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viernes, 22 de septiembre de 2017

¿Cómo es el Dios de Spinoza en el que creía Einstein?

SER+POSITIVO



Imagino que al ver el titulo de este artículo tu curiosidad se habrá activado ¿el Dios de Spinoza?¿Einstein? A mi en su momento también me ocurrió lo mismo.

Quizás tu mente en muchas ocasiones se mueva entre diversos pensamientos acerca de Dios, el Universo, su existencia o lo que nos puede esperar más allá de nuestra vida en este mundo. Los seres humanos llevamos toda nuestra existencia buscando las respuestas a todas estas inquietudes, ya sea a través de la religión, creencias o la ciencia. Y no sabemos si alguna vez encontraremos la respuesta a todas ellas.

Es un tema delicado, en el que cada uno de nosotros tiene sus opiniones, por eso este artículo solo tiene un fin, ampliar tu información. No busca el debate, demasiados tenemos ya en nuestra vida, y más en materia de creencias, donde es complicado en muchas ocasiones llegar a acuerdos. Si lo que lees te agrada o te ayuda magnífico. Si no es así, al menos tendrás más información para conformar tus propias creencias...
A veces necesitamos sacudir nuestro alma para encontrar respuestas. Por eso y para ayudarte a contestar tus propias preguntas internas, y antes de decirte que tiene que ver Einstein en todo esto, te invito a que leas el texto que tienes a continuación.

El Dios de Spinoza. Poema de Anand Dílvar.

El video y el poema que vas a ver a continuación no está escrito por Baruch Spinoza, aunque en internet figura como atribuido a el por casi todas partes. El texto es de Anand Dílvar y más exactamente es un fragmento de su libro Conversaciones con mi guía en las páginas 126 a la 133.

Quizás es cierto que el texto no es de Spinoza, su “prosa” es más sencilla que la que utilizaba el filósofo holandés. Sin embargo, el propósito de compartirlo en este artículo es el de compartir su simplicidad e ideas, muy acordes con las que Spinoza y Einstein compartían.

Afortunada o desafortunadamente para el autor, será difícil que el apellido Spinoza se aparte de su texto. No te lo pierdas que merece la pena.

Las palabras que acabas de escuchar las tienes a continuación para que las releas con tranquilidad:

Lo que te diría Dios, Baruch Spinoza

Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida.
Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.

¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa! Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.

Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo.

El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer.

Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito…
¡No me encontrarás en ningún libro!
Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo?

Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te crítico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.

Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice… yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias… de libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de Dios puede hacer eso?

Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti.

Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.

Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.

Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro.
Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.

No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir.

Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?… ¿Te divertiste? ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?…

Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.

Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy?
Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?… ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.

Deja de complicarte las cosas y de repetir como un loro lo que te han enseñado acerca de mí.

Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas. ¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones?

No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro… ahí estoy, latiendo en ti.


Einstein y Dios

All científico de origen judío Albert Einstein, una de las mentes más brillantes de la historia, cuando daba conferencias, la pregunta recurrente que siempre le hacían los estudiantes asistentes era:

“¿Cree Ud. en Dios?” A lo que siempre respondía: “Creo en el Dios de Spinoza, quien se revela así mismo en una armonía de lo existente, no en un Dios que se interesa por el destino y las acciones de los seres humanos”.

El premio Nobel nacido en Alemania declaró una vez que “Dios no juega a los dados con el Universo”, para manifestar su oposición ante los postulados de la física cuántica que afirmaban que en el universo reinaba el caos y la incertidumbre.

En una ocasión, de hecho, manifestó que “mi religión consiste en una humilde admiración del ilimitado espíritu superior que se revela en los más pequeños detalles que podemos percibir con nuestra frágil y débil mente”, aunque especificaría que creía en “un Dios que se revela en la armonía de todo lo que existe, no en un Dios que se interesa en el destino y las acciones del hombre».

En 1930 durante una entrevista, a la pregunta de si creía en Dios, el Premio Nobel contestó metafóricamente sobre este tema:

Tu pregunta es la más difícil del mundo. No es algo que pueda responder con un simple sí o no. No soy ateo. No sé si puedo definirme como un panteísta. El problema en cuestión es demasiado vasto para nuestras mentes limitadas.

¿Puedo contestar con una parábola?

