Caos, Sincronicidades y Arquetipos
La masacre de Aurora parece ser una irrupción de la energía del caos --y de la ficción-- en la realidad colectiva: El Guasón vuelve a jugar con nosotros y de manera extraña las fuerzas del universo, la dualidad inherente, ejectuan su danza equilibrista.
Las películas nos han robado nuestros sueños.
De todas las traiciones esta es la peor
F. Scott Fitzgerald
La premier de
Batman en Aurora, Colorado, a unos kilómetros de la matanza de Columbine, será
recordada como un evento trágico, en el que la ficción y la realidad se
mezclaron de manera terrible y una oscura profundidad de la psique humana surgió
a la superficie. Dark Knight
Rises: el Caballero de la Oscuridad se
Alza. Esto en cierta forma ocurrió y 12 personas murieron (incluyendo un niño de
12 años) y 58 fueron heridas cuando James Holmes disparó al público —algunos de
ellos disfrazados de Batman— con un sofisticado arsenal (se calcula que en total
las armas que obtuvo podrían llegar a un valor de 20 mil dólares). Estados
Unidos entró en un estado de shock al ver cómo el nuevo templo, el cine, era
violentado por un sociópata fanático, que dijo ser El Guasón.
La función había empezado, los habitantes de
Aurora estaban presenciando un moderno ritual, proyecciones de la cueva
platónica de los sueños, el héroe que hace suya la sombra para proteger a una
ciudad de las fuerzas del caos (según algunos críticos una poderosa obra del
director de Inception, Christopher Nolan). James Holmes, de manera aún
inexplicada, logró dejar su asiento para regresar con una panoplia de armamento
a la sala. Poco antes había teñido su cabello de rojo, el color de las fuerzas
indómitas, mimetizando el color del cabello de Heath Ledger, un actor que,
absorto en su caracterización de El Guasón, murió poco después de este papel.
Entre las drogas que encontraron en el cuerpo de Ledger estaba el Vicodin, una
sustancia que Holmes también optó por consumir.
Se dice que lo sucedido durante un evento como
este es ininteligible, como si los abismos de la mente humana (y los ambientes
donde germinan) fueran totalmente ajenos a nosotros e incomprensibles. Sin
embargo, aunque radicalmente sombríos, son parte también de nosotros, de nuestra
psique y de nuestra cultura. La estrategia mediática es el escándalo: lamentarse
ante lo insondable de la conducta humana e intentar descargar la tensión en un
culpable. Un asesino solitario que de alguna manera es un accidente social, pero
que le pone rostro a lo informe. Como dijera Marylin Manson sobre la masacre de
Columbine, de la cual fue periféricamente culpado: “El mayor miedo del hombre es
el caos. Era impensable que estos niños no tuvieran una razón en blanco y negro
para sus acciones. Además, se necesitaba un chivo expiatorio”.
En la nueva película de Batman, uno de los
diálogos dice “nada es casualidad”, esto es un cliché, pero es parte de la
fuerza de un lugar común que puede obtener una fuerza ominosa. Esta es la
prrerogativa de este artículo: internarse en las causas ocultas que percibimos
superficialmente como una coincidencia.
James Holmes estudiaba medicina, especializado en
neurociencia: el psicópata que se mira a sí mismo en el espejo fragmentado. Pero
a diferencia de otros asesinos de la cultura pop, no tiene antecedentes que lo
ubiquen como un “psicópata” en ciernes: su atrocidad fue su début. No tenía un
blog o una cuenta de YouTube de teorías de la conspiración; las personas,
pocas, que lo conocían, no tenían ningún indicio que lo perfilara como un tipo
disfuncional, violento o subversivo. Su acto parece haber brotado del vacío —que
contiene todo en potencia. Como si fuera una manifestación —o posesión— del
caos.
