En un sentido emocional, sería lindo encontrar una posición en la que podrían verse a los ojos, disfrutar de sus cuerpos desnudos y tener sexo apasionado. Pero si lo que tú estás buscando es una penetración más que profunda, es hora de explorar lugares que nunca habías visitado antes.
De frente
Ésta es fácil, sólo tienes que sentarte sobre él hacia su frente. Dado que las piernas pueden extenderse, estás más abierta (literalmente) para recibir una buena penetración. Desde esta posición, puedes controlar el ritmo y qué tan profundo quieres que llegue.
Acostada
Así tal cual: tienes que estar acostada con tus caderas un poco elevadas (si quieres, puedes apoyarte con unas almohadas) y las piernas abiertas. Gracias a la elevación de las caderas, hay poca barrera por parte de la entrada vaginal. Esta posición también ofrece una buena estimulación del punto G, y sólo tienes que dejar que él haga su trabajo.
Perrito
Ésta es obvia: estás de arodillas con tus manos sobre el piso, mientras él se posiciona (también de rodillas) directamente detrás de ti. El ángulo de esta posición ofrece una mayor penetración y estimulación del punto G. Y dado que sus manos estarán libres, también podrá estimular tu clítoris o los pezones.
Ostra
Acuéstate con las piernas hacia arriba y extendidas. Coloca tus tobillos lo más cerca de tu cabeza, mientras él penetra en la posición del misionero. Como las piernas están completamente extendidas, hay una mayor penetración y si él se pone las pilas, puede estimular el clítoris.
Por Andrea Bouchot
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Imagen: Bad Girl’s Bible (Instagram)
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Namasté