recien nacido

Se nace para no-hacer: nacer = no-hacer.
La Humanidad ha creído hasta el momento presente que se nace para hacer y que “nacer” es sinónimo de “hacer”. Es un paradigma culturalmente muy arraigado el considerar que venimos y estamos aquí, en esta vida y en este mundo, para hacer cosas: lograr metas, alcanzar objetivos, producir, construir lo que sea,… Y en ese hacer -ligado inevitablemente a trabajos, empeños, esfuerzos, programaciones y controles- se busca la “realización” personal (cada cual según su “yo y sus circunstancias”), el sentido de la vida y hasta un sueño de porvenir colectivo en el marco de la denominada civilización.
Pero, Aquí y Ahora, la Humanidad vive de manera natural un Tiempo de Evolución. Así lo están sintiendo y experienciando ya numerosos seres humanos. Por nuestra propia decisión consciente -desde nuestro Cambio Interior- el viejo mundo ha empezado a derrumbarse y su Matriz a desconfigurarse. Y la dinámica de disolución de sus paradigmas, como el citado de que se nace para hacer, es ya irreversible. En su lugar, emana de manera acelerada un Nuevo Mundo y una Nueva Humanidad que enraizarán en la Madre Tierra cual bella y fructífera cristalización del proceso de evolución en marcha.
Precisamente, una de las claves fundamentales para la plasmación efectiva de la reiterada evolución se halla en el discernimiento y la interiorización de que no se nace para hacer, sino para “no hacer”. De hecho, “nacer” es “no-hacer” (nacer = no-hacer). Lo que puede ser expresado de otra forma igualmente hermosa y contundente: se nace para Vivir. Y Vivir, es sencillamente, eso, Vivir, no-hacer.
Nacer =/= hacer
Nacer === no-hacer
Nacer === Vivir
Vivir =/= hacer
Vivir === no-hacer
Esta afirmación resultará todavía inaceptable para muchas personas, pues choca frontalmente con uno de los ejes centrales del arcaico sistema de creencias de un viejo mundo que viene enseñando y educando en la tradición y el convencimiento de que Vivir significa ineludiblemente hacer.
Sin embargo, lo Real es muy distinto: la Creación es Perfecta y no precisa de ninguna fe de erratas, de ninguna corrección de errores, de nadie que se ponga a hacer bricolaje para arreglarla o repararla. Todo es divino y todo se halla exacta y maravillosamente hecho –aquí, en la globalidad del Cosmos y en todas las Dimensiones, sin excepción- para que fluya el Amor y la Vida y para que la Felicidad sea el Estado Natural de cuanto vive y existe.
Hacer: la decisión de ser (yo soy)
Si el ser humano no se percata de esto es por su empeño de ser “yo soy”, en vez de “Yo Soy”, en el sentido recogido en apartados anteriores; por su obsesión en pensar (creación mental) que debe y tiene que hacer cosas y que vivir se plasma en ese hacer; en definitiva, por una monumental vanidad que es la fuente de los auto-castigos y auto-lesiones reflejados en el epígrafe precedente.
Antes de nacer (encarnar en el plano humano) nuestra dimensión espiritual es plenamente consciente que “Dios es yo y que yo soy Dios (Yo Soy))”.
Sin embargo, el ser humano, en su proceso consciencial y en libre albedrío, optó hace tiempo por fragmentarse mental e ilusamente de la Unidad y Unicidad de Cuanto Es y, olvidando el Yo Soy que Es, decidió ser: yo soy. Y en esta decisión individual y colectiva radica la visión de que nacer es hacer y que vivir consiste en eso, en hacer; la percepción de que estamos aquí para hacer cosas, en lugar de, simplemente, Vivir (Yo Soy).
Esta decisión de ser (yo soy) reclama y exige un mundo cuya configuración permita y posibilite vivir tal experiencia.. En él, nos esforzamos en hacer, nos empeñamos en “ganar el pan con el sudor de nuestra frente” (cuando la Creación es Providencia y Abundancia), acometemos bricolaje en reparaciones absurdas que sólo consiguen distorsionar una “casa” y un “hogar” que son Perfectos y terminamos concibiendo la existencia como un Valle de Lagrimas en el que estamos exiliados y condenados a unos trabajos forzados que sólo nosotros mismos hemos elegido hacer al decidir ser (yo soy).
Vivir para Vivir (Yo Soy)
Pero Aquí y Ahora, que no por casualidad coincide igualmente con un cambio de ciclo cosmogónico, un número creciente de seres humanos han iniciado el regreso al Paraíso y, consciencialmente, están recordando quienes verdaderamente Somos (Yo Soy) y dando por finalizada la experiencia del yo soy. Y en cuanto el yo soy se diluye, el Yo Soy fluye y se hace presente de modo natural y espontáneo. Y el Yo Soy, en su Sabiduría Innata y Divina, Vive, no hace; y es Perfectamente Consciente de que Vivir es Vivir, no hacer, y que completamente todo (la vida entera y la absoluta totalidad de sus componentes) está divinamente creado y hecho para Vivir sin otro requerimiento, premisa o condicionante que Vivir.
En el desenvolvimiento del momento presente, miles de millones de seres humanos van abandonar el deseo de ser (yo soy) y, desde su Cambio Interior y el despliegue del Yo Soy, provocarán la evolución del género humano hacia una Nueva Humanidad en la Nueva Tierra que el ser vivo Tierra, por su parte, está configurando por adelantado. Su cotidianeidad estará presidida por lo que ya algunas personas están practicando: Vivir para Vivir (no para hacer). ¿Qué es esto de Vivir para Vivir?
Tan acostumbrados estamos a vivir para hacer que hemos olvidado lo que es Vivir para Vivir.
Pero no hay que preocuparse: nuestro Corazón atesora ese conocimiento y lo vamos a redescubrir.
Nada hay que hacer, nada hay que decidir. Yo Soy Amor y Vida en el Aquí y Ahora y en la Unidad y Unicidad de una Naturaleza tan Viva como Divina donde todo, sin excepción, es Perfecto.
¡Deja de “hacer” y date la Gozada de Vivir para Vivir en el Aquí y Ahora de este Tiempo de Evolución-
Emilio Carrillo