Posted:
31 Aug 2012 05:15 AM PDT
Comenzó por fin el GP de Bélgica, tras el acostumbrado parón
estival. Había ya muchas ganas de volver a ver rodar los monoplazas, un ansia
acentuado si además lo que nos espera es una pista tan especial como la de
Las Ardenas, con lo que el numeroso público madrugó
expectante.
Pero Spa-Francorchamps nos recibió a su manera, con su antojadizo humor climatológico tan impredecible en estos bellos parajes. Y una consistente e incesante lluvia no daba tregua desde primera hora. El caso es que aquí, cuando llueve, no caen cuatro gotas, llueve de verdad y para cuando para. Los espectadores se refugiaban como y donde podían, aunque muchos aguantaban estoicamente los aguaceros. Spa en estado puro.
Lo negativo de todo esto es que equipos y pilotos apenas podían trabajar. Sin mucho que probar bajo esas condiciones, la mayoría tardó bastante en saltar a pista. Muy poca acción, por tanto durante la mañana, además de conclusiones intrascendentes.
Pero Spa-Francorchamps nos recibió a su manera, con su antojadizo humor climatológico tan impredecible en estos bellos parajes. Y una consistente e incesante lluvia no daba tregua desde primera hora. El caso es que aquí, cuando llueve, no caen cuatro gotas, llueve de verdad y para cuando para. Los espectadores se refugiaban como y donde podían, aunque muchos aguantaban estoicamente los aguaceros. Spa en estado puro.
Lo negativo de todo esto es que equipos y pilotos apenas podían trabajar. Sin mucho que probar bajo esas condiciones, la mayoría tardó bastante en saltar a pista. Muy poca acción, por tanto durante la mañana, además de conclusiones intrascendentes.