SER+POSITIVO
Parece casi superfluo hacer la presentación del poema de la Santa. ¿Quién no lo conoce? Lo hemos leído de letra suya, más o menos imitada. Lo hemos cantado musitando su música sedante. Tantas veces hemos repetido sus versos en grupos de oración, haciendo espacio al silencio de todos. En momentos difíciles se lo hemos insinuado al amigo: mira que todo se pasa! Nada te turbe, decía Santa Teresa. Que Dios está por encima de todo…
Es tan breve el poema, que apenas ocupa espacio. Lo reproducimos una vez más, para leerlo pausadamente y desgranar uno a uno la espiga de sus versos:
¿Cómo leer el poema? ¿Es -como se ha dicho- un salmo teresiano?...
Parece casi superfluo hacer la presentación del poema de la Santa. ¿Quién no lo conoce? Lo hemos leído de letra suya, más o menos imitada. Lo hemos cantado musitando su música sedante. Tantas veces hemos repetido sus versos en grupos de oración, haciendo espacio al silencio de todos. En momentos difíciles se lo hemos insinuado al amigo: mira que todo se pasa! Nada te turbe, decía Santa Teresa. Que Dios está por encima de todo…
Es tan breve el poema, que apenas ocupa espacio. Lo reproducimos una vez más, para leerlo pausadamente y desgranar uno a uno la espiga de sus versos:
Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda,
la paciencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene
nada le falta.
¡Sólo Dios basta!
¿Cómo leer el poema? ¿Es -como se ha dicho- un salmo teresiano?...