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El artista que hizo la imagen del Nazareno al terminar su brillante obra, muy emocionado por lo bien que la había hecho, le preguntó:
Monseñor Juan Francisco Hernández, sacerdote insigne y relevante durante la década de los cincuenta, declaró, como consecuencia de la restauración realizada al Nazareno, por el sevillano Manolo Díaz, que la obra realizada en pino de Flandes, fue traída de Sevilla, y que perteneció a la escuela Sevillana del siglo XVII.
Tradicionalmente han existido tres leyendas sobre el
Nazareno, las cuales han sido motivo de comentario casi obligado en esta época,
las dos primeras ocurridas durante la colonia y la última a finales del siglo
XIX.
1º.- ¿Dónde me has visto que me has hecho tan perfecto?
La tradición caraqueña sostenía una leyenda muy difundida,
la cual decía lo siguiente:
El artista que hizo la imagen del Nazareno al terminar su brillante obra, muy emocionado por lo bien que la había hecho, le preguntó:
-¿Qué te falta mi Dios? el Nazareno le respondió:
-¿Dónde me has visto que me has hecho tan perfecto? al
instante el artista, un tallador anónimo del siglo XVII, cayó muerto.
Monseñor Juan Francisco Hernández, sacerdote insigne y relevante durante la década de los cincuenta, declaró, como consecuencia de la restauración realizada al Nazareno, por el sevillano Manolo Díaz, que la obra realizada en pino de Flandes, fue traída de Sevilla, y que perteneció a la escuela Sevillana del siglo XVII.
2º.- El Limonero del Señor.
En Caracas en 1696 una epidemia de Fiebre Amarilla o “Vomito
Negro” azotó a la población, que ya estaba diezmada por la viruela. Esta nueva
afección causó muchas victimas, resultando ineficaces para contrarrestarla los
escasos recursos terapéuticos de la época. La ciudad invocó la protección de
Santa Rosalía de Palermo, pero al año siguiente, motivado a que aún persistía,
el nuevo Gobernador de la Provincia de Venezuela, Maestre de Campo Don
Francisco Berroterán, junto al Obispo y los representantes del los dos Cabildos
convocaron una procesión con el Nazareno de San Pablo, para pedirle que cesara
la epidemia de Fiebre Amarilla.
Cuando la procesión pasaba por la esquina de Miracielos, al
desviarse la imagen hacia un costado para evitar un lodazal, uno de los brazos
de la Cruz tropezó con el ramaje de un limonero que asomaba sus dorados frutos
por encima de una tapia del corral de una vivienda. Allí ocurrió lo que
escribió el gran poeta Andrés Eloy Blanco:
En la esquina de Miracielos
hubo una breve oscilación;
los portadores de las andas
se detuvieron; Monseñor,
el Arzobispo, alzó los ojos
hacia la Cruz; la Cruz de Dios,
al pasar bajo el limonero
entre sus gajos se enredó.
Sobre la frente del Mesías
hubo un rebote de verdor
y entre sus rizos tembló el oro
amarillo de la sazón.
De lo profundo del cortejo
partió la flecha de una voz:
¡Milagro! ¡Es bálsamo, cristianos,
el limonero del Señor.
Y veinte manos arrancaron
la cosecha de curación
que en la esquina de Miracielos
de los cielos enviaba Dios.
Y se curaron los pestosos
bebiendo el ácido licor
con agua clara de Catuche,
entre oración y oración.
3º.- ¿Qué has hecho con mi templo?
La tradición popular sostiene que, en la inauguración del
Teatro que se edificó donde estaba la Iglesia de San Pablo, hoy Teatro
Municipal, el día 4 de enero de 1881, con la interpretación de la opera “El
Trovador”; sucedió lo siguiente: Antonio Guzmán Blanco, sentado cómodamente en
su palco presidencial, de repente se paró y se retiró en forma repentina, con
la cara muy pálida, al cabo de cierto tiempo volvió al teatro.
El pueblo le atribuyo este accidente, a que fue el Nazareno
de San Pablo que se le apareció y le dijo:
-¿Qué has hecho con mi templo?