El único indicio que se tiene de una conducta
anómala en este caso parece ser la experimentación por parte de Holmes con
ciertos fármacos psicoactivos. El Telegraph reporta que existe un video del 2008 en
el que Holmes, que por otra parte es descrito como un “all-american boy”,
explica lo que llama “ilusiones temporales”, una “ilusión que te permite cambiar
el pasado” y que estaba trabajando en “una experiencia subjetiva, que sucede
dentro de la mente a diferencia de en el mundo exterior”. Una especie de
entrenamiento psicológico reminiscente del método que podría utilizar un actor o
un chamán.
En un fascinante ensayo Jonathan Zap explora el tránsito de la
ficción a la realidad en casos como el de la matanza de Aurora:
Las películas son una
tecnología de transmisión de sueños colectivos. Algunas películas que tienen un
alto acceso al contenido del inconsciente colectivo son lo que Charles Fort
llamó “zonas ventana” o portales entre dimensiones, y cosas extrañas e insólitas
suceden en su despertar. Particularmente películas sobre cosas ocultas y oscuras
tiene un historial de estos efectos de cruce. Un ejemplo familiar es el de
Brandon Lee, hijo de Bruce Lee, y su papel en la película The Crow
[...]. Brandon encarna el papel de alguien que ha sido asesinado, pero que
regresa de la muerte. Durante una escena, un arma que contenía supuestamente
solo salvas de alguna manera fue cargada con una bala que lo acabo matando.
Otras películas con un similar y tenebroso cruce: The Omen, The
Exorcist, The Twilight Zone y Poltergeist.
Una de las sincronicidades más extrañas en este
caso es que la productora Warner Brothers había emparejado la exhibición
de Dark Knight Rises con el tráiler de la película Gangster Squad,
con una escena (aun en el tráiler) en la que unos gángsters salen de una
pantalla de cine para dispararle a la audiencia. Las personas que estaban por
ver Batman (el tráiler ha sido eliminado de las exhibiciones de esta película)
veían antes una prefiguración (¿mera casualidad?) de lo que estaba por ocurrir.
La ficción escapa de la pantalla y se filtra a la realidad. De nuevo Jonathan
Zap:
Como colectivo, debemos de
darnos cuenta de que el velo entre el inconsciente colectivo y la realidad
despierta siempre se está adelgazando e irrumpiendo. Mucho de lo que vemos en el
mundo fenoménico es una erupción de la psique. Las películas son artefactos que
transitan entre el plano imaginal, el tiempo del sueño y la realidad despierta.
No nos debería de sorprender que muchas veces sean portales que cruzan estos
planos, recordándonos que la válvula de seguridad entre la realidad en la que
lees estas palabras y otras realidades es una membrana semi-permeable.
El sitio Vigilant Citizen rescata que la semana pasada
también se estrenó el videoclip del rapero Lil Wayne,“My Homies Still”, en el
que este aparece en una sala de cine sentado alrededor de 12 calaveras
(extrañamente son 12 las personas que murieron en Aurora).
En el cómic de 1986 Batman: The Dark Knight
Returns, se muestra a un hombre desquiciado que asesina a tres personas en
una sala de cine —los medios, en el cómic, señalan que el asesino fue inspirado
por Batman. Otra extraña prefiguración.
Los sitios de teorías de la conspiración en
Internet inescrupulosamente hablan de un evento montado por una espectral elite
que supuestamente mueve los hilos de nuestra cultura como si se tratara de un
masivo ritual de control mental. Este es el eterno dilema de encontrar un
cuplable, de hacer una transferencia psicológica de lo que nos sucede a alguien
más. Pero más aterrador y fascinante es, como dijera Terence Mckenna, que nadie
tiene el control, nadie tiene potestad sobre el caos y la entropía. Solo hay
algunos que lo sirven o surfean mejor. Como el Guasón. En este caso el Guasón
Cósmico, el Cosmic Joker, el arquetipo macrocósmico del trickster.
George Hansen, en su libro The Trickster
and the Paranormal, lo describe de esta manera:
El trickster es un
personaje que se encuentra en la mitología, en el folclor y en la literatura de
todo el mundo; los tricksters aparecen como animales, humanos y dioses.
