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viernes, 22 de marzo de 2013

¿Qué hace que un líder sea muy poco efectivo?


Los 7 hábitos de los líderes muy poco efectivos

Los 7 hábitos de los líderes muy poco efectivos
Quiminet
Los 7 hábitos de los líderes muy poco efectivos
Hay que iniciar por aceptar que todo líder lo es debido a razones incuestionables, pero, entonces ¿cómo es que fallan? Es posible identificar ciertos hábitos que llevan a los líderes al fracaso.

Estos rasgos se pueden encontrar dentro de las actividades de cada líder, los cuales deben ser sólo los indicios de que el liderazgo está en riesgo de perder su efectividad.

Hábito uno: Se ven a sí mismos y a sus empresas como el modo de dominación del entorno

Este suele ser el primer y más dañino rasgo, aunque tenga sentido, ¿acaso las empresas no deberían de tratar de dominar su ambiente empresarial, tanto el futuro como la forma del mercado? ¿No son los líderes los que logran establecer el ritmo dentro del mercado? Las respuestas son afirmativas, pero en realidad hay una trampa. A diferencia de los líderes exitosos, los líderes que fracasan no cuestionan su dominio, tampoco toleran depender de cambios o circunstancias. Ellos sobrevaloran sus capacidades para controlar acontecimientos, mientras que subestiman el azar y las condiciones del éxito.

Esto les sucede a muchos directores generales, tienden a creer en sus privilegios o ventajas, llegan a considerarse los creadores de sus empresas y también se ilusionan al considerar que los demás sólo están para ejecutar sus decisiones en la compañía.



Autoridad
© Getty Images
Autoridad
















Hábito dos: Se conjugan tan bien con la compañía que pierden el límite entre lo personal y lo corporativo.

Este hábito también parece ser beneficioso, ya que se espera que los líderes de negocios estén totalmente comprometidos con sus empresas, pero los ejecutivos que no saben definir la diferencia entre estar comprometidos lo suficiente con demasiado comprometidos con su trabajo son quienes pueden fracasar en su liderazgo. Esto sucede porque en vez de ver la empresa como las compañías que tienen que procurar, las conciben como una extensión suya, como una pertenencia económica. Los directivos que llegan a esta visión utilizan sus puestos para alcanzar sus ambiciones personales.

La puerta falsa a la que se aferran estos líderes empresariales es tomar dinero de la empresa para solventar gastos personales. Muchos líderes se confunden al pensar que le han propiciado tantas ganancias a la empresa que ellos tienen derecho a sacar ventaja económica, y cómo no, ¿acaso, esa no es su empresa?


Hábito tres: Se piensan como las personas que poseen todas las respuestas.

Durante tanto tiempo se ha creado la imagen de líder ejecutivo ideal como la persona dinámica, la que interviene oportunamente en todos los proyectos, manejando crisis simultáneas, invirtiendo poco tiempo en resolver asuntos complicados; que ahora es imposible para un empresario no reconocerse así. Desafortunadamente, la realidad está muy alejada de esto. Los líderes deben atender todo de manera tan clara y decisiva que resuelven los problemas muy rápido, sin la oportunidad de entender las consecuencias menores, peros sustanciales. Lo que es peor, estos líderes que ya tienen todas las respuestas son poco receptivos a nuevas ideas.

Los líderes que no pretenden fracasar, antes de tener todas las respuestas, prefieren no estar cerrados a distintos puntos de vista.

El líder inefectivo es despiadado con los que no lo apoyan

Mis empleados son un dolor de cabeza
© Getty Images
Mis empleados son un dolor de cabeza
Hábito cuatro: Son despiadados con las personas que no están completamente con ellos.

Los directivos que creen que su trabajo también implica inculcar la creencia en su visión, además consideran que su función es conseguir que cada uno de su equipo invierta en ellos. Toda persona que no se integre a la visión del líder puede perjudicarla.  A los colaboradores sólo les quedan dos opciones: apéguese al plan o retirarse.