La historia desmiente este relato de manera muy simple; la
fachada oeste (Santa Ana) de la Iglesia de Santa Teresa fue inaugurada el día
27 de octubre de 1876, y reinaugurada el 27 de abril de 1880, fecha cuando se
trasladó la imagen del Nazareno; para la fecha mencionada, ya allí se
encontraba la imagen del “Nazareno de San Pablo”, por lo cual el Nazareno sabía
que Guzmán le había construido otro templo, y mas grande aún, sólo que le puso
el nombre de su esposa Ana Teresa.
Lo que le pasó en realidad a “guzmancito”fue que el día
antes había estado en un “jolgorio” y tuvo una emergencia digestiva, que si no
hubiese salido apurado, ya ustedes se podrán imaginar que hubiese sucedido.
La imagen del Nazareno de San Pablo, es la de devocion de
todo hijo de Caracas. Es una talla en madera de pino flandes de Sevilla,
España, posiblemente de Felipe de Ribas en el siglo XVII. Dice la tradición que
el escultor, después de terminar de tallar la imagen, el Nazareno se le aparece
y le dice: “Donde me has visto que tan perfecto me has hecho”.
Traída a Caracas (Venezuela), a la Capilla de San Pablo el
Ermitaño (de ahí viene el nombre de Nazareno de San Pablo). Consagrada el 4 de
julio de 1674 por Fray González de Acuña. La obra de arte contempla la
representación de Cristo cargando la cruz vestido de color morado en su
calvario camino a su crucifixión.
En 1597 una epidemia de viruela afectó a la ciudad de
Caracas. En ese entonces la población dedicaba gran parte de su tiempo a
labores religiosas de rezos para el Nazareno de San Pablo. Cuenta la leyenda
del limonero del Señor que en el lugar cercano al templo de San Pablo existía
una huerta plantada de limones cuyos azahares perfumaban el ambiente. En una
ocasión una epidemia azotaba a los Caraqueños, por ello, el nazareno fue sacado
en procesión a petición de los feligreses. Al pasar la imagen por la huerta, un
racimo de limones quedó enredado entre la corona de espinas del Nazareno,
cayendo al suelo algunos. Los devotos los recogieron, dándolos como medicina a
los enfermos, quienes sanaron prontamente.
En 1880, el anticlerical Guzmán Blanco mandó destruir el
templo de San Pablo. Esto fue porque tenía problemas con los sectores católicos
del país y con el clero de la Iglesia. Y en ese mismo sitio se levantó el
Teatro Municipal que fue inaugurado en 1881. Una de las leyendas más curiosas
del Nazareno es que se dice que cuando Guzmán Blanco inauguró el teatro,
estando en su palco presidencial vio al Nazareno quien le preguntó ¿Dónde está
mi iglesia?, y dicen que él le contó lo sucedido a su señora y de allí nació la
construcción de la iglesia de Santa Teresa. Pero en realidad el Presidente
Guzmán Blanco, en honor a su esposa Ana Teresa Ibarra, mandó construir la
Basílica de Santa Teresa y Santa Ana, lo que nosotros llamamos la Basílica de
Santa Teresa y allí fue llevado el Nazareno de San Pablo, donde se encuentra
hoy.
Arístides Rojas refiere: “El señorío de Caracas prefería
para sus hijos, antes que un título científico, un grado militar… Hubo
abundancia de teólogos y de filósofos, en tanto que los barberos desempeñaban
el cargo de cirujanos y los hierbateros el de médico y pasaban como insignes
arquitectos, científicos y alarifes”. La educación llevaba el sello de la
iglesia católica, la religión regía toda la vida social y la enseñanza se
restringía a materias de la misma índole: gramática latina (sin conocer antes
la gramática castellana), la filosofía aristotélica, el derecho civil y
canónigo y teología moral y dogmática. Además de este carácter eclesiástico, a
la educación solo tenían derecho los blancos y sus descendientes, la educación
no llegaba al pueblo, no fue sino hasta comienzos del siglo XIX cuando se logró
un permiso del Cabildo de Caracas para la creación de una escuela donde
pudieran educarse los que no fueran blancos.
(MARIAFSIGILLO.BLOSPOT.COM)
FUENTE: http://www.laiguana.tv/articulos/24307-efemerides-semana-santa-nazareno-de-san-pablo-leyendas
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Namasté