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martes, 11 de marzo de 2014

IMPORTANCIA DE UNA BUENA RESPIRACIÓN.


La respiración es nuestra primera fuente de energía. 
Aumenta nuestra vitalidad física, psíquica, espiritual 
y nos ayuda a restablecer el equilibrio emocional porque controla los pensamientos, 
la electricidad de tu cerebro. Muchos se preguntan y cuál es la manera correcta de respirar?
Respirar conscientemente es saber cómo el aire que inhalas llena tu diafragma, pulmones, 
vientre y alimenta todas tus células, ¿De qué manera estas permitiendo entrar el oxígeno? 
Profundo, superficial, rápida, lenta…
Una respiración rápida y superficial denota una persona estresada, con miedo, ansiosa; 
una persona con respiración profunda y lenta está llena de armonía y tranquilidad. 
Obsérvate que al hacerte consciente de cómo respiras modificarás en cierta medida 
tu postura, abriendo paso a más oxigeno…
Al modificar tu respiración modificas la calidad de tus pensamientos, 
por lo tanto tu vibración, 
sabemos que la frecuencia de cada pensamiento genera una emoción…
Y como todo esta interrelacionado modificarás la salud de tu cuerpo, 
abriendo canales de emisión y recepción de lo que sucede en tu interior.

Los adultos utilizamos por lo general una tercera parte de nuestra capacidad pulmonar. 
Sin embargo, la cienca yóguica le da mucha importancia a la respiración: no sólo es 
nuestra fuente de energía vital, principio básico del pranayama sino que también facilita 
la limpieza del organismo, nos llena de vitalidad, oxigena los órganos y facilita la relajación 
de la mente y del cuerpo. Con la edad empezamos a utilizar sólo la parte alta de los pulmones, expendiendo el pecho y elevando los hombros, pero nos olvidamos de la parte media 
y baja de nuestro cuerpo, a donde también podemos expandir nuestra capacidad pulmonar.

Para mejorar la respiración, acuéstate boca arriba, y con las manos sobre tu vientre, siente cómo puedes inhalar profundamente haciendo que se expanda, como lo vemos en los niños recién nacidos que inflan su barriguita al respirar. Cuando haces esto, estás llenando de oxígeno también la parte baja de tus pulmones, podrás respirar más eficientemente y si lo haces con regularidad podrás volver esta tu respiración natural. La respiración yóguica comprende la parte alta, media y baja de tus pulmones; para practicarla, puedes poner una mano sobre tu abdomen y otra bajo tus costillas, y sentir cómo alcanzas todos estos niveles, expandiendo tus pulmones comenzando desde abajo, y viendo cómo se eleva tu ombligo y luego cómo exhalas también larga y profundamente, llevando tu ombligo hacia dentro.

Aunque hay tres tipos de respiración: 
abdominal, costal y clavicular, la ideal es la que integra las tres.

Clavicular: La atención se debe centrar en la parte más alta de los pulmones. 
En este tipo de respiración se deben levantar las clavículas. 
Para percibir con claridad la respiración clavicular, puede bloquear los músculos 
abdominales y las costillas oprimiendo las manos.

Abdominal: Es la más común. Durante la inspiración el diafragma debe bajar 
cuando entra aire en los pulmones. Mientras que en la espiración el diafragma 
debe subir.
1- Espire a fondo varias veces, trate de quedarse sin aire en los pulmones, 
expúlsalo todo contrayendo el abdomen. 
Sentirá que el aire quiere entrar a los pulmones por si solo, 
sobre todo si intenta mantenerlos vacíos durante unos segundos.
2- Procure que la espiración sea lenta, larga, profunda y silenciosa. 
Concéntrese en el movimiento del diafragma.
3- Emita el sonido Om, le ayudara a que la espiración sea continua y lenta. 

Costal: Esta relacionada con la región media de los pulmones y con la 
zona de las costillas o caja torácica.
1- Inspira manteniendo contraída el abdomen. Sentirá que el aire entra en la pared 
media y las costillas se separan. Tendrá que hacer un mayor esfuerzo que 
con la respiración abdominal.
2- Espire lenta y continuamente