Estamos oficialmente entrando en el lapsus llamado “vacaciones escolares” donde los padres somos aún más esclavos. No solo tenemos que seguir cumpliendo con nuestras obligaciones de trabajo, sino que además tenemos que llevar, traer, recoger, llevar, traer, entretener y además “agradecer” que por fin estamos de vacaciones….
Si el costo del pasaje era impagable, si se te acabó el cupo de Cadivi o si sencillamente no planificaste nada para estas larguísimas vacaciones, aquí te doy unos consejitos para sobrevivir a las vacaciones escolares:
• No confundas tus necesidades con la de tus hijos. Ellos no necesitan ir a ver la Torre Eiffel, esa eres tú. Estarán conformes y agradecidos en la medida en que tú lo estés y des el ejemplo.
• ¡Déjalos dormir lo que quieran! Ese es el principal detalle que distingue vacaciones de rutina.
• A la hora que se levanten, nunca les omitas el desayuno. Es la comida más importante del día.
• No te desgastes haciendo “cronogramas de actividades”. Dale cabida a la espontaneidad y a la flexibilidad de horarios.
• No les enseñes a tus hijos que de ti depende su diversión o su aburrimiento. De su actitud y creatividad depende en gran parte pasarla bien.
• Invita a sus amigos a tu casa y luego llévalos a casa de sus amigos.
• Haz cosas que no sueles hacer en la rutina diaria y que los haga sentir agasajados. Si encuentras harina y mantequilla, hazles un ponqué para que lo compartan con sus amigos.
• Cuida la alimentación de tus hijos como haces siempre, pero flexibiliza el menú con cosas divertidas. Refuerza tu despensa con cotufas, tu nevera con gelatina y tu freezer con pizza para la cena.
• Involúcralos en las actividades de la casa. Que ayuden a lavar los platos y hacer las camas para luego salir en la tarde a comer helado o ir al cine.
• Hacerlos partícipes de las “tareas cotidianas” no es abusar de ellos. Es una lección que no podrían aprender mientras están en el colegio.
• ¡Rescata los torneos de juegos de mesa! Nada más emocionante que rounds inter familia de Bingo, Memoria, Ludo y Sospecha .
• Enséñales a jugar ajedrez y backgammon. Son juegos de mesa que ejercitan la mente.
• Organiza caimaneras de fútbol y basket. Todavía ningún juego de Playstation es tan sano y tan completo como un juego de pelota entre panas.
• Si no pudiste costear un viaje o un camp, inscríbelos en una temporada de clase de tennis, guitarra eléctrica o natación.
• Para estirar el presupuesto vacacional, evita comer en restaurantes… Deja las salidas para comer helado, churros o ver una película.
• ¡Déjalos dormir lo que quieran! Ese es el principal detalle que distingue vacaciones de rutina.
• A la hora que se levanten, nunca les omitas el desayuno. Es la comida más importante del día.
• No te desgastes haciendo “cronogramas de actividades”. Dale cabida a la espontaneidad y a la flexibilidad de horarios.
• No les enseñes a tus hijos que de ti depende su diversión o su aburrimiento. De su actitud y creatividad depende en gran parte pasarla bien.
• Invita a sus amigos a tu casa y luego llévalos a casa de sus amigos.
• Haz cosas que no sueles hacer en la rutina diaria y que los haga sentir agasajados. Si encuentras harina y mantequilla, hazles un ponqué para que lo compartan con sus amigos.
• Cuida la alimentación de tus hijos como haces siempre, pero flexibiliza el menú con cosas divertidas. Refuerza tu despensa con cotufas, tu nevera con gelatina y tu freezer con pizza para la cena.
• Involúcralos en las actividades de la casa. Que ayuden a lavar los platos y hacer las camas para luego salir en la tarde a comer helado o ir al cine.
• Hacerlos partícipes de las “tareas cotidianas” no es abusar de ellos. Es una lección que no podrían aprender mientras están en el colegio.
• ¡Rescata los torneos de juegos de mesa! Nada más emocionante que rounds inter familia de Bingo, Memoria, Ludo y Sospecha .
• Enséñales a jugar ajedrez y backgammon. Son juegos de mesa que ejercitan la mente.
• Organiza caimaneras de fútbol y basket. Todavía ningún juego de Playstation es tan sano y tan completo como un juego de pelota entre panas.
• Si no pudiste costear un viaje o un camp, inscríbelos en una temporada de clase de tennis, guitarra eléctrica o natación.
• Para estirar el presupuesto vacacional, evita comer en restaurantes… Deja las salidas para comer helado, churros o ver una película.
Lo importante no es qué hacemos sino con quién… ¡Nada más divino que compartir tiempo con los nuestros!
¡¡¡Felices vacaciones!!!
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Namasté