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sábado, 22 de febrero de 2014

PRECOGNICION -“Las fisuras del tiempo”


“El hombre es un pedazo de firmamento hecho vida”
Ralph Waldo Emerson


Antes de iniciar mi crónica de los acontecimientos que irremisiblemente me arrastraron
a la experiencia más intensa e insólita que nunca –ni en mis momentos de imaginación
más desbocados- hubiese imaginado protagonizar; es obligado, dada mi condición y
educación, que me presente debidamente.
Yo, el profesor Murcicante Mundano Guindilla, conocido por mis colegas como “el
poseso que escucha susurros”, licenciado en ciencias Fisicotridemenciales, diplomado en
Metatontería grave, y Cosmordinariez relativa, poliglota en lenguas muertas y
abandonadas, doctorado en Historia fantástica, y catedrático por la Universidad de la
Vida en autoestima y vanidad, carreras en la que no faltan alumnos con méritos que
sobresalen, y a menudo me superan en la teoría y en la práctica.

Entre mis más célebres logros y gestas, cuento con haber sido el primer terrícola que
desafió la fuerza del abismo de un agujero negro, penetrando en su caos interior para
experimentar en la práctica las teorías de los agujero de gusanos…. Pero esto es otra
historia, que quizá os relate en otra ocasión
Con mi brillante curriculum vitae, amén de mi carácter por naturaleza curioso, y mi
espíritu aventurero, era lógico y natural que El Supremo Orden Universal, me invitase en
forma imperativa a participar en el enigmático proyecto conocido como
“PRECOGNICIÓN”, -cuyo propósito, aún estando claramente implícito en su propio
nombre, no por ello dejaba de ser considerado alto secreto, para todo aquel que no se
encontrase relacionado con el mismo-. Desde la hecatombe provocada por el acelerador
de partículas “Hiperión”, en el año 2018; se imponía absoluta discreción en todo
experimento científico.
.

Mediante el proyecto “Precognición”, y con la noble premisa de acabar con las miserias
y desgracias, que desde la noche de los tiempos -que precedieron a los albores de la
humanidad- persiguieron y azotaron a los humanas, El Supremo Orden Universal se
había impuesto poner fin a todas las lacras que durante milenios nos habían sometido a la
esclavitud de la enfermedad, la explotación y la ignorancia; para conseguirlo se habían
propuesto construir un ingenio capaz de prever plagas, terremotos, fenómenos naturales
y otras desgracias, tanto accidentales o provocadas por los hombres, conociéndolas antes
de que sucediesen.


Cuan ingenuo fui entonces, al no ser consciente de los oscuros intereses que se hallaban
tras el alarde de los generosos fines pregonados, así como de los no tan generosos y
ocultos proyectos de mentes mezquinas y empresas muy poderosas, que se hallaban en la
sombra patrocinando económicamente tan costosa máquina de la esperanza.
Forme parte de un excelente y escogido grupo de técnicos y científicos, destacados en las
más avanzadas ramas de la matemática y la mecánica cuántica, así como la física y la
química moleculares. Contábamos con la ayuda de la nanociencia robótica y las nuevas
pero ya indispensables computadoras de autonomía inteligente. También disponíamos
del gran legado de los genios que nos precedieron…Aristóteles, Galileo, Newton,
Maxwell, Einstein, Hubble, Hawking… y otros muchos genios y científicos cuya entrega
y esfuerzo, dedicado al estudio y la investigación, nos habían deparado importantes
descubrimientos, sin los cuales nos habría sido imposible alcanzar nuestro objetivo.
Nuestro reto consistía en construir una máquina que cambiaría el concepto -hasta ese
momento inamovible- de la Física.


