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domingo, 2 de septiembre de 2012

Obsesiones: Miedo a la Muerte . . . Miedo . . .


Vuestras consultas: 

CONSULTA:
Tengo 22 años y desde pequeño siempre he tenido mucho miedo a la muerte, sobre todo a lo que hay después de esta, ademas de un terrible miedo a quedarme solo en la vida, es decir que mis seres queridos se vayan, mi madre, mi abuela, mis tíos... es un miedo terrible que me anula por completo, lo único que hago es pensar en el momento en que ocurrirá y eso es lo peor, por que lo único que me apetece es llorar.
Vuestras consultas: obsesiones




















Ademas tengo otro miedo, el de volverme malo o acabar haciendo algo malo, cada vez que sale algo en la televisión, en el periódico... me entra miedo de volverme así es terrible, me ocurre sobre todo cuando es sobre gente que se vuelve loca y mata a familiares o a gente y cuando es gente pederasta o violadores porque se me queda grabado en la memoria sin yo quererlo, ademas luego ese recuerdo me viene a la cabeza de forma espontanea sin yo quererlo, ademas el miedo a hacer algo malo me ha llevado a pensar en suicidarme.

(Quiero dejar claro que no soy un pederasta ni un violador, lo que me pasa es que tengo un miedo terrible a volverme así)


Gracias, espero vuestra respuesta.




RESPUESTA DE SOMOSPSICO:
Querido lector del blog:
Me imagino que tú mismo habrás notado que la palabra que más veces aparece repetida en tu consulta es el miedo. Miedo a la muerte, miedo a quedarte sólo, miedo a hacer daño a los demás, miedo a volverte loco, etc. Esto es algo que te preocupa constantemente y te hace entrar en un círculo lleno de dudas y sufrimiento.
En primer lugar, te diré que la relación que hay entre estos miedos es más "lógica" de lo que pueda parecer, sobre todo entre los dos miedos principales que experimentas. Por un lado hablas del miedo al abandono, a la aniquilación de tu ser o al de tus seres queridos y, en definitiva, a que ocurra aquello que desconoces, así como a ciertas situaciones que no sabrías cómo afrontar si sucedieran. Por otro, hablas de un miedo a hacer daño a los demás, a perder el juicio o incluso a acabar con la vida de los demás.
La forma en la que se te presentan estos miedos a la conciencia sin tú quererlo se denomina obsesión. Así, ciertas ideas, impulsos o imágenes aparecen más de la cuenta en tu cabeza y acaban por crearte ansiedad. Posiblemente dediques bastante tiempo del día tratando de convencerte de que esas cosas no ocurrirán, realizando continuas comprobaciones de algún tipo, de manera que la ansiedad baja momentáneamente para luego aparecer con más fuerza.
Lo más relevante de este asunto, y aquí está la cuestión, es que los temas de tu obsesión están relacionados con aspectos que entran en conflicto con tus valores. Si, por ejemplo, una madre perdiese a su hijo por accidente y lo intrepretase como que ha ocurrido por su culpa, quizás entrase profundamente en conflicto con la importancia que concede al valor "ser una buena madre". De esta forma, la obsesión versaría continuamente sobre que no es una madre apropiada, que puede hacer daño a los niños y acabaría culpándose y lamentándose por ello aún sin haber tenido nada que ver con lo que ocurrió.
En tu caso sucede algo parecido. El valor que concedes a tu familia, la necesidad que sientes de que estén contigo y la enorme importancia que das al hecho de estar cuerdo y no perder jamás el juicio han acabado por crearte obsesiones como "medio de proteger esos valores". Así, casi de forma mágica, tu cerebro trata de controlar y defender tus principios pensando repetidamente acerca de estos temas.
Para trabajar esto sería necesaria una terapia, aunque un paso que puede servirte de gran ayuda es el dar por hecho que estos pensamientos no tienen tanta importancia como les concedes, es decir, que todos podemos llegar a tenerlos en ciertos momentos de nuestra vida. Ten un poco más de compasión de ti mismo por esto y acepta que por pensar estas cosas no quiere decir que vayan a ocurrir ni que vayas a hacer nada malo.
De hecho, puedes comprobar por ti mismo con diferentes ejercicios de exposición a lo que temes, que en realidad sólo estamos hablando de pensamientos. En el caso de la mujer que te comentaba antes, un buen ejercicio sería que aprendiese a estar cerca de niños con un cuchillo cortando tarta y que se de cuenta de que en realidad no tiene la menor intención de hacerles daño.
Un psicólogo podría echarte una mano para pronfundizar un poco más sobre tus miedos y esos valores que te comento, de manera que ya no "necesites" esas obsesiones para controlar tu vida.

FUENTE: www.somospsico.com
SomosPsico - Blog de Psicología

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