un hermoso mensaje para la vida...
Desde que nacemos todos empezamos a tallar con sentimientos propios y a veces encontrados, el árbol de los amigos de cada uno. Tanto tu vida, como la mía esta llena de encuentros con otras personas, seres que marcan nuestra existencia de una u otra forma, dejando recuerdos dulces, experiencias amargas, sabores alegres o indiferencia ausente, pero cada persona que pasa por nuestra vida se lleva un pedacito de nuestro corazón. Algunas en un solo encuentro y otras poco a poco como una suave brisa de cariño. Pero todas dejan su firma en tu existencia...
Y eso te marca, modifica tus sensaciones, tu realidad y tu forma de sentir la vida. Algunas lo hacen dejando un matiz, y otras modificando tu ADN vital depositando un sabor profundo e intenso. Algunas quisisté que permaneciesen cerca y otras que se alejasen lo más posible. Pero todas dejaron surcos en tu vida.
El encuentro entre dos personas es como el de dos sustancias químicas: si hay reacción, ambas se transforman
-C. G. Jung-
Te dejo con un video tan bonito como imprescindible acerca de las relaciones: el poema
El árbol de los amigos.
Dos almas no se encuentran por causalidad.
Ya sabéis que siempre he defendido en estas páginas que la casualidad no existe, y creo firmemente que todos tenemos algún hilo rojo en nuestra vida que nos conecta de forma especial con otras personas, con personas que queremos actualmente o que amamos en el pasado. Pero también con esos amigos que añoramos, con esas personas que pese a no tener mucho trato desaparecen y dejan una marca en la corteza de nuestro árbol de amigos.Desde aquí quiero agradecer a todos aquellos que forman parte de mi camino vital habiendo tejido su propio trocito en esa telaraña de sentimientos y relaciones que dan calor a mi corazón. Algunos seguís presentes desde hace mucho tiempo, otros desaparecieron para mi desdicha y otros regresaron entregándome algo más de energía para superar contratiempos y poder seguir diciendo que amo la vida.
Cómo dice el texto, cada uno tiene su lugar y su función… al igual que nosotros lo tenemos en la existencia de otros.
Cada persona que pasa por nuestra vida es un mundo, con sus experiencias pasadas, sus ilusiones, creencias, miedos y valores. Por lo que cada encuentro con uno de esos amigos es una transfusión de alma, donde a veces tenemos el mismo grupo sanguíneo y en otras es complicada la compatibilidad, por lo que se produce rechazo y a veces hasta dolor. Aún así creo que pasaron por tu vida por algún motivo.
Si quieres puedes volver a disfrutar de este poema tan esclarecedor y bello. Ahora leyéndolo obtendrás matices que quizás antes no te llegaron:
El árbol de los amigos
Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino. Algunas recorren todo el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, mas otras apenas las vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote es nuestro papá y nuestra mamá, nos muestra lo que es la vida. Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.
Mas el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.
Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces es llamado un amigo enamorado. Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies, cosquillitas a nuestro estómago, etc.
También existen aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.
Hablando de cerca, no podemos olvidar a los amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es darnos cuenta que aquellas que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
Hoy y siempre…
simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevaron mucho, pero no habrá de los que no nos dejaran nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por causalidad.
Las personas se encuentran cuando necesitan encontrarse.
-Paulo Coelho-
Por último ¿Cuál es tu árbol de los amigos? ¿Cómo son sus hojas?
¡Qué tengas un gran día!
AUTOR:
César Álvaro
Cofundador de www.ununiversomejor.com y curioso investigador de todo lo relacionado con la felicidad y el éxito. Tratando de sacar lo mejor de mi y de todo lo que me rodea. Con muchos sueños por cumplir y muchísimas ganas de dar guerra por muchos años. ¡Me encanta la vida!
César Álvaro
Cofundador de www.ununiversomejor.com y curioso investigador de todo lo relacionado con la felicidad y el éxito. Tratando de sacar lo mejor de mi y de todo lo que me rodea. Con muchos sueños por cumplir y muchísimas ganas de dar guerra por muchos años. ¡Me encanta la vida!
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Namasté