Hoy se celebra el Día del Padre, tengo la dicha de tener a mi querido Papá entre nosotros y aunque vivimos un poco distantes el uno del otro, el saber que se encuentra bien junto a mis hermanas, con calidad de vida y salud, próximo a sus 90 años de vida plena es para mi una gran dicha, una bendición de Dios que siento debo celebrar y agradecer de todo corazón el tener el honor y la fortuna de ser uno de sus hijos, su primogénito, el hijo de un hombre simplemente extraordinario, un GRAN PADRE, un caballero a carta cabal, buen hijo, hermano y buen esposo, inteligente y muy trabajador, honesto y justo, responsable, respetuoso y educado, hombre de Fe y creyente, solidario con la familia y el prójimo, de recia formación castrense y administrador, procurador y bondadoso proveedor de toda la familia, un ejemplar Paterfamilias del cuál estoy muy orgulloso y agradecido, a quién he querido y admirado desde que tengo uso de razón y por siempre estaré muy dichoso por haber crecido y vivido a su lado, inicialmente bajo su cuidado y protección, luego bajo su guía y formación, siempre con su apoyo incondicional. Con su ejemplo y educación aprendí todo lo que sé y a él le debo todo lo que soy... mi “lado bueno”... pues el “lado malo” lo esculpí yo mismo con mis errores y desaciertos al dejar de escuchar y de emular a mi querido y amado Papá Víctor Manuel Torres Torres.