La mente humana, no importa que tan entrenada esté, no puede abarcar el universo. Estamos en la posición del niño pequeño que entra a una inmensa biblioteca con cientos de libros de diferentes lenguas. El niño sabe que alguien debe de haber escrito esos libros. No sabe cómo o quién. No entiende los idiomas en los que esos libros fueron escritos. El niño percibe un plan definido en el arreglo de los libros, un orden misterioso, el cual no comprende, solo sospecha. Esa, me parece, es la actitud de la mente humana, incluso la más grande y culta, en torno a Dios. Vemos un universo maravillosamente arreglado que obedece ciertas leyes, pero apenas entendemos esas leyes“.

“Nuestras mentes limitadas no pueden aprender la fuerza misteriosa que mueve a las constelaciones. Me fascina el panteísmo de Spinoza porque él es el primer filósofo que trata al alma y al cuerpo como si fueran uno mismo, no dos cosas separadas.


En 1943, cuando se le preguntó al físico cómo concebía a “su Dios”, Einstein respondió que “Dios es un misterio, pero un misterio comprensible. No tengo nada sino admiración cuando observo las leyes de la naturaleza. No hay leyes sin un legislador”. Durante su primera visita a la Universidad de Princeton, Einstein declaró que “Dios puede ser sutil, pero no es malicioso”.

Si Dios hablara contigo, te pediría que dejaras de rezar por él.

Para Albert Einstein ciencia y religión no tienen por que estar enfrentadas, ya que las dos persiguen el mismo objetivo desde distintos enfoques: la búsqueda y entendimiento de la realidad. Como has podido ver, siempre mantuvo que creía “en el Dios de Spinoza” pero, ¿quién es Spinoza?

¿Quién fue Baruch Spinoza?

Baruch de Spinoza fue un filósofo racionalista holandés del siglo XVII al que muchos sitúan a la altura de Descartes y Pascal.

Spinoza defendía que el hombre y todo lo que le rodea es Dios y que este se manifiesta a través de la armonía de lo existente, es decir unas ideas muy próximas al panteismo, en la idea de que toda la naturaleza es sagrada en si misma, algo que provocó su excomunión y destierro.

Aunque el holandés fue repudiado por su forma de pensar, sus obras perduraron.

Spinoza apartó del concepto religioso las ideas supersticiosas y de intervención divina. Mantenía que toda representación de Dios como ser humano es una proyección de la imaginación del hombre; por ello defendía la idea de un Dios presente en todas las cosas y que no puede ser personificado.

Asimismo para el filósofo Spinoza, el hombre reza para cambiar el orden de las cosas. Sin embargo lo ideal sería que intentara comprender cómo funciona ese orden de las cosas y estar en paz con esa idea sin tener que modificarla. Quizás se trata de encontrar nuestra esencia para alcanzar la paz interior.

Para Baruch Spinoza la mejor manera de conocer a Dios es entendiendo y aceptando como tal la vida y el universo, y eso se puede lograr a través del razonamiento y del estudio y la investigación en materias como las ciencias naturales, la filosofía y la psicología. Posiblemente Spinoza no entendió que a través de la religión se gestionan también emociones, miedos y creencias, áreas fundamentales del crecimiento personal y espiritual del ser humano.

Con su excomunión y su destierro también sus obras fueron censuradas y no fue hasta principios del siglo XX cuando grandes filósofos alemanes como Hegel, Goethe y Schelling estudiaron su obra y lo consideraron padre del pensamiento moderno. Posteriormente Einstein se apunto a su pensamiento.

El propio Jorge Luis Borges fue un gran estudioso y admirador del filósofo, definió a Baruch Spinoza como “el pulidor de la razón” y tuvo planeado escribir un libro sobre el, que nunca llegó a materializar, pues consideraba que era difícil explicar todo lo que el había descubierto en sus textos. Pero eso si, escribió dos sonetos dedicados al filósofo.

Recuerdo que fue un sacerdote el que cuando yo tenía 9 años de edad en un campamento infantil de verano me hizo encontrar a Dios en cada rincón de la naturaleza. Jamás podré olvidarlo. Ni agradecérselo lo suficiente.

Vive tu vida como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir. 

Espero que este artículo acerca del Dios de Spinoza y Einstein te haya hecho pensar . Esa era la intención. Cuídate.

Namasté.

POR: CÉSAR ÁLVARO

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Namasté