SER+POSITIVO
Próximo a llegar a mis 59 años de existencia y luego de varios años, dieciocho (18)
para ser exacto, sobreviviendo a una severa condición de salud degenerativa,
irreversible y estigmatizada, durante los cuales he tratado de “crecer”
espiritualmente y deslastrarme del ego y de todas aquellas actitudes negativas
y repudiables con las cuales conviví las primeras cuatro décadas de mi vida, y
de las que sin duda tuvieron que padecer y sufrir todas las personas que
estuvieron cerca de mí a lo largo de ese período, entre esas personas puedo
mencionar a los más importantes: mis padres, hermanas, hermano, abuela, abuelo,
tías y tíos, primas y primos, esposas, hija, amantes, suegros, cuñados,
cuñadas, compañeros de estudio y de trabajo, empleadas, conocidos, amigos en
general, y a todos los que me conocieron en ese período de mi vida y a quienes
aprovecho para ofrecerles desde el fondo de mi corazón mis más sinceras
disculpas por todo lo que debieron soportar, por mi equivocada actitud ante la
vida y ante mis semejantes, no encuentro palabras para pedirles perdón por todo
lo que por error u omisión de mi parte pudo haberles perturbado o afectado a
sus vidas, solo puedo repetir: Lo Siento, Perdóname, Te Amo y Gracias, Gracias,
Gracias...
Cuando repito esa frase y me remito a mi estado actual no puedo menos
que reconocer lo asertiva y certera de la sabiduría popular y de su refranero
tradicional.