La Marihuana debe legalizarse: 5 buenas razones
Proponemos 5 argumentos para hacer aún más evidente la urgente necesidad de adoptar una legalización estratégica de la marihuana y así combatir, con eficiencia, la pesadilla del narcotráfico.
Autor: Javier Barros Del Villar
En la actualidad resulta difícil imaginar un argumento razonable que favorezca mantener la marihuana en la región de lo ilegal. Cada vez son más voces que, desde distintas trincheras, denuncian la urgencia de adoptar la legalización regulada como parte de una nueva estrategia para hacer frente al narcotráfico y neutralizar las múltiples consecuencias que acarrea este fenómeno. Entre los personajes que han recomendado la despenalización de esta planta se incluyen ex-presidentes latinoamericanos, intelectuales, escritores, empresarios, artistas y otros. A continuación, para introducir este breve artículo pro legalización, comparto una serie de citas que evidencian la opinión compartida al respecto:
“Enfrentar simplemente el narcotráfico mediante una guerra entre narcotraficantes y gobiernos, incluso con el Ejército, es un grave error”.
“La legalización. No hay otro camino. Es un camino difícil y arriesgado, pero creo que la represión conduce a lo que estamos viendo: un crecimiento de la producción, de la distribución y del consumo de las drogas, a pesar de las vertiginosas sumas que se gastan en esa política represiva.”
“Sugiero que experimenten modelos de regulación legal de las drogas (con cannabis, por ejemplo)”
“Cuarenta años de inmensos esfuerzos no lograron reducir ni la producción ni el consumo de drogas ilícitas [...] frente a la ineficacia y las consecuencias desastrosas de la guerra contra las drogas [reconocido] el fracaso de la estrategia prohibicionista y la urgencia de abrir un debate sobre políticas alternativas”
“Creo que esto (la legalización de la marihuana) es algo que debemos hacer y es una alternativa mucho más interesante y más sólida, benéfica para el País, que esta guerra fallida de Felipe Calderón contra el narcotráfico, que no está ganando y que no puede ganar”.
“Es tiempo de terminar la guerra contra las drogas a nivel mundial. Debemos de dejar de criminalizar a los consumidores. Salud y tratamiento es lo que debiéramos de estar ofreciéndoles, y no una prisión. Las malas políticas sobre drogas afectan literalmente a cientos de miles de personas y comunidades alrededor del mundo”.
Y tras esta breve selección de voces “reconocidas”, las cuales representan a diversos sectores de la sociedad, entonces procedamos a enlistar cinco buenas razones para promover la despenalización de la marihuana, como parte de una estrategia que conlleve beneficios en materia de salud pública, seguridad, finanzas e incluso de cultura cívica.
1- Dinero
La criminalización de la marihuana comenzó a promoverse en las primeras décadas del siglo XX en Estados Unidos, pero fue a partir de la década de los 70, bajo el gobierno de Nixon, cuando se oficializó este nefasto concepto de “la guerra contra las drogas”, una campaña que, respaldada por autoridades y medios de comunicación, impuso en el imaginario colectivo la idea de que las drogas son malas y que hay que combatirlas a costa del presupuesto público, el bienestar social e, incluso, el sentido común.
Pero hablando estrictamente de las consecuencias financieras de esta campaña, la cual fue imitada por decenas de países que siguieron la política estadounidense, es importante considerar dos variables: por un lado la monumental cantidad de dinero que se invierte en combatir el tráfico de estupefacientes y en castigar el consumo. Para dimensionar los recursos empleados con este fin, basta señalar que en Estados Unidos, durante 2010, se gastaron más de 40 mil millones de dólares (según estimaciones de Drugsense.org). Por otro lado, también vale al pena mencionar la cantidad de dinero que se deja de recaudar en la arcas públicas a partir de una despenalización regulada que implicaría grandes beneficios fiscales para un gobierno. Un estudio realizado en 2008 por Jeffrey Miron, economista de Harvard, concluyó que la legalización de las drogas le reportaría al gobierno estadounidense ahorros por $44,100 mdd, más ganancias por $32,700 mdd, sumando un beneficio total de $76,800 millones –en caso de despenalizar solo la marihuana, esto se traduciría en $13,700 mdd. Recientemente 300 economistas, entre ellos algunos laureados con el Premio Nobel, han enfatizado en el estudio de Miron, aprobando sus cálculos y promoviendo su conclusión pro legalización.
Cabe destacar que no solo se trata de evidenciar los beneficios económicos de dejar de combatir las drogas según la actual estrategia, sino reconocer que a pesar de los gastos que se realizan, la violencia y los índices de consumo son mucho mayores hoy de lo que eran cuando se inauguró esta guerra. Es decir, es un gasto poco efectivo y que, invertido en otros rubros, podría generar un mucho mayor bienestar social.