Debíamos acelerar las moléculas del cuerpo y de la mente a velocidades cercanas al
infinito, para conseguirlo tendríamos que encontrar una fuente de energía de la cual
todavía carecíamos.
En nuestra arrogancia pretendíamos ser dueños del destino y la eternidad.
Durante varios años permanecimos aislados en un profundo Bunker a unos ciento
cincuenta metros de profundidad, situado en un lugar indeterminado entre Siberia y
Mongolia; en el exterior las temperaturas en invierno alcanzaban los -40 ºC, pero en el
interior disponíamos de las comodidades de un hotel de lujo, y existían grandes espacios
en los que se recreaban jardines, e incluso centros deportivos; la luz aunque imitaba a la
del exterior, resultaba indolente y engañosa.
Nuestro centro de operaciones se hallaba en lo más profundo del subterráneo, y consistía
en una nave circular con un perímetro de unos dos mil doscientos metros y una altura de
unos cien metros, siendo la mayor parte de ellos destinados a laboratorios. Una sala de
enormes dimensiones en lo más profundo del Bunker, en cuyo espacio central se hallaba
ubicada la estructura principal del ingenio, era la zona más importante. Mediante aquello
que allí se experimentaba y estudiaba pretendíamos alcanzar y dominar la
inmortalidad.


Constantemente y durante todo el periodo de tiempo que duraron los ensayos y
experimentos, surgieron obstáculos y conflictos de diversa índole:
- Aquellos que se oponían al proyecto alegando razones catastrofistas, y que afirmaban la
posibilidad de una reacción en cadena, así como la imposibilidad de poder controlar la
energía a la cual queríamos tener acceso.
-Los habían que se inclinaban y hacían bandera, de aquellos problemas que conllevaban
los cargos de conciencia filosófica y religiosa, aludiendo a dogmas y principios que se
consideraban inapelables. Todos ellos fueron ignorados.
-También nos enfrentábamos a las leyes físicas hasta entonces consideradas inamovibles,
y que habían sentado las bases sobre las que se asentaban los cánones referentes a la
relatividad general, causalidad, paradojas, sucesos, y extinciones cronológicas. También
fueron todas ellas desechadas de raíz, al considerarlas absurdas y caducas.
Yo por mi parte me limite durante todos aquellos años a tener como libro de cabecera la
novela de Herbert George Wells “La máquina del tiempo”, la cual leí en repetidas
ocasiones, siempre expectante y temeroso de que su apocalíptico final pudiese ser un
presagio de mi propio futuro.


Por fin, tras varios años de duros esfuerzos e ingentes investigaciones, conseguimos
tener presto el ingenio que durante tanto tiempo buscábamos:
Le llamamos “ La máquina Intertranspormutadora”.
Ya tan sólo necesitábamos la energía capaz de conseguir lanzar el artefacto a la
velocidad suficiente para permitirnos el viaje superlumínico.


Este problema fue solucionado cuando, tras resolver unos indescifrables logaritmos y
ecuaciones de los míticos Maxwell y Tokamch, cuyas formulas aplicadas a un extraño
mineral procedente de una de las lunas de Júpiter, nos proporcionó una inmensa energía,
y ésta aplicada al artefacto, en teoría nos habría de impulsar a velocidades que podrían
superar en 300 veces la velocidad de la luz y conseguir así la dilatación gravitacional
unidireccional del tiempo, con lo cual podríamos conseguir el objetivo del proyecto
“PRECOGNICIÓN”, y que consistía en permitirnos viajar en el tiempo en ambas
direcciones, tanto al Pasado como al Futuro, permitiéndonos así conocer tanto los errores
cometidos por nuestros ancestros, como los que habían de cometer nuestros sucesores.


Con mis antecedentes ( como ya habréis podido adivinar), fui elegido para ser el primero
en experimentar, merced a la máquina, Intertranspormutadora, la sensación de viajar en
el tiempo y penetrar en las dimensiones del espacio, teniendo la oportunidad de
desentrañar misterios ocultos en el Universo Profundo, que hasta entonces habían
permanecido indisolubles.
La nave a pesar de lo mucho que de ella se esperaba, era en apariencia sencilla; consistía
en una capsula esférica sujeta contundentemente a la fría roca, ésta servía de envoltorio a
otra esfera idéntica que había en su interior (y que era el verdadero ingenio), no teniendo
contacto la una con la otra, pues ambas se hallaban separadas por un campo magnético.
En su interior, un sencillo sillón donde se sujetaba el viajero, y un tablero de mandos
donde distintos manómetros indicaban la fecha actual, periodo al que se viajaba, y
kilómetros recorridos, así como el tiempo empleado en realizar el viaje al pasado o al
futuro, era todo en lo que consistía su equipamiento.
En una madrugada en la cual los indicadores barométricos indicaban temperaturas
extremadamente frías en el exterior del Bunker, estreché efusivamente las manos de
varios de los compañeros que durante todos aquellos años habíamos compartido trabajo,
esfuerzo y estudios, y me introduje en la máquina.
Según los monitores que controlaban mis ritmos cardiovasculares, mi corazón y mi pulso
eran totalmente normales, pero yo me sentía –a pesar de mi dilatada experiencia- como si
fuese a lanzarme a un abismo negro y profundo, en el cual me esperaban los misterios e
incógnitas más ignotas y desconocidos.


