Los cánones estéticos van mutando con el paso del tiempo. La relación belleza-cuerpo día a día obliga a los seres humanos a adecuarse a circunstancias que más los acercan a una realidad establecida por medios de comunicación, por el arte o, simplemente, por un alma perturbada para la que su cuerpo es una representación de fealdad o insatisfacción.