En esta segunda entrega con respecto al Proyecto Internacional de Autoestima, voy a abordar el tema de la tolerancia y cuanto beneficio trae esto a nuestra vida. Si no leíste el artículo anterior,te resumo que estoy compartiendo un maravilloso modelo con 10 caminos, que al practicarlos transformamos nuestro potencial para convertirlo en la realidad.
Su creador Bob Mandel comenta que la frase que más nos han inculcado es “no puedo”, y que esa negación ya inconsciente (por todas las veces que la hemos repetido) es el mayor obstáculo interno en nuestras vidas. Por eso, sabiamente, el lema de este proyecto es: ¡Sí, yo sí puedo! Es imprescindible que creas que puedes lograrlo antes de iniciar nada, así que es una buena frase para repetir una y otra vez. Y esta idea incluye todo: Yo sí puedo tener un trabajo gratificante, Yo sí puedo tener una pareja comprometida, Yo sí puedo ser prósper@, Yo sí puedo vivir en paz. (Si agregas tu nombre luego de la palabra Yo, es más poderoso aún)...
Su creador Bob Mandel comenta que la frase que más nos han inculcado es “no puedo”, y que esa negación ya inconsciente (por todas las veces que la hemos repetido) es el mayor obstáculo interno en nuestras vidas. Por eso, sabiamente, el lema de este proyecto es: ¡Sí, yo sí puedo! Es imprescindible que creas que puedes lograrlo antes de iniciar nada, así que es una buena frase para repetir una y otra vez. Y esta idea incluye todo: Yo sí puedo tener un trabajo gratificante, Yo sí puedo tener una pareja comprometida, Yo sí puedo ser prósper@, Yo sí puedo vivir en paz. (Si agregas tu nombre luego de la palabra Yo, es más poderoso aún)...
Uno de los regalos de este modelo es involucrar al otro, a ese ser que está a tu lado, bien sea por toda tu vida –como puede ser tu familia- o una persona que va contigo en el ascensor y no volverás a verla. Saber que una autoestima real no te coloca por encima de nadie (ni por debajo tampoco) sino que muy por el contrario, somos al mismo tiempo todos únicos y de igual valor. Entender que los otros seres que encontramos en nuestro caminos son enviados para acompañarnos e impulsarnos en nuestro desarrollo y evolución. Bajo esta perspectiva, cada interacción se convierte en una posibilidad de dar lo mejor de ti y sacar lo mejor de la otra persona.
2do camino, el sendero hacia la tolerancia
Vaya que este camino contribuye con nuestra paz y buenas relaciones. Pero ¿cómo hacemos con todo lo que sentimos cuando alguien no piensa o actúa como nosotros? Es que en teoría todos sabemos lo que es la tolerancia y decimos que debemos practicarla, pero en el día a día, se convierte en un gran reto, porque estamos tan apegados a nuestras ideas y formas que el hecho de que alguien no concuerde con nosotros o que sea distinto a lo que creemos, ya nos hace verlo como amenaza.
Desde pequeños aprendimos que hay correcto y equivocado (y no todos los matices que hay entre ambos extremos). También aprendimos que recibiríamos el amor sólo si hacemos lo que los demás (en principio nuestros padres) nos decían: te quiero si te comes todo, eres bueno si haces la tarea, etc. Así se fue formando en nosotros ese andamiaje donde nuestra valía y por ende nuestra posibilidad de recibir afecto está asociada a estar en lo correcto y a hacer lo que se espera de nosotros. Entonces hemos aprendido a pretender y hemos olvidado que somos humanos, con dones y talentos y también con muchas cosas por mejorar. Y regresando al otro, al que está a tu lado, aprendimos a medirlos de la misma forma como nos medimos a nosotros. No cuesta ver que los demás seres tienen cosas maravillosas y también tienen cosas por mejorar.
Entonces, ¿cómo practicamos la tolerancia? Sintiéndonos cómodos en medio de las diferencias y la diversidad. También significa que puedes apreciar a la otra persona entendiendo que como tú, es un ser humano, con virtudes y cosas por mejorar. Entonces, en lugar de enfocarte en lo que no coinciden o no te gusta, te concentras en aquello que los une o que aprecias de esa persona.
2do camino, el sendero hacia la tolerancia
Vaya que este camino contribuye con nuestra paz y buenas relaciones. Pero ¿cómo hacemos con todo lo que sentimos cuando alguien no piensa o actúa como nosotros? Es que en teoría todos sabemos lo que es la tolerancia y decimos que debemos practicarla, pero en el día a día, se convierte en un gran reto, porque estamos tan apegados a nuestras ideas y formas que el hecho de que alguien no concuerde con nosotros o que sea distinto a lo que creemos, ya nos hace verlo como amenaza.
Desde pequeños aprendimos que hay correcto y equivocado (y no todos los matices que hay entre ambos extremos). También aprendimos que recibiríamos el amor sólo si hacemos lo que los demás (en principio nuestros padres) nos decían: te quiero si te comes todo, eres bueno si haces la tarea, etc. Así se fue formando en nosotros ese andamiaje donde nuestra valía y por ende nuestra posibilidad de recibir afecto está asociada a estar en lo correcto y a hacer lo que se espera de nosotros. Entonces hemos aprendido a pretender y hemos olvidado que somos humanos, con dones y talentos y también con muchas cosas por mejorar. Y regresando al otro, al que está a tu lado, aprendimos a medirlos de la misma forma como nos medimos a nosotros. No cuesta ver que los demás seres tienen cosas maravillosas y también tienen cosas por mejorar.
