Todos perdemos lo que amamos; es parte de la vida. Las pérdidas nos empujan a vivir crisis y transformaciones que atraviesan todas las dimensiones de nuestro ser. El trabajo del duelo es un concepto que alude a este proceso integral que hacemos cuando vivimos una de ellas.
El duelo, si bien es natural, requiere de nosotros una actitud de no-evasión, de apertura y de honestidad para llegar a buen término. Y también exige la realización de las siguientes tareas: a) aceptar la realidad de la pérdida, asumir que nuestro ser querido murió realmente y no volverá nunca más, b) elaborar las emociones, viviéndolas y expresándolas auténticamente, c) readaptarse a la falta y d) darle un lugar justo al fallecido, honrándolo por haber hecho parte de nuestras vidas y dándole un lugar en el corazón que no nos arrebate nuestra entrega a la vida. Según lo reseñó cromos.com.co