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sábado, 17 de noviembre de 2012

¿Cómo identificar a un mal jefe?

8 puntos para darte cuenta que eres un mal jefe antes de que sea demasiado tarde...
Material corporativo
© Getty Images
Tu trabajo no es bueno, pero déjalo así

Aunque usted no lo crea, un jefe gritón y mal humorado que con su sola presencia pone a temblar a sus empleados no es la imagen más apegada a la realidad a la hora de describir a un mal jefe.
Y es que a pesar de que ese es el lugar común, según estudios, apenas el 20 por ciento de esa clase de acciones ofensivas y agresivas constituye el comportamiento de un mal jefe.
Un mal jefe es malo no por lo que hace sino por lo que deja de hacer. Y como un mal jefe hace que su talento se vaya, he aquí una serie de puntos para identificar si usted está fallando como jefe.
¿Cómo saber si soy un mal jefe?...

1. No inspiras a tu equipo, te falta energía y entusiasmo. Un mal jefe se identifica con facilidad cuando es pasivo y no tiene la energía para mover a sus empleados e inspirarlos a ser creativos y mejores en su trabajo.
2. Aceptas la mediocridad. Si un proyecto final tiene resultados muy por debajo de lo que se esperaba y es aceptado así en lugar de exigir excelencia, se fomenta la falta empeño de un equipo de trabajo. Permitir que se alcancen resultados con poco esfuerzo es el principio del fin de un jefe.
3. No tienes visión. Otra característica de los malos jefes es que tienen una visión muy vaga e imprecisa de la dirección hacia la que van. Debido a esto no pueden comunicar metas a largo plazo y sus empleados y colaboradores no tienen idea del futuro, ni del camino a recorrer. Estos jefes son generadores de incertidumbre.
4. No predicas con el ejemplo. Un jefe que reprende por llegar tarde a la oficina pero que no es capaz de llegar a tiempo a una junta deja mucho que desear en el departamento de la confianza. Sus subalternos y colegas pronto tomarán el ejemplo.
5. No aprendes de los errores. No aprender de los errores condena el fracaso al repetir y repetir lo que no se quiere admitir que no funciona.
6. Te resistes al cambio. Un jefe puede ser terco. Ser terco no es necesariamente malo pero si esa terquedad hace que se resistan los cambios que se generan en los negocios día con día, ese jefe va derechito al fracaso. Si a esto se le suma que no acepta nuevas ideas, su liderazgo es más que cuestionable.
7. No desarrollas a tu equipo. En este caso tenemos a un jefe que no se interesa en el crecimiento y desarrollo profesional de su empleado. No interesarse en los empleados implica no interesarse en el departamento y eso a la larga afectará al conjunto de la empresa.
8. Tus relaciones interpersonales son malas. Un jefe puede ser gritón, corajudo y temible pero si es capaz de escuchar, acercarse a sus empleados, felicitarlos cuando es debido y reforzar buenos hábitos, su liderazgo es positivo para la empresa.
Un mal jefe se manifiesta por lo que no hace o deja de hacer más que por lo que hace.

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