Aunque es evidente, hay que mencionar que este enfoque es innecesario y destructivo. Los líderes empresariales no creen que sea necesario que se aprueben sus decisiones por unanimidad para que su visión sea llevada a cabo con éxito. Por medio de la eliminación de los puntos de vista discrepantes y que contrastan con su visión, los directivos destructivos se separan de su mejor opción para identificar y corregir los posibles problemas. Así mismo, los ejecutivos que intentan reprimir las diferentes visiones sólo llevan a una empresa donde impera la clandestinidad de ideas, y con esto, la inestabilidad de la empresa.


Hábito número cinco: Se comportan como portavoces acreditados, están obsesionados con la imagen de la empresa.

Se nota que estos ejecutivos de altos mandos son observados por muchas personas, el problema surge cuando en medio de los elogios, los esfuerzos de esto líderes por gestionar la empresa pasan a ser superficiales e infructíferos. Pasa que en vez de poner en práctica las cosas se conforman con aparentar llevar cada asunto.

Muchos medios de comunicación son un simple acto de la vida de un ejecutivo, los líderes empresariales alcanzan la atención de los medios al dedicarse de lleno a las relaciones públicas. Los directivos que llevan a la perfección su imagen pública se obsesionan con su presentación, entonces le dejan poco tiempo a los detalles de su dirección.

El plus negativo de los líderes empresariales llega cuando convierten la imagen de la empresa en el objetivo primordial, entonces se corre el riesgo de tomar los fondos financieros o de información para promover sólo esa imagen en lugar de tratarlas como una herramienta de control. Es contabilidad creativa utilizada para presentarse al público, todo se trata de relaciones públicas.

Los malos líderes subestiman los obstáculos 

Carrera con obstáculos
© Getty Images
Carrera con obstáculos
Hábito número seis: Subestiman los obstáculos.

Dentro de los privilegios de ser directivo está la posibilidad de adoptar un enfoque. No obstante, los ejecutivos que están demasiados apegados a su visión no ponen interés en las dificultades que los mantienen en ese puesto. Cuando resulta que uno de esos obstáculos es mucho más problemático y no se le consideró como importante, entonces llega la caída en picada.

Es muy complicado que los directivos se den tiempo de revalorar las acciones o detenerse para considerar si sus políticas son funcionales. Estos líderes poseen la imperiosa necesidad de acertar en toda decisión, en caso de titubear puede ponerse en duda su posición. En caso de que el directivo acepte que ha obrado de manera errada, por lo menos una persona reclamará la efectividad de este funcionario. Justo esta reacción es la que no facilita el cuestionamiento de algún movimiento elegido, lo cual hace la presión más insidiosa.


Hábito número siete: De manera obstinada, continúan sobre la línea que alguna vez les funcionó.

Muchos líderes de empresas ante el declive deciden volver a lo que conocen como métodos seguros, con el deseo de aprovechar lo que ellos conocen como fortaleza, se aferran a un modelo de negocio. Esta postura inamovible se refiere a el ofrecimiento de un producto ante un mercado que ya no existe u obsoleto. El líder, en vez de considera opciones que se adapten a las circunstancias actuales, piensa en el despegue de su carrera como la ruta de salvación.

Muchos de los líderes que fracasan son personas de hábitos, ya que sus carreras se debe a un momento decisivo, vuelven a él, es muy probable que ya otras veces, bajo otras circunstancias haya servido, permiten que esta misma idea sea su marca, sin importar si ha dejado de ser real.


Si actualmente hay alguien en su empresa que muestra estas señales, hay que pensar en removerlo del cargo. 

Y si es el dueño de la empresa, conviene enviarle este artículo para que ponga los pies en la tierra antes de que sea demasiado tarde.


FUENTE:http://www.quiminet.com/empresas/los-malos-lideres-subestiman-los-obstaculos-2802028.htm

25-Jun-2012 

¿Qué hace que un líder sea muy poco efectivo? Los 7 hábitos que echan a perder a un líder.



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