La cuenta atrás se inició… ¡10… 7… 3…1… 0!
15 de agosto del año 2201 - 3.00.00 a.m.
Periodo inicial: Km. 0
Periodo final: Km. 0
En el interior de la nave mi primera impresión fue la de sentir una fuerza que me
absorbía total y absolutamente, arrancándome de cuajo y desmembrando mi cuerpo.
Todo ocurrió en lo que percibí como unos breves segundos, en los cuales tuve la
sensación de que mi cerebro abandonaba el lastre de mi cuerpo, y me sentí libre en un
nivel que nunca había podido percibir, al tiempo que era consciente de poseer una
enorme capacidad mental que me permitía auto proyectarme y desplazarme con su
inmenso poder.
No era en absoluto como lo había imaginado una y mil veces, pero ávido de
conocimiento y pletórico de mi maravillosa y poderosa capacidad, lancé mi mente a
explorar el Universo Profundo. Y pude contemplar y al tiempo ser testigo de excepción,
del nacimiento de galaxias, conocí planetas con incipientes inicios de vida, otros con
civilizaciones extremadamente avanzadas, e incluso pude percibir la existencia de
múltiples mundos paralelos con sus peculiares similitudes y paradójicamente con sus
realidades diferentes y antagónicas, y en los cuales, a pesar de todo, sus habitantes, sin
saberlo, vivían vidas y realidades idénticas.


Tras superar los primeros momentos de estupor y admiración, contemplé, admiré y
absorbí las infinitas maravillas del Universo, y una vez saciada mi curiosidad regresé a
mi lugar de origen expectante y deseoso por conocer in situ, los inicios de la especie a la
cual pertenezco, así como la realidad de la forma en que la chispa de la inteligencia
prendió en ser humano, para con el paso de los años llegar a ser lo que somos.
Me zambullí – aunque hablando con propiedad, mi mente se precipitó- en el principio de
los albores de la vida y la evolución de la especie en el planeta Tierra, y fui testigo de
cómo Darwin acertó en su teoría de la propia evolución humana respecto al eslabón
perdido con el cual traspasemos la barrera que nos convirtió de animales a humanos
racionales; también presencie el nacimiento y desaparición de Imperios que forjaron
nuestra Historia a costa de la sangre y la vida de millones de seres humanos.
Y así, llegue al momento en el Futuro, de máximo esplendor y poder tecnológico de
nuestra especie, alcanzado al haber conseguido la fusión de nuestras mentes con las
computadoras.
Estos engendros contra natura, a los que llamaron “ Cibor 22.30” , heredaron lo peor de
nosotros mismos, toda nuestra codicia y maldad albergada en nuestros subconscientes, y
excluyeron sin ningún escrúpulo, la conciencia, la piedad y todo aquello que nos
identificaba y nos hacía humanos, terminado por excluir a la especie que les había creado
y conducirlos al exterminio total…
Creí que aquello era el fin de la humanidad y también de mi viaje y de mi vida. Pero no
fue así, pues todavía me quedaba por descubrir lo más inesperado y extraordinario. Tras
traspasar una espesa y brumosa niebla mi viaje continúo…


