Mi fortaleza física y mental se hace cada día más escasa, mi autoestima en su nivel más bajo va mermando con el paso de los días y el incremento de los insultos y vejaciones por parte de la dueña de la casa, quién de una manera desconsiderada, agresiva, soez y desproporcionada arremete contra mi persona a cada momento.
Ya no trato de buscar alguna explicación a todo esto que me sucede pues de una mente enferma y disociada es impredecible todo lo que pueda surgir de ella.
En algún momento traté de dialogar con ella para hacerle ver lo que está haciendo conmigo, una persona de la tercera edad con una enfermedad catastrófica, sin hogar y sin familia, sin recursos económicos, en pocas palabras un desahuciado en declarada indefensión y minusvalía... incluso apelando a los recuerdos y las vivencias de casi 20 años viviendo juntos como un matrimonio establecido y a toda una vida que tengo de conocerla (por ser prima), pero eso solo hace que se enfurezca más o que solo se ría a carcajadas como una enajenada mental cuando me atrevo a recordar algo que vivimos o compartimos y ella se burla de manera eufórica alternando carcajadas de burlas con gestos despectivos y muy agresivos (tipo malandro) con palabras soeces para desacreditar todo lo que afirmo...
Por ejemplo cuando le digo que toda mi solidaridad hacia ella fue por respeto y amor, ella me responde entre sonoras carcajadas que todo lo que yo le dí y lo que hice a favor de ella lo hice porque soy un "huevón" (gilipollas) y sigue riéndose con sorna de manera diabólica. Que se puede esperar de un ser de tan baja calaña...