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jueves, 9 de abril de 2020

El Nazareno de San Pablo y El Limonero del Señor

SER+POSITIVO

Nazareno de San Pablo
Así son las cosas con Oscar Yanez

Cada miércoles santo, acuden miles de devotos a la procesión del Nazareno de San Pablo en el centro de Caracas. Es tanta la devoción que la población le tiene, que cada año se movilizan cientos de personas, de diversos rincones del país para pagar su promesa.

Este año 2020 ha sido la excepción y por causa de la cuarentena debida a la pandemia del Covid-19 hemos presenciado al Nazareno bendito y milagroso en soledad transitando por Caracas y todos nosotros a la espera de un nuevo milagro que nos libre de este peligroso y letal coronavirus. 

Muchos aseguran haber recibido milagros del Santo, al que, en la época colonial, se le atribuyó la salvación de centenares de victimas que padecían fiebre amarilla o vomito negro, luego de que su cruz se topara con una rama de un limonero, que dejo caer sus frutos, que muchos aseguran fueron la cura de este terrible mal, desde entonces a esta historia se le denomina "El Limonero del Señor", historia que también tiene referencia en una obra del poeta Andrés Eloy Blanco. Muchos aseguran que el tallador de la imagen murió, luego de haber terminado la obra, ya que le pregunto: ¿Que te hace falta mi Dios?, pero este le respondió: ¿Donde me has visto que me has hecho tan perfecto?

 

Leyendas del Nazareno de San Pablo

Nuestro Insólito Universo
El Nazareno de San Pablo
El Limonero del Señor en la voz de Andrés Eloy Blanco

En una reseña del periodico "El Nacional" de fecha 21 de Enero de 2014.
En 1880, por problemas políticos con los sectores católicos del país, el presidente Antonio Guzmán Blanco mandó a destruir el templo de San Pablo y en su lugar se construyó el Teatro Municipal, que fue inaugurado en 1881, pero cuenta la leyenda que, estando en el palco presidencial, Guzmán vio la imagen del Nazareno, quien le preguntó: "¿Dónde esta mi iglesia?". Inmediatamente el Presidente mandó a construir la Basílica de Santa Teresa, adonde fue llevado el Nazareno de San Pablo.

EL LIMONERO DEL SEÑOR de Andrés Eloy Blanco

En la esquina de Miracielos
agoniza la tradición.
¿Qué mano avara cortaría
el limonero del Señor...?
Miracielos; casuchas nuevas,
con descrédito del color;
antaño hubiera allí una tapia
Y una arboleda y un portón.

Calle de piedra; el reflejo
encalambrado de un farol;
hacia la sombra, el aguafuerte
abocetada de un balcón,
a cuya vera se bajara,
para hacer guiños al amor,
el embozo de Guzmán Blanco
En algún lance de ocasión.

En el corral está sembrado,
junto al muro, junto al portón,
y por encima de la tapia
hacia la calle descolgó
un gajo verde y amarillo
el limonero del Señor.
Cuentan que en pascua lo sembrara,
el año quince, un español,
y cada dueño de la siembra
de sus racimos exprimió
la limonada con azúcar
Para el día de San Simón.

Por la esquina de Miracielos,
en sus Miércoles de dolor,
el Nazareno de San Pablo
Pasaba siempre en procesión.

Y llegó el año de la peste;
moría el pueblo bajo el sol;
con su cortejo de enlutados
pasaba al trote algún doctor
y en un hartazgo dilataba
su puerta «Los Hijos de Dios».

La Terapéutica era inútil;
andaba el Viático al vapor
Y por exceso de trabajo
se abreviaba la absolución.

Y pasó el Domingo de Ramos
y fue el Miércoles del Dolor
cuando, apestada y sollozante,
la muchedumbre en oración,
desde el claustro de San Felipe
hasta San Pablo, se agolpó.

Un aguacero de plegarias
asordó la Puerta Mayor
y el Nazareno de San Pablo
salió otra vez en procesión.
En el azul del empedrado
regaba flores el fervor;
banderolas en las paredes,
candilejas en el balcón,
el canelón y el miriñaque
el garrasí y el quitasol;
un predominio de morado
de incienso y de genuflexión.

—¡Oh, Señor, Dios de los Ejércitos.
La peste aléjanos, Señor...!

En la esquina de Miracielos
hubo una breve oscilación;
los portadores de las andas
se detuvieron; Monseñor
el Arzobispo, alzó los ojos
hacia la Cruz; la Cruz de Dios,
al pasar bajo el limonero,
entre sus gajos se enredó.
Sobre la frente del Mesías
hubo un rebote de verdor
y entre sus rizos tembló el oro
amarillo de la sazón.

De lo profundo del cortejo
partió la flecha de una voz:
—¡Milagro...! ¡Es bálsamo, cristianos,
el limonero del Señor...!

Y veinte manos arrancaban
la cosecha de curación
que en la esquina de Miracielos
de los cielos enviaba Dios.
Y se curaron los pestosos
bebiendo el ácido licor
con agua clara de Catuche,
entre oración y oración.

Miracielos: casuchas nuevas;
la tapia desapareció.
¿Qué mano avara cortaría
el limonero del Señor...?
¿Golpe de sordo mercachifle
o competencia de Doctor
o despecho de boticario
u ornamento de la población...?

El Nazareno de San Pablo
tuvo una casa y la perdió
y tuvo un patio y una tapia
y un limonero y un portón.
¡Malhaya el golpe que cortara
el limonero del Señor...!

¡Mal haya el sino de esa mano
que desgajó la tradición...!
Quizá en su tumba un limonero
floreció un día de Pasión
y una nueva nevada de azahares
sobre la cruz desmigajó,
como lo hiciera aquella tarde
sobre la Cruz en procesión,
en la esquina de Miracielos,
¡el limonero del Señor...! 

Cada miércoles Santo, el Nazareno de San Pablo, sale en procesión. La leyenda sobre el milagro del limonero, la describe en este poema el poeta: Andrés Eloy Blanco en la voz del conocido locutor y animador Miguel Angel Fuentes Oropeza, recientemente fallecido a temprana edad.
Grabado en el 2005 en Radio Maria 1450 AM

Es así como entre tradición y fe, miles de venezolanos se movilizan cada miércoles santo para acompañar al Nazareno de San Pablo.




Paz y Bien

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Namasté