Encontré un Universo paralelo al planeta del cual procedía, y en él, ocupando la posición
paralela de nuestro planeta Tierra, un lugar llamado “ANDREINA” (en honor a una
célebre humanista arribada allí muchos siglos atrás). Era aquel país… o lugar… o como
queramos llamarle, un espacio etéreo y abstracto, y en él habitaban unos entes
inmateriales, cuyo aspecto sería muy difícil de describir, dado que eran volátiles y
trasparentes y no poseían una forma o contorno estable y definido. Estos seres se
comunicaban telepáticamente y si lo estimaban oportuno proyectaban imágenes
virtuales, mediante las cuales trasmitían información y conocimientos.
Fue en esa forma como se comunicaron conmigo y fue en aquella forma, como supe que
aquél mundo y los seres de aspecto volátil e indefinido que en él se hallaban, era el modo
en que el ser humano había conseguido a través de milenios y milenios del ciclo vital
vida-reproducción-muerte, perpetuar su propia a eternidad.
Aquellos extraños seres de aspecto sereno y transparente, me hicieron partícipe de sus
tesoros paranormales y extrasensoriales, y con paciencia y dulzura me relataron su origen
y su razón de existir allí.
Así pude vislumbrar y comprender lo que a continuación me fue transmitido:
“-El cerebro humano está compuesto por cien billones de neuronas que
multiplicadas por ciento cincuenta billones de seres que poblaron la Tierra
desde el principio de la evolución de nuestra especie, nos dan un número
infinito de poder mental; una parte de ese poder psíquico –en simbiosis con
las almas y los espíritu de los individuos- se fue concentrando en


ANDREINA a medida que los seres humanos abandonaban sus cuerpos al
fallecer, habiendo sido extirpada toda huella de maldad, codicia y envidia
que en ellos pudiesen contener.
Así, allí no existía ni el más remoto resquicio de ambición o perversidad, y
los valores más deseados y reconocidos eran la sabiduría, el bien común y
la felicidad.
Fui informado de que mi viaje era exclusivamente mental y, que era
considerado por ellos como el elegido para llevar a cabo una gran misión
que el destino me había reservado. Yo fui el primero en llegar hasta allí sin
haber pasado por ese trance- que era requisito indispensable para acceder a
“ANDREINA”- y que era el morir, lo cual me tranquilizó, pues ya había
empezado a creer que verdaderamente había muerto, y que me hallaba en el
Paraíso.


Me revelaron que a través de la Historia de la Humanidad, se habían
comunicado con nosotros mediante “susurros”, y que abriendo fisuras en el
tiempo, nos transmitían luz, inspiración e ingenio, con los cuales nos
ayudaban arrojando resplandor sobre ideas e invenciones, mediante las que
conseguíamos progreso y bienestar.
Llegados a este punto, les transmití mi curiosidad acerca de que si hacían
alguna distinción entre las neuronas de los seres humanos bondadosos,
respecto de aquellos otros seres perversos y malignos que tanto daño
causaban a sus semejantes.
La respuesta fue rápida, anticipándose a la idea preconcebida en mi mente –
la cual leían perfectamente-de que no podía haber un Paraíso sin un
homólogo opuesto, o sea un Infierno


El Universo está dispuesto – me indicaron- de tal manera, que toda aquella
materia que sea positiva y genere el bien común – materia que sólo pueden
existir en el interior de aquellos cuya conciencia sea limpia- será integrada
en “ANDREINA”, aquel lugar puro y celestial, sumándose con su energía,
sabiduría y felicidad a toda la comunidad. En cambio toda aquella energía
negativa, albergada en las mentes de aquellos cuyas conciencias sean
mezquinas y perversas, será automáticamente rechazada y se autodestruirá.
Tras la interrupción surgida por mi curiosidad, de nuevo continuaron su
relato. Y fue entonces cuando me hicieron participe de los graves peligros
que acechaban a la Humanidad, provocados precisamente por la infamia y
egoísmo de aquellas mentes perversas, a las cuales nunca les sería permitido
el acceso a aquel perfecto lugar.


Entonces me fue comunicado el gran cataclismo que se cernía sobre los
humanos, y al cual habrían de arrojar a nuestra especie, la inconsciencia
miserable y rapaz de algunos de nuestros propios congéneres, los cuales
apoyándose en su poder económico y el gran avance que habría de impulsar
la tecnología, gracias al proyecto Precognición, con cuyos descubrimientos
lograrían por fin, el ansiado fin de fusionar las neuronas humanas con las
máquinas creadas por ellos mismos… Y estas terminarían por sustituirnos
de forma radical en todos los aspecto de nuestro ciclo vida-reproducción-muerte,
rompiendo así el equilibrio existente en el Universo, y poniendo en
peligro la existencia misma de “ANDREINA”, dado que nunca podrían
asimilar – ni tampoco enfrentarse- a las neuronas contra natura, surgidas de
tan abominable engendro, con el consiguiente desmoronamiento y
desaparición de aquel mundo paralelo llamado “ANDREINA” y la
desaparición del equilibrio bondad-maldad conseguido en la Tierra gracias a
ellos”.


