Una mano arriba
Ninguno de
nosotros vino aquí a existir en un mundo lleno de problemas durante setenta u
ochenta años para poder, al final, ser puestos en una caja y ser enterrados
cuatro metros bajo tierra. Vinimos a
vivir.
Vinimos a disfrutar y a saborear la vida. Vinimos a caminar con abundancia, gracia y amor. Vinimos a aprender y a enseñar y a crecer. Vinimos a celebrar la vida. Vinimos a prosperar.
Vinimos a disfrutar y a saborear la vida. Vinimos a caminar con abundancia, gracia y amor. Vinimos a aprender y a enseñar y a crecer. Vinimos a celebrar la vida. Vinimos a prosperar.
Sin embargo, es
sorprendente que pocos hacemos lo que vinimos a hacer.
Verdaderamente,
la mayoría de los 6.5 mil millones de personas que actualmente vivimos en el
planeta pasamos la vida apenas sobreviviendo de un día al otro. Asumimos que
cada día que sobrevivimos es lo mejor que nos puede pasar y así es que la meta
no es disfrutar y ser bendecidos cada día, sino sencillamente salir del paso lo
más pronto posible.
Si crees que
estoy exagerando, entonces detente un momento y piensa en lo que la gente te
responde cuando les preguntas cómo están. Es muy probable que oigas respuestas
como...
"Apenas
sobreviviendo."
"Ahí la
llevo."
"Tratando
de sobrevivir un día más."
O quizá lo
mejor que escuches sea, "Bien", en un tono tan resignado y apagado
que de inmediato sabrás que la persona con la que hablas vive una vida mediocre
y no tiene absolutamente ningún deseo por cambiar.
El problema con
estas respuestas es que tienen una vibración tan baja que prácticamente la
tienes que raspar del piso para sentirla. Y por alguna desconocida razón, la
mayoría de nosotros tenemos la idea de que no estamos teniendo compasión ni
estamos siendo comprensivos si nos sentimos bien mientras los que están a
nuestro alrededor se sienten mal, así es que nos sentimos obligados a bajar
nuestra vibración para hacer juego con la de los otros.
Lo cual, por
supuesto, no tiene sentido.
No tiene
sentido porque la vida no es un sube-y-baja. No importa cuanto lo trates, no
puedes bajar tu energía lo suficiente para subir la de alguien más. No puedes
ser lo suficientemente pobre para hacer rico a nadie. No puedes estar lo
suficientemente enfermo para sanar a alguien. Y no te puedes poner tan triste
como para hacer feliz a alguien más. Entonces, ¿por qué lo haces?
El mayor regalo
que le puedes dar a alguien es tu alegría, tu gusto por la vida, tu entusiasmo
y tu exuberancia. Y el peor servicio que le puedes dar a alguien que está en un
nivel de vibración bajo es el de bajar tu propia vibración para igualarlos. Así
como dos malos no hacen un bueno, dos bajones no hacen un levantón. Nunca.
Así es que
continúa, mantente exuberante cuando los demás no lo estén. Si estás lleno de
energía y alegría y quieres gritar tu apreciación por la vida desde lo más
alto, grítalo y no te sientas que tienes que bajarle cuando te encuentras a
algún debilucho que responde “bien”.
Mejor súbele.
No tienes que enloquecer, pero tampoco necesitas doblarte como Superman cuando
alguien saca su Kriptonita. Lo creas o no, la alegría es tan contagiosa como la
depresión. Y es más divertido regar la alegría que la depresión. Así es que,
riégala.
La siguiente
vez que alguien te diga que “ahí la lleva”, en lugar de bajar tu tono con un
"Sí, sé bien de lo que hablas", piensa en lo que puedes hacer para
convertir su negativismo en tu positivismo. Muéstrale algo hermoso, cuéntale un
chiste, o dale un abrazo, o compártele una sonrisa, o simplemente mándale una
bendición, cubre a la persona con amor incondicional. El moverte de una
respuesta mediocre hacia una magnífica, toma un poco de tiempo para pensarla,
pero vale la pena el esfuerzo.
Y cuando
alguien te pregunte que cómo estás, asegúrate de que tu respuesta sea el
radiante reflejo no solo de quien eres en ese momento, pero de la persona en la
que te estás convirtiendo. Responde con expresiones como...
"Estoy
bendito."
"Estoy de
maravilla."
"Estoy
agradecido."
"¡FABULOSO!"
Porque por si
no estabas poniendo atención al principio, viniste a este mundo por razones
importantes:
Viniste a
vivir.
Viniste a
disfrutar y a saborear la vida.
Viniste a
caminar con abundancia, gracia y amor.
Viniste a
aprender y a enseñar y a crecer.
Viniste a
celebrar con la vida.
Viniste a
prosperar.
Viniste a ser
absolutamente fenomenal.
Y ¿qué
crees?... ¡LO ERES!
Así es que
dilo. Y refléjalo. Y selo.
Porque gracias
a tu presencia tienes la habilidad de recordarle a otros que ellos vinieron al
mundo por las mismas razones que tú.
Y esa siempre
ha sido la mejor manera de darles la mano a los demás.
El Pensamiento del Día:
"El mayor bien que podemos darle a los demás no es compartir nuestras riquezas con ellos, sino revelarles las suyas. "
-Zig Ziglar
La Afirmación del Día:
"Estoy abundantemente bendecido.
¡Soy FENOMENAL! "
AUTORA: KATE NOWAK
Líder del proyecto en Mexico: Liza Macari
http://experimento-prosperidad.blogspot.com/
IMAGENES: Google
AUTORA: KATE NOWAK
Líder del proyecto en Mexico: Liza Macari
http://experimento-prosperidad.blogspot.com/
IMAGENES: Google
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Mil Gracias por su visita en SER+POSITIVO y por dejar su comentario. Esperamos seguir disfrutando de sus visitas.
Un abrazo de luz y muchas bendiciones.
Namasté