La meditación describe la práctica de un estado de atención concentrada. La misma puede ser sobre un objeto externo o interno: un pensamiento, la propia consciencia, o el propio estado de concentración.
Origen etimológico: Si bien en Europa tiene un sentido muy diferente, la palabra española meditación viene del latín meditatio, que originalmente indica un tipo de ejercicio intelectual. De este modo, en el ámbito religioso occidental se ha distinguido entre meditación o contemplación, reservando a la segunda un significado religioso o espiritual. Esta distinción se vuelve tenue en la cultura oriental, de forma que al comienzo de la influencia del pensamiento oriental en Europa, la palabra adquirirá un nuevo uso popular.
Este nuevo uso se refiere a la meditación propia del yoga, originada en India. En el siglo XIX, los teósofos adoptaron la palabra meditación para referirse a las diversas prácticas de recogimiento interior o contemplación propias del hinduísmo, budismo y otras religiones orientales. No obstante, hay que notar que este tipo de práctica no es ajena a la historia de occidente, como muestran descubrimientos de vasijas Celtas con figuras en postura yóguica.