Retorne al lugar donde inicie mi experimento. El mensaje que portaba era claro: “Salvar
a nuestra especie de sí misma”
Los manómetros de la nave marcaban:
15 de agosto del año 2201 3h. 52m 07s. a.m.
Periodo recorrido: Infinito
Kilómetros recorridos: Infinitos:
Tiempo empleado: 52 minutos y 7 segundos
Intente explicar mi experiencia, primero a todos aquellos que colaboraron conmigo en el
experimento; más tarde a aquellos que lo dirigían; y por último a todos aquellos que
quisieron escucharme.
A todos ellos conté todo lo que había experimentado y conocido, avisándoles del abismo
al que nos dirigíamos. Nadie me creyó; siendo todas mis advertencias totalmente inútiles.
Los oscuros intereses que movían los hilos en la sombra, suspendieron el proyecto
“Precognición”; y aprovechando todos los recursos y descubrimientos tecnológicos
conseguidos durante todos aquellos años de investigación, los aplicaron a un nuevo
proyecto denominado “Inteligencia Artificial “, que según ellos era más fiable
– aunque habría sido más apropiada la palabra rentable.
Actualmente me hallo recluido en un centro psiquiátrico, habiéndoseme diagnosticado
estrés postraumático, y por considéreseme un elemento subversivo , al haber inducido a
varios ingenieros y científicos, extrañas ideas acerca de iniciar una revolución para salvar
un Paraíso llamado “ANDREINA”, en el cual se concentraban las esperanzas y la
salvación del alma humana, y la eternidad de nuestra especie.


Y yo ahora, os invito a vosotros pacientes lectores. Si escuchaseis “susurros” que os
hablen e instiguen a salvar vuestras almas, no seáis escépticos, sosegaos y meditar sobre
todo lo que aquí os he transmitido, tal y como a mí me fue revelado. Y ayudadme a
salvar nuestras vidas, nuestras almas, nuestras conciencias… ¡Pensad seriamente en ello
¡ Y por la supervivencia de nuestra eternidad e inmortalidad… ¡ Actuar, movilizaros, y
todos juntos salvemos el espíritu y la esencia de “ANDREINA”


Leyendas y relatos alternativos cover

FUENTE: Leyendas y Relatos Alternativos
Francisco López (Fisquero)
http://espanol.free-ebooks.net/ebook/Leyendas-y-relatos-alternativos

2 comentarios:

  1. ¿Cómo puede un padre opinar acerca de un hijo, del cual hace tiempo que no sabe de él?

    En esta tesitura me hallo al encontrame con este relato corto "Precognición. "Las fisuras del tiempo", relato cuya autoría tengo el gusto de atribuirme y que ahora he tenido la grata sorpresa de hallar en este estupendo y heterogéneo blog. No consigo recordar cuando lo escribí, ni que fue lo que me inspiró para hacerlo, lo que sí recuerdo es que lo incluí en un pequeño libro de relatos cortos "Leyendas y relatos alternativos", del cual según veo ha sido extraido.

    De lo que si puedo opinar es de la honestidad y del buen gusto que los artifices de este lugar han tenido, tanto al respetar integramente el texto y la fuente, como al ilustrar los distintos acontecimientos y secuencias de la narración.

    Por todo ello, les quedo agradecido y me pogo a su disposición, en todo lo referente a aquellas ideas o reflexiones que puedan suscitar los distintos temas que aparecen en la trama del relato.

    Un saludo.

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    1. Estimado Sr. Francisco López "Fisquero", es un honor leer su valioso comentario, el cuál agradecemos de todo corazón. Mucho nos agradaría poder disfrutar de alguna otra publicación de su autoría que tuviese a bien compartir con nosotros. Ponemos a su entera disposoción SER+POSITIVO para cualquier comentario u opinión de su parte. Reciba un respetuoso y cordial saludo de nuestra parte. Muchas Bendiciones.

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Mil Gracias por su visita en SER+POSITIVO y por dejar su comentario. Esperamos seguir disfrutando de sus visitas.
Un abrazo de luz y muchas bendiciones.
Namasté