Tienen una serie de características en común y algunas de sus cualidades más
destacadas son la disrupción, el desorden, la sexualidad irrepresa y la
inconformidad con lo establecido. Son típicamente masculinos. Los
tricksters generalmente engañan a seres más grandes y poderosos que
quieren contenerlos; pueden ser adorablemente astutos o desagradablemente
estúpidos —tanto héroes culturales como búfones egoístas.
Los tricksters son
los que cruzan las fronteras; desestabilizan las estructuras; gobiernan las
transiciones. También encarnan las paradojas, la contradicción, la ambigüedad.
El tema de la marginalidad puede incluirse aquí. Los tricksters son
personajes marginales; viven en las fronteras, en un estatus incierto,
indefinible.
Entre los emblemas del trickster se
encuentran los brujos; un gran ejemplo es Don Genaro, la contraparte más lúdica
de Don Juan Matus, en la saga de Carlos Castaneda. El mejor emblema de la
cultura pop de un trickster es El Guasón, la fuerza opuesta y necesaria
de Batman. Encarnación suprema de la dualidad: un hombre maligno que siempre
sonríe. Es una continuación de deidades-arquetipos como el dios bifronte romano
Jano, el eterno Hermes (ladrón de ganado), el dios feral Pan (que encarnara el
siempre joven Peter Pan), Mitra, Seth y Tezcaltilpoca que engañan a su hermano
(Osiris y Quetzalcoatl) de manera muy similar como el Guasón embauca a Batman y
por supuesto de Shiva, el Destructor, que se representa con pintura de cenizas
(la muerte) de igual manera que el Guasón tiene el rostro pintado de blanco.
El Guasón también tiene una alta conexión
simbólica con la carta del Tarot del Ahorcado. Carta que encarna Heath Leadger
en la película The Imaginarium of Dr. Parnassus. Antes de
que el personaje de Ledger aparezca en esta película, el Dr. Parnassus obtiene
esta carta en una lectura de Tarot, poco después vemos a Ledger colgando del
puente Blackfriars Bridge, lugar donde (en la vida real) fue encontrado muerto
el banquero Roberto Calvi, miebro de la sociedad secreta de los Caballeros de
Malta, quien fuera parte del escándalo del Banco Ambrosiano del Vaticano.
Ledger no pudo terminar la película de Terry
Gilliam ya que murió por una sobredosis de medicamentos, envuelto en una extraña
despresión, ominosamente mezlcando la realidad con la ficción. Jack Nicholson,
también El Guasón, le había advertido que representar este personaje era
sumamente desgastante. Como si su alma fuera transferida a él, cumpliendo una
especie de rito o sacrificio en el teatro de los sueños.
Es posible que esta veta de James Holmes (el
antihéroe) como El Guasón sea solamente una historia que los medios nos están
vendiendo, pimienta metafísica para las narrativas colectivas. Pero también es
posible que encarnara, a la manera de una posesión (liberación de una cauda
inconsciente) el arquetipo del Guasón. Podría parecer algo despiadado asignar a
una tragedia como la sucedida en Aurora una causa divina/demoniaca (DEMON
EST DEUS INVERSUS, escribió Madam Blavatsky), una irrupción de lo numinoso
en la realidad, pero es ridículo pensar que solo lo bueno y milagroso es obra de
lo divino. Antes que los dioses del Olimpo están los titantes, los dioses del
caos.
No quiero con esto hacer una apología de la
masacre —la cual es a todas luces condenable—, solo busco entender lo sucedido y
seguir las pistas en el bosque pánico del Guasón Cósmico. Lo que ocurrió es
inexplicable pero solo en la medida en la que el caos lo es: una manifestación
secreta y brutalmente energética del orden, el cosmos. Por momentos la sombra
del alma del universo se vuelve visible.
- Publicación: 27/07/2012 3:51 pm
- Autor: Aleph de Pourtales
Twitter del autor: @alepholo
FUENTE: http://pijamasurf.com/2012/07/sobre-la-matanza-de-la-premier-de-batman-caos-sincronicidades-y-arquetipos/
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Namasté