Entonces, ¿cómo practicamos la tolerancia? Sintiéndonos cómodos en medio de las diferencias y la diversidad. También significa que puedes apreciar a la otra persona entendiendo que como tú, es un ser humano, con virtudes y cosas por mejorar. Entonces, en lugar de enfocarte en lo que no coinciden o no te gusta, te concentras en aquello que los une o que aprecias de esa persona.
Practicar la tolerancia significa reconocer la riqueza que hay en este planeta, porque existen muchas maneras de ser, de vivir, de ver las cosas y todo contribuye a este maravilloso mundo creado por Dios de una forma tan diversa. Significa también tener la humildad de reconocer que no lo sabes todo, que no eres dueño de la verdad y abres tu mente para enriquecerte de las diferencias, en lugar de pelear por tener la razón.
En Venezuela, como en muchos países estamos atravesando momentos de polarización y ayudaría mucho que en lugar que esperar a que los líderes promuevan la tolerancia, seamos nosotros, a nivel individual quienes traigamos paz a nuestras vidas y a nuestras relaciones entendiendo que cada individuo tiene el derecho de pensar como lo desee y si opina distinto a mi está bien. Sentir que el que cree en algo diferente a mi es también mi hermano de patria, es un regalo de amor y de paz, para el otro, pero también para ti.
Claro hay algo bien importante que no debe pasarse por alto. Y aquí agrego otro elemento de este maravilloso modelo: las trampas (que son malas interpretaciones de cada camino). La tolerancia no significa sumisión. El hecho de que entiendas que el otro piensa o actúa distinto a ti, no hace que debas someterte a esas diferencias. Por ejemplo, si tú no fumas y tienes un compañero de trabajo que lo hace, puedes no estar de acuerdo con ese hábito, pero aceptas a este ser como es. Al mismo tiempo, eso no significa que debas oler el humo de su cigarro cada vez que él decide consumirlo. Puedes ser tolerante y poner límites. En lo que te ayuda la tolerancia es a no juzgar al que es distinto a ti, a abrazar las diferencias, en lugar de insistir en que todos deben pensar y actuar como tu crees.
Tips para recorrer este sendero hacia la tolerancia:
Cuando te observes juzgando a alguien porque es distinto a ti, toma varias respiraciones profundas y repite varias veces: Yo (tu nombre) estoy a salvo en medio de las diferencias. Acepto al otro como es.
Si tienes una relación que te importa y entre ustedes hay una diferencia significativa, en lugar de insistir para convencerl@ a que piense como tú, enfoca tu atención y conversación en lo que los une. Encuentra ese puente entre ustedes que puede ser una actividad o un pasatiempo.
Si crees que te has sometido a las ideas de otra persona y debes poner límite, al comenzar a hablarle, inicia enumerando las cosas que valoras o te gustan de esa persona y luego cuéntale sobre lo que deseas cambiar en la relación.
Nota: Si estás interesado en conocer más sobre este modelo, te recomiendo el libro Maximízate, 10 caminos para lograr todo tu potencial de Bob Mandel.
POR: : Carla Acebey de Sánchez (@carlaadesanchez)
En Venezuela, como en muchos países estamos atravesando momentos de polarización y ayudaría mucho que en lugar que esperar a que los líderes promuevan la tolerancia, seamos nosotros, a nivel individual quienes traigamos paz a nuestras vidas y a nuestras relaciones entendiendo que cada individuo tiene el derecho de pensar como lo desee y si opina distinto a mi está bien. Sentir que el que cree en algo diferente a mi es también mi hermano de patria, es un regalo de amor y de paz, para el otro, pero también para ti.
Claro hay algo bien importante que no debe pasarse por alto. Y aquí agrego otro elemento de este maravilloso modelo: las trampas (que son malas interpretaciones de cada camino). La tolerancia no significa sumisión. El hecho de que entiendas que el otro piensa o actúa distinto a ti, no hace que debas someterte a esas diferencias. Por ejemplo, si tú no fumas y tienes un compañero de trabajo que lo hace, puedes no estar de acuerdo con ese hábito, pero aceptas a este ser como es. Al mismo tiempo, eso no significa que debas oler el humo de su cigarro cada vez que él decide consumirlo. Puedes ser tolerante y poner límites. En lo que te ayuda la tolerancia es a no juzgar al que es distinto a ti, a abrazar las diferencias, en lugar de insistir en que todos deben pensar y actuar como tu crees.
Tips para recorrer este sendero hacia la tolerancia:
Cuando te observes juzgando a alguien porque es distinto a ti, toma varias respiraciones profundas y repite varias veces: Yo (tu nombre) estoy a salvo en medio de las diferencias. Acepto al otro como es.
Si tienes una relación que te importa y entre ustedes hay una diferencia significativa, en lugar de insistir para convencerl@ a que piense como tú, enfoca tu atención y conversación en lo que los une. Encuentra ese puente entre ustedes que puede ser una actividad o un pasatiempo.
Si crees que te has sometido a las ideas de otra persona y debes poner límite, al comenzar a hablarle, inicia enumerando las cosas que valoras o te gustan de esa persona y luego cuéntale sobre lo que deseas cambiar en la relación.
Nota: Si estás interesado en conocer más sobre este modelo, te recomiendo el libro Maximízate, 10 caminos para lograr todo tu potencial de Bob Mandel.
POR: : Carla Acebey de Sánchez (@carlaadesanchez)
Mujer, esposa, madre y empresaria. Conferencista internacional, Renacedora profesional, Coach y Líder Certificada del Proyecto Internacional de Autoestima. Investigadora del comportamiento humano y las relaciones. Más de 25 años de formación en Venezuela y Estados Unidos.
@carlaadesanchez
@carlaadesanchez
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Namasté