él. Dejamos el lugar en donde no fuimos felices, es lo que yo creo que llaman el Infierno.
El
que se quita la vida para provocar la muerte de otros, con la
creencia de que ese acto lo llevará al Paraíso por haber matado a
los que llama “enemigos”, cuando sale del cuerpo ve el daño que
causó. Como ya sin cuerpo el alma entiende mejor las verdades
espirituales, no ve la Luz porque se hunde en la oscuridad que
provoca su acción tan contraria al amor. Sus remordimientos lo
acompañan porque se da cuenta del dolor que causó y le causan mucho
sufrimiento. No hay ningún castigo por esta acción y poco a poco,
con la ayuda de seres de luz, el alma va cambiando sus pensamientos
de culpa por el deseo de ir a Dios y finalmente ven la Luz.
Generalmente,
el suicidio es un acto de rebeldía hacia lo que nos tocó vivir y
que nosotros mismos escogimos. Es la interrupción de la experiencia
que nos propusimos vivir con anterioridad. Una vez que se llega al
Astral el alma se da cuenta de que desperdició la oportunidad que se
le había dado al otorgársele la posibilidad de tener una vida en la
materia para superarse y avanzar en su evolución. Entonces buscará
otra vida para acabar lo que quedó inconcluso en la que se le
presentará un obstáculo muchas veces más difícil de superar.
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Un abrazo de luz y muchas bendiciones.
Namasté