EL REGALO MÁS GRANDE Y HERMOSO QUE HE RECIBIDO EN MI LARGA VIDA.
Después de intercambiar algunos mensajes por el messenger (DM) de IG gracias a la decidida y valiente iniciativa que tomó mi hija una vez que ella así lo considero, cuando sintió que ya era el momento para dar ese paso, de contactarme por esa vía dejando abierta la posibilidad de cambiar impresiones, de “conversar” (escribirnos), de “acercarnos” de conocernos, de responder preguntas... algo que yo anhelaba y deseaba desde el mismo momento en que nos separamos aquel desdichado 21 de enero de 1999
Algo que yo nunca tuve la valentía de hacer por temor, por miedo a escuchar cosas que aún siendo ciertas y valederas, me aterraba recibirlas de una persona de mi misma sangre, que quiero con todo mi corazón y que me resistía a “perderla” definitivamente y para siempre, me negaba a esa catastrófica y aterradora posibilidad, me daba pánico y terror recibir el rechazo y el repudio (con sobradas razones) de esa bebecita que había tenido en mis brazos y posado sobre mi pecho muchas veces veinticuatro (24) años atrás y ahora ya convertida en toda una bella y radiante señorita, inteligente, sensible, bondadosa, madura y sobre todo valiente y decidida, me escribía para abrir el canal de comunicación que yo nunca me atreví a tocar, más que un tímido intento realizado hace seis (6) años atrás por intermedio de su madre, que no llegó a cristalizar más que en la sentencia (como excelente jurisconsulta, penalista y profesora que es) clara y definitiva, en su afirmación cuando me dijo que “no me preocupara que su hija había sido formada con sólidos valores y principios y que llegado el momento ella (mi hija) sabría enfrentar y afrontar esa posibilidad de acercamiento”... y tal como lo expresó la doctora-mamá, así se cumplió este 11 de agosto de 2022 cuando para mi, por ser el día de mi cumpleaños considero haber recibido “El regalo más bello y más valioso del mundo”