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sábado, 4 de febrero de 2023

2022

Haciendo un ejercicio mental retrospectivo y analizando los acontecimientos y hechos de este año que está por culminar y a menos de cinco (5) horas para iniciar un nuevo año he llegado a la conclusión que para mi personalmente este año 2022 fue muy bueno, excelente, buenísimo, productivo y esperanzador por los resultados que hoy puedo evaluar y sopesar en la calma que me brinda este bendecido y mágico aposento donde me encuentro llamado Galilea.

En este año 2022 recibí la más ansiada, esperada y conmovedora comunicación de mi querida y añorada “hija perdida” con quién no tuve ningún contacto desde que tenía escasos nueve (9) meses cuando me separé absolutamente de su mamá en 1.999. Ella tuvo la bondad, la madurez y la valentía (haciendo honor a su nombre) de escribirme y por allí comenzamos una fluida conversación (chat) que me permitió llenar muchos vacíos emocionales, afectivos y existenciales que vengo arrastrando desde hace 24 años. Hemos mantenido cierto contacto por esta vía y espero que podamos seguir “hablando”. No está todo subsanado... pero pienso que es un buen comienzo para tantos años de alejamiento, de ausencia, de dolor y de silencio...

Como no estar agradecido con Dios y con la vida por esta preciosa y tan esperada oportunidad que recibí de mi querida y noble hijita Valentina de Jesús en este año que casi termina.


También tuve la dicha, aunque a distancia y de manera virtual de “vivir” el nonagésimo cumpleaños (#90) de mi amado Papá, quién gracias a Dios goza de buena salud y calidad de vida, siempre lúcido y activo como el guerrero y gran hombre que siempre ha sido. No es poca cosa tener la dicha de contar con un Padre vivo y sano a mi edad y poder contarlo y disfrutarlo. Gracias Señor Jesús por tu Misericordia y por permitirme disfrutar de este acontecimiento para mi glorioso y significativo.


En el año que culmina y gracias a la generosidad de una persona muy especial en mi vida (MEB), logré conseguir un trabajo que me devolvió la fe y el deseo de seguir luchando, que me permitió generar ciertos ingresos muy necesarios y sin los cuales muchas cosas no hubiesen sido posible.

Logré comprar un buen smartphone después de estar casi cinco (5) años sin un buen celular para poder comunicarme e incluso para poder trabajar.

Pude reunir la cantidad considerable de $900 (para mi exorbitante e inalcanzable sin este trabajo) que me permitió pagar un camión de mudanza para trasladarme hasta donde me encuentro felizmente en este momento.

También en el 2022 tuve la bendición de recibir la bondadosa y generosa ayuda económica de algunos familiares (a quienes tengo muchísimos años sin ver personalmente) y de algunos amig@s (a quienes ni siquiera conozco personalmente, solo por las redes y por mi blog), dicha ayuda me permitió completar los gastos de mi traslado a mi nueva morada y no puedo dejar de mencionarlo pues realmente me conmovió gratamente ese gesto de su parte y me permitió seguir confiando en la humanidad y saber que en los peores momentos siempre habrá una mano amiga además de la legión de ángeles para protegerme y socorrerme de ser necesario.


Finalmente logré salir de ese lugar donde estuve “recluído” durante más de cinco (5) años, sin ninguna posibilidad de “evadirme” de ese infierno y en el cuál solo veía la muerte como mi única opción para poder salir de allí, pues no tenía ni veía otra opción viable que me permitiera salir de ese sitio. Ahora me encuentro en otra locación, buscando el equilibrio y la paz para seguir adelante.


Hablando de infierno y de muerte, este año que culmina también logré consolidar mi total entrega a mi Señor Jesús Misericordioso, entrega en cuerpo y alma, en oración y en devoción, en pensamiento y en acción. Sin esta entrega absoluta de mi vida y mi porvenir a las manos de Dios Todopoderoso no hubiese sido posible nada de esto que aquí describo.

Entrega a Jesús que me fortalece cada día, que me sostiene y me impulsa a seguir adelante, un día a la vez, con humildad, aceptación y agradecimiento por cada bendición que recibo por su inmensa bondad y generosidad como lo hace un Padre Protector con sus hijos, con su descendencia.


Hablando de “hijos” y descendencia, este año me permitió finalmente despejar y clarificar mis lazos afectivos y mis sentimientos... pues me pude “quitar la venda” que tenía sobre mis ojos y corazón, pude darme cuenta de que los verdaderos afectos no están ligados de manera obligatoria a la consanguinidad ni a lazos legales, que la sangre nos relaciona pero no nos une, que la solidaridad familiar o consanguínea es “relativa” y proporcionalmente directa a los intereses que están de por medio, ahora sé que en los momentos de crisis y en ausencia de verdadero amor y respeto pueden aflorar las más bajas y viles pasiones y que la más dolorosa e inesperada deslealtad, la peor vejación y maltrato, la más ruin traición puede (y suele) venir de aquellas personas más cercanas y que se suponían más apreciadas, confiables y estimadas tanto por el vínculo de la sangre como de las leyes.

Duele mucho comprobarlo en carne propia pero es mejor saberlo en vida que morir engañado y aferrado a unos afectos que nunca existieron...


Certifico que es muy cierto aquello de que: “No hay peor cuña que la del mismo palo”


Y para finalizar aprendí a vivir el “Aquí y Ahora”, aprendí a perdonarme y a perdonar, aprendí a cambiar las expectativas por aceptación y así vivir agradecido y en paz, en paz conmigo mismo y con mi entorno y siempre AGRADECIDO por cada nuevo día, por cada amanecer que es volver a nacer, Ama Nacer, Agradecido siempre con Dios, Jesús y El Espíritu Santo que conforman entre ellos La Santísima Trinidad pilar fundamental de nuestra religión, de nuestra Fe incondicional y demostración de nuestra total entrega a su suprema voluntad.


Solo Dios Basta, Jesús en ti Confío, Espíritu Santo ilumina mi entendimiento y mi sendero.


Por TANTO y por TODO Gracias Señor Jesús.


Gracias, Gracias, Gracias.


PAZ Y BIEN.


A POCAS HORAS DE CULMINAR ESTE AÑO 2022...


En la Quinta Galilea, Istmo Caribe cerca de Boca de Uchire, estado Anzoátegui a los treinta y un (31) días del mes de diciembre del año 2022



P.D. Estaba en deuda con mi blog, mis lectores y conmigo mismo por no haber podido publicar esta entrada en la fecha mencionada pues la escasa conectividad de internet donde estoy viviendo me lo impidieron, no obstante nunca es tarde para AGRADECER y para dejar plasmados mis sentimientos y pensamientos en esta bitácora personal…

Ofrezco disculpas por lo «extemporáneo» de este post en la seguridad que podrán entenderme pues como reza el dicho: «la felicidad nunca es completa» siempre tendremos un «pero» JeJeJe!!!



SER+POSITIVO 
Paz y Bien

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Namasté