2- Seguridad
Todo tipo de prohibición de una sustancia, ante la cual existe una demanda, detona el surgimiento de grupos criminales que responderán a ella sin importar los costos que conlleve la actividad. Básicamente se trata de una dinámica esencial de los sistemas económicos: en donde quiera que haya una demanda, se gestará un mecanismo para satisfacerla, así de fácil. Al regularizar el mercado de la marihuana, reglamentándolo de acuerdo a criterios similares que los que se emplean para el alcohol, entonces estos grupos criminales son automáticamente neutralizados, pues quedan despojados de su mercado y por ende de los ingresos que les permiten operar.
Para muestra de la violencia que generan las organizaciones dedicadas al tráfico de drogas, tan solo en México podemos referirnos a los 60,000 muertos que aproximadamente ha cobrado la lucha anti-narco en este país. Y por si no fuera suficiente esta tenebrosa cifra, también debiésemos de considerar el medio millón de desplazados, personas que se han visto obligadas a abandonar sus ciudades de origen ante la viva amenaza que este fenómeno representa y, en un plano menos tangible, los millones de mexicanos que han visto trastornada su calidad de vida, así como sus derechos fundamentales como seres humanos, todo como una consecuencia más de la insólita estrategia aplicada por su gobierno.
3- Salud
En el rubro de la salud social también resulta fácilmente cuestionable la penalización de la marihuana, sobre todo si tomamos en cuenta que está científicamente comprobado que esta, como muchas otras plantas, tiene propiedades medicinales que pueden ser de gran utilidad para el tratamiento de distintos males, ya sea recurriendo a la planta misma en su estado natural o como componente activo de medicamentos elaborados industrialmente. Recientemente algunas entidades de Estados Unidos han adoptado la permisión de la marihuana medicinal —popularmente aceptada como sustancia auxiliar para los enfermos de cáncer. Además, decenas de grupos étnicos han recurrido históricamente a la ganja como recurso medicinal con resultados probadamente efectivos. Sobra decir que el hecho de que la marihuana sea ilegal entorpece su aprovechamiento como una sustancia curativa, marginando así a la población de las bondades de un benéfico ingrediente.
4- Libertad (responsabilidad cívica)
La criminalización de la marihuana atenta contra el sentido de libertad que inspira a uno de los derechos fundamentales del ser humano. Si bien es cierto que en todo estado es indispensable la prohibición de actos o actividades específicos, presumiblemente utilizando como criterio el respeto al bienestar común y a los derechos del otro, prohibiciones como la que se ciñe sobre el consumo de esta planta, la cual responde más a misteriosas agendas económicas y principios ideológicos que a la persecución genuina del bien social, terminan por atentar contra el derecho y la capacidad de una persona para tomar las decisiones que, en su opinión, mejor le convengan. Vale la pena recordar que el uso de cannabis data de hace miles de años y que más allá de una actividad recreativa que ha sido estratégicamente satanizada por los medios y las autoridades, existen muchas personas que ven en esta planta un catalizador para fines diversos, entre ellos el desarrollo espiritual o la inspiración artística, ante lo cual su penalización se presenta como una medida evidentemente ridícula.
Finalmente, en este mismo sentido, está comprobado que ofrecer a un grupo social la posibilidad de discernir sobre su propia integridad estimula favorablemente el sentido de auto-responsabilidad entre sus individuos y fortalece un compromiso consigo mismos y con el resto del grupo. De hecho esta es una de las premisas que toma en cuenta el sistema educativo de Finlandia, considerado el más efectivo del mundo según el índice de la OCDE.
5- Regulación
Ya tuvimos oportunidad de repasar algunos de los beneficios que implicaría la regulación, ligada a la despenalización, del consumo de marihuana. Si bien muchos podrán argumentar que el adoptar esta medida reflejaría cierta tibieza por parte de las autoridades, en un plano práctico y más real lo cierto es que permitiría ejercer un mayor control sobre su uso y distribución. Como argumento bastaría con enfatizar en el hecho de que para un adolescente, en la mayoría de países donde es ilegal la marihuana, resulta más fácil conseguir unos cuantos porros en el mercado negro, recurriendo a alguno de los miles de “conectes” que existen, que hacerse de una botella de ron o whisky, cuyo consumo está explícitamente controlado entre la población menor de edad. Lo anterior sugiere que si una sustancia es legalizada y a la vez reglamentada, esto se traduce en un control más efectivo de la misma que en caso de marginarla a la ilegalidad, dando así vida a un mercado negro que en la mayoría de los contextos se organiza con mayor habilidad que las propias autoridades.
