Una de las dudas más frecuentes por parte de las empresas es si un empleado con VIH supone un riesgo para sí, y /o para el resto de sus compañeros. También, si un empleado con VIH implica un costo mayor para el empleador, por el tratamiento que tiene que llevar adelante o si falta más seguido a su trabajo.
Éstos, entre tantos otros, son mitos que circulan cotidianamente en relación al VIH y el mundo laboral, que refuerzan la estigmatización y discriminación hacia las personas con VIH. No existe un régimen laboral diferenciado para las personas con VIH. El virus de VIH no se transmite de forma casual, sino a través de 3 vías muy claras y bien definidas: vía sexual, de la madre al hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia y mediante la sangre o por elementos cortopunzantes. La utilización de elementos de bioseguridad se constituye, en la actualidad, una práctica universal y obligatoria, sin importar si existe infección por el VIH conocida o no.
El tratamiento no genera costos para el empleador. En Venezuela, las personas con el VIH tienen el acceso al tratamiento médico, farmacológico y psicológico a través de las obras sociales, clínicas privadas o el hospital público.
Las personas con el VIH no generan mayor ausentismo, ni requieren adecuación de tareas de acuerdo al diagnóstico. La solicitud de la prueba de VIH viola el derecho a la intimidad, es arbitraria e innecesaria. No existe normativa que establezca la obligatoriedad para los trabajadores de notificar al empleador acerca de la infección por VIH y esto es así, no porque los legisladores le tuvieron lastima a las personas que viven con el VIH y no fueron precavidos ante letal virus, no fue así, esta demostrado desde distintos puntos de vistas y vertientes que la practica de la prueba para el VIH es estrictamente confidencial y no debe exigirse como requisito en el campo laboral. Y hacerlo tampoco protege a la persona de un eventual despido si no cumple con el contrato que fue establecido.
A través del Diario El Heraldo de Honduras, una lectora hizo pública su situación enviando una carta. Expresando la siguiente serie de atrocidades:
“Después de haberme hecho una serie de exámenes de sangre me llamaron pidiéndome que querían hablar conmigo y me dieron la noticia que yo era VIH positivo y ese momento sentí que se desvanecía mi vida en un instante y quería imaginar que aquello que me decían que era una pesadilla y que iba a despertar de ella pero las cosas no eran así.
Solo me reportaba con mi jefe y les decía que tenía cita o que me habían dejado exámenes como era obvio mis jefes ya estaban incómodos por mi situación de embarazada y con esto de las citas seguidas se pusieron más estrictos y ya las cosas cambiaron para mí, mis jefe me empezaban a llamar y me preguntaban ¿Por qué iba tan seguido al seguro? Yo le dije que tenía complicaciones.
Mis jefes pagaron para averiguar de mi situación cuando lo supieron me llamaron a la oficina de ellos, cuando entre en ella estaban su abogado y otro hombre que nunca supe que hacia ahí, me dijo con voz fuerte que si yo pensaba que él era estúpido y me podía burlar de él, me grito diciéndome que él ya sabía que yo tenía SIDA, se atrevió decirme que ya estaba para morirme y que como pretendía seguir trabajando para ellos si yo no tenía posibilidades de vida.
Le pregunte como había averiguado eso y me respondió muy tranquilo que no hay nada que se le escape a él de las manos y que tiene los medios como saberlo, amenace con demandarles por haber averiguado sobre mi situación seropositiva a lo que respondió que nadie me creería, que lo único que pensarían era que quería sacarles dinero.
Prometió guardar el secreto y no divulgarlo a nadie.
Se lo comento a su esposa y ella empezó hacerme la vida imposible se lo comento a muchas personas en la empresa para no hacer larga la historia casi toda la empresa se dio cuenta inmediatamente, me quitaba horas de trabajo y no me pagaba todo para rematar me cobraba cosas que yo jamás rompí, me hizo pagar un filtro que estaba roto de la palanca de sacar agua y por ese filtro sacaba la mitad de mi sueldo cada quincena; me miraba mal y trataba de evadirme a como fuera lugar. Me llamaba la atención por cualquier estupidez me restringió el uso del baño, comedor y hasta el de la fotocopiadora; me mandaba memorándum avisando de que tenía prohibida el uso de ciertas cosas entre esas hasta el teléfono de la empresa, me fue descendiendo de puesto me hacía permanecer parada aun sabiendo que en mi estado no podía permanecer parada.
Ellos empezaron a ofrecerme dinero con el fin de que yo me fuera y quitara las demandas cosa que yo no acepte y no quise porque yo lo único que quería era poder trabajar en paz y poder tener mi seguro social, los comentarios de ellos fueron: para que quería tal cosas si yo ya estaba para morir.
Las siguientes semanas recibía amenazas en celular, me amenazaban con hacerle daño a mi familia si no dejaba a los dueños de la empresa y a la empresa.
La amenaza se hizo realidad en una de mis citas con el médico me interceptaron en la entrada del seguro me hicieron subir a un carro y empezaron a gritarme a ofenderme con palabras feas, me patearon y me tenían agarrada de la cara y me dijeron esto solo era una parte de lo que me pasaría, si yo seguía con esto acabaría mal y me tiraron del carro y yo como pude fui a emergencias a atenderme me atendieron, por eso me retiraron antes de tiempo de mi maternidad las cosas siguieron igual y hasta sin sueldo, resulto que mi salud empeoro más hasta el punto que tuve a mi hija de emergencia porque se estaba ahogando dentro de mí y naciendo con complicaciones, debido a eso le resulto neumonitis a los 8 días de nacida.
Mataron a un familiar mío por andar buscándome para matarme y todo por su ignorancia hacia nuestro derechos y más por negligencia del gobierno hacia nuestros casos. Al final salí del país huyendo como una ladrona abandonando a mi hija porque no la podía traer conmigo y llevo un año viviendo en el extranjero peleando para traer a mi hija y sin la posibilidad de poder regresar a mi país por el temor a que me maten con balas.”
Toda esta historia seguramente no se puede comparar con la de otros que viven una condición estigmatizada y discriminada por la sociedad, cada uno tiene una vivencia diferente que contar.
Se trata de sensibilidad, tristemente la realidad venezolana y específicamente la de nuestra zona es de mucha ignorancia y poco interés con respecto del VIH y sus distintas aristas. Contribuyendo directa o indirectamente a nutrir la discriminación y el estigma que producen una carga emocional INFRAHUMANAMENTE posible de llevar, evidenciándose situaciones como las expresadas en la carta de la lectora.
Toda empresa privada tiene sus propias políticas internas para contratar personal, la mayoría incluye no contratar a personas que vivan con el VIH o que tengan alguna discapacidad, están en su derecho, pero contradicen las leyes del país, ante esto, nadie hace nada.
INFORMATE correctamente sobre el VIH/SIDA, imagina que puede vivir dentro de ti y ni siquiera lo sabes. Me despido hasta el próximo viernes.
Fuente: blog.elheraldo.hn/mschauer
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Namasté