Que los fabricantes de automóviles han tenido poco éxito en la Fórmula 1 es un hecho, muy pocos de ellos han logrado Títulos Mundiales. ¿Por qué con todo el apoyo de enormes empresas no logran la mayoría de las veces el éxito esperado?
Toyota, Honda, BMW o Ford son fabricantes de automóviles de enorme éxito que han intentado ganar Títulos y han fracasado, y desde luego que no ha sido por dinero. El presupuesto de Toyota cuando compitió entre 2002-2009 estaba en la región de los 500 millones de euros, el más grande en la historia de este deporte. El resultado fue que no lograron ninguna victoria. Las otras marcas tampoco lograron mucho más.
Por supuesto que hay excepciones. Renault ganó los Títulos de Pilotos y Constructores con Fernando Alonso en 2005 y 2006. Su presupuesto era de 150 millones, ¿cómo lo lograron mientras que Toyota no pudo con muchos más medios? Según Mike Gascoyne, director técnico de Renault desde 2001 hasta 2003, que después se marchó a Toyota, la respuesta es simple. Renault dejó que Flavio Briatore comprara un equipo establecido y lo condujera de forma totalmente independiente de la entidad corporativa. Toyota en cambio trató de hacerlo funcionar como parte del grupo corporativo. Uno tuvo éxito y el otro fracasó estrepitosamente. La conclusión parece clara, pero con matices; Honda y BMW adoptaron un enfoque parecido al de Renault y no tuvieron éxito.
Luego está Ferrari. El único equipo que ha participado en todos los Campeonatos del Mundo también es un fabricante de automóviles, aunque algo especial. La Scuderia comenzó como un equipo independiente y todavía funciona como tal, siguiendo el modelo descrito por Gascoyne. Hablando de Ferrari, no podemos dejar pasar la ocasión para decir que, por supuesto, la F1 no sería lo que es hoy sin el apoyo financiero y tecnológico de los fabricantes de automóviles.
Lo que la historia parece decirnos es lo mismo que sucede en otras industrias; las pequeñas empresas en cualquier campo tienden a ser emprendedoras, ágiles y flexibles, mientras que las grandes tienden a seguir engorrosos procesos, siendo más lentas en la toma de decisiones. Y la F1 es una disciplina muy especializada y muy diferente al desarrollo y fabricación de coches de calle, por lo que lo más adecuado suele ser que los fabricantes dejen trabajar a su aire a los expertos en F1.
Este es el error en el que cayeron Jaguar (entonces propiedad de Ford) y Toyota. Operaban de la misma forma que la compañía que fabricaba los coches de calle. Toyota tenía detrás al mayor fabricante de automóviles, enormes recursos y muy buenos técnicos, pero como Jaguar, se empeñaron en hacer las cosas a su manera. Gascoyne fue despedido de Toyota en 2006 después de dar un gran empujón al equipo, por su conocida intolerancia a la interferencia de la entidad corporativa de la marca japonesa. Quería hacer las cosas a su manera y logró muchos avances, pero la marca le complicó la vida hasta que fue despedido y el equipo volvió a perder
competitividad.
competitividad.
Como decíamos antes BMW y Honda han sido casos un poco especiales. Cada uno ganó una carrera. BMW luchó por el Campeonato del Mundo en 2008 y el que era el equipo Honda lo ganó en 2009 cuando se había convertido en Brawn con el apoyo financiero de la misma Honda, que se retiró de la F1 al final de 2008 tras dos malas temporadas. Los dos siguieron el camino de Renault; Honda compró BAR y empleó a gente proveniente de las carreras para llevarlo. BMW compró Sauber e hizo lo mismo.
BMW hizo pasar al equipo Sauber del octavo puesto en el Campeonato de Constructores al tercero en dos años, y después de que Robert Kubica ganara en Canadá en 2008 el polaco luchó por el Título hasta la última carrera. Pero la estrategia corporativa era la de ganar carreras aquel año y luchar por el Título al siguiente, así que pararon el desarrollo de aquel coche para centrarse en el de la siguiente temporada, desaprovechando una excelente oportunidad, algo que enfadó mucho a Kubica. La falta de competitividad en 2009 fue la sentencia de muerte del equipo. Una empresa tan exitosa como BMW no podía permitirse el fracaso. Este es otro de los problemas de los fabricantes, subestimar la dificultad de ganar en F1 y decepcionarse cuando el éxito no llega pronto.
Mercedes parece haber aprendido las lecciones que la historia nos ha dado con Ross Brawn al frente, las llegadas de Toto Wolff y Niki Lauda, que son hombres de carreras, y no provenientes de Mercedes. El equipo sigue en proceso de cambio tras tres decepcionantes temporadas después de comprar el equipo campeón Brawn GP, con la llegada del director técnico de McLaren Paddy Lowe preparado para la potencial salida de Ross Brawn, así que veamos cuál es el próximo episodio de la historia de los fabricantes en la F1.
fuente: autosport
Posted: 08 Aug 2013 02:13 AM PDT
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