Para concluir nuestra propuesta de argumentos “legalizadores”, solo quedaría agregar que mi postura personal al respecto no responde a ninguna conveniencia personal, ni representa un incentivo a mi comodidad individual, o a alguna agenda económica, ideológica, ligada a mi persona. Y precisamente es a esa arena a donde me gustaría que pudiera llevarse este debate: más allá del tabú y de intereses particulares. Por otro lado, vale la pena recalcar que no se trata de insinuar que es un recurso sencillo, o negar que será un proceso complejo que deberá orquestarse en sintonía con una estrategia integral, enfatizando en la educación de la población –ligado a la difusión de información objetiva y fiable. Sin embargo, y una vez expuesta está aclaración, la legalización de la marihuana es un recurso que debe adoptarse, de manera inteligente pero también tajante, con evidente urgencia. Y aunque tengo la certeza de que eventualmente se adoptará, creo que es nuestra responsabilidad cívica el presionar para que esto suceda lo antes posible, con lo cual ahorraremos vidas y recursos como las que hasta ahora, innecesariamente, se han diluido gracias a la torpe trinchera desde la cual se ha querido resolver la colosal problemática.
* Para contextualizar el tema les recomiendo el artículo ¿Por qué es ilegal la marihuana? (Historia de la criminalización de una planta)
Twitter del autor: @paradoxeparadis – Lucio Montlune
FUENTE: http://pijamasurf.com/2012/04/la-marihuana-debe-legalizarse-5-buenas-razones/
Los 10 mitos de la Marihuana ó Cannabis Sativa
Muchas páginas web enfocadas en el mundo de la ciencia se han dedicado a derrumbar todo tipo de mitos sobre la sólida base de las ciencias. La verdad es que realmente lo disfrutamos y terminamos todos sintiéndonos un poquito mejor, un poco más sabios después de esta clase de publicaciones.
En esta oportunidad acudimos al portal OjoCientifico.com para descubrir un top con 10 de los más grandes mitos de la Cannabis Sativa (y vaya que hay falsos mitos acerca de la marihuana), 10 mitos que uno a uno se van haciendo humo.
Tómate el tiempo que necesites, ponte cómodo y con humor, teniendo en claro de que aquí los autores no están haciendo apología más que del conocimiento, échale un vistazo a estos falsos mitos sobre la marihuana que te dejarán más tranquilo…
1. El cannabis provoca la pérdida de la memoria
El mito de que el consumo de marihuana (nombre común para denominar la mezcla seca de flores, tallos, hojas y semillas de la planta Cannabis Sativa que se consume) provoca la pérdida de la memoria es de los más populares y también es de los más engañosos. La verdad es que sí, se ha demostrado que el consumo de marihuana interfiere en los procesos que implican el uso de la memoria pero atención: durante el consumo. No existe prueba alguna capaz de sostener que la marihuana afecta la memoria a largo plazo, sí a corto plazo, pero sólo durante la intoxicación y esto ha sido comprobado mediante diversos estudios en el laboratorio.
2. El cannabis afecta más que los cigarrillos
El cannabis se puede consumir de varias maneras (los pastelitos son una buena opción) pero por diferentes razones y quizás por un tema de comodidad, mayoritariamente se la fuma en forma de cigarrillo o en pipa. Por ello, como cualquier material que se incinere y se meta por nuestro sistema respiratorio, puede provocar daños al organismo.
En realidad, aquellos que consumen cannabis no inhalan la enorme cantidad de aditivos tóxicos de los cigarrillos, consumen el producto natural de una planta cuyo único procesamiento implica el secado de los elementos que se retiran directamente de la planta. Por otro lado, la tendencia indica que los fumadores de cannabis que también fuman cigarrillos, suelen fumar tabaco con menos frecuencia que la de un fumador normal y en 2012, estudios científicos han indicado incluso que fumar marihuana de forma casual no daña los pulmones.
3. El cannabis es altamente adictivo
No existe ningún componente químico en la planta del cannabis sativa capaz de generar una dependencia física en el organismo, la adicción es mal entendida y transcurre por un camino muy diferente. Lo que en verdad cuesta abandonar es el hábito de fumar cannabis, aspecto en el que no hay una tendencia fisiológica que incida. Las personas que se vuelven adictas a un hábito fracasan repetidamente en sus intentos de dejar de utilizar, hacer o consumir algo y este desarrollo afecta e interfiere con las actividades de la vida del individuo.
La marihuana no es adictiva, una persona que se vuelve adicta a su consumo tiene las mismas probabilidades de volverse adicta al hábito de jugar videojuegos, al de utilizar internet o al de cualquier otra cosa que no implique una adicción fisiológica, es una persona que necesita de asistencia y las cifras a nivel mundial son muy claras al respecto.
4. El cannabis abre camino a otras drogas
Absolutamente mentira. Este es probablemente el argumento más vil y también el más utilizado en contra del cannabis. Que los consumidores de drogas potentes o de las llamadas “drogas fuertes” hayan consumido cannabis antes de haber consumido dichas drogas es una realidad, pero no se puede jugar con las estadísticas, ni con el uso de la palabra para manipular la realidad bajo ningún concepto.
La teoría de que la marihuana es una puerta al infierno de las drogas y demás, surgió cuando en EEUU, en el año 1991, el CASA (Center on Addiction and Substance Abuse) publicó una serie de informes en los que se mencionaba que una persona que prueba la marihuana es hasta 85 veces más propensa a continuar con drogas fuertes.
Lo cierto es que las estadísticas se utilizaron para señalar un hecho que se explica con facilidad: los estudios realizados en EEUU mostraron que la marihuana era una de las drogas ilegales más consumidas y populares, mientras que la cocaína era la menor. Por ello, es más que obvio que existen altísimas probabilidades de que un consumidor de cocaína previamente haya probado una droga más popular y mucho más probable es que haya probado drogas legales como el alcohol y el tabaco, datos que no se publicaron. En los hechos, el 83% del total de los consumidores de marihuana no ha probado la cocaína y tampoco figura en la publicación.
5. El cannabis mata neuronas
Este mito es relativo y tiene tanto de cierto como de falso. Lo que hoy saben los expertos al respecto luego de años de exhaustivas investigaciones es que una persona consumidora puede sufrir paranoia, manías persecutorias o pánico, durante el consumo, aunque ésta es una situación muy rara y aunque no son características únicas en la constitución química de esta planta. Pero también saben que los consumidores de marihuana no padecen consecuencias asociadas a la muerte neuronal, si a la transformación de las celdas, no a la muerte de las neuronas, como tanto se dice.
Lo que los científicos también saben, y que vale la pena destacar, es que si bien se ha comprobado que la composición de la marihuana no mata neuronas, sí lo hacen muchas otras drogas y por ejemplo el alcohol, si bien no mata neuronas, es capaz de provocar daños cerebrales serios. .
6. El cannabis causa apatía y desgano
El abuso de drogas siempre culmina en desgano y desmotivación, pero en el caso del cannabis esto es relativo. El consumo moderado de cannabis no causa estos estados ni mucho menos, pero el abuso sí. Nuevamente estamos frente a una obviedad enorme, si sabemos que la marihuana provoca determinado estado en el cerebro y que afecta la memoria de corto plazo, ¿cómo va a funcionar una persona que se encuentra en este estado todo el tiempo? Los efectos del consumo no son permanentes, por lo cual, una persona que consume marihuana de forma casual o moderada, no estará en un estado de desgano infinito que afecte su vida personal. Si quieres traerlo a datos exactos, las estadísticas demuestran que los consumidores de cannabis tienen salarios más altos que aquellos que no consumen.
7. El cannabis puede intoxicar el cuerpo a largo plazo
Los restos del consumo de cannabis se albergan en el tejido adiposo del consumidor y ésto es lo que ha dado lugar al mito. Pero dichos residuos no tienen ningún efecto psicoactivo en el individuo después de un par de horas, no representan ningún daño al cerebro, a los tejidos, ni a cualquier otra parte del cuerpo.
8. Está científicamente comprobado que es malo para la salud
No existe ninguna investigación científica que haya contemplado al cannabis como una sustancia integralmente dañina. Sí es verdad que existen componentes mínimos que pueden considerar ciertos riesgos bajo determinadas circunstancias y en determinados organismos, tal como ocurre con innumerables otras especies de plantas, pero no existe una sola prueba científica que señale que el consumo de los productos de la planta del cannabis como peligrosa para la salud.
9. El cannabis es más potente hoy que antes
Falso. Tan solo se trata de un mensaje dispersado por los narcotraficantes que han hecho creer esta realidad a los consumidores, algo que incluso es contradictorio, ya que los narcotraficantes de los productos de la planta en la gran mayoría de los casos manipula sus contenidos volviendo sus efectos menos potentes de lo que serían en estado natural.
10. El cannabis es un camino al crimen
Bueno, esto es un juicio social de la peor calaña en la que tanto el prejuicio como la política entra en un oscuro juego de mentiras y conveniencias que facilita la toma de responsabilidades y que nada tiene que ver con el consumo de la marihuana.
Es cierto que prácticamente en todos los círculos de delincuencia se consumen drogas, pero esto no quiere decir que las drogas provocan la delincuencia. De hecho, la ciencia ha probado que los consumidores de cannabis tienden a manifestar conductas menos violentas y menos agresivas que los que no la consumen.
02/03/2013 06:24 pm
FUENTE: http://www.leanoticias.com/2013/03/02/los-10-mitos-del-cannabis-sativa/
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