Los
monólogos internos (esos pensamientos que tenemos todos sobre
nuestros sentimientos) pueden hacerte resurgir o pueden hundirte.
Cuando se comete un error, esos pensamientos pueden intensificar la
negatividad o servir de ayuda para convertir ese fallo en algo
productivo.
 Los
 monólogos internos negativos son poco realistas, innecesarios,
 contraproducentes y nos hacen caer en una espiral emocional de la
 que es difícil salir.
 Todo
 monólogo interno es impulsado por las creencias que tenemos sobre
 nosotros mismos y desempeña un papel sencillo pero muy importante
 en el éxito, ya que puede dar fuerzas para lograr los objetivos o
 puede ser un lastre.
 "Tanto
 si piensas que puedes como si piensas que no, tienes razón". -
 Henry Ford

 
 





















