SER+POSITIVO
En estos difíciles momentos que estoy pasando, siempre recuerdo una
frase que a veces se nos ocurría decir cuando éramos niños: “tengo hambre”... y
la decíamos más que por su verdadera connotación o significado literal de SENTIR
HAMBRE... la decíamos por aburrimiento, por fastidiar o para hacernos notar por
nuestros padres o por las empleadas que nos atendían.
Autopista Francisco Fajardo – Caracas 1960
Debo mencionar que me encuentro cercano a completar mi sexta década de
existencia, es decir que al mencionar mi infancia estoy hablando de una
Venezuela en los años '60 y ‘70 del siglo pasado, o sea de la época de la
“Venezuela Saudita”, estoy hablando de un país diametralmente opuesto al que
tenemos actualmente; era un país pujante, en crecimiento, unos decían que en
“vías de desarrollo”, con una moneda fuerte, con una economía en marcha y sana,
con un aparato productivo y un parque industrial activos, un gran auge en la
construcción, era un país modelo para otras naciones latinoamericanas, un país
emergente de oportunidades, donde venían inmigrantes de los más diversos
lugares del mundo buscando en nuestra tierra una oportunidad para rehacer sus
vidas y para echar raíces en este paraíso terrenal de América latina. También
había sectores de la población que tenían pobreza y necesidades, siempre los
hubo como en cualquier lugar del mundo, pero había una expectativa de vida
positiva, una esperanza de un futuro mejor, la capacidad de poder superarse y
la posibilidad de solucionar los problemas en base al esfuerzo propio, a la
capacitación y al trabajo.
Calle Real de Sabana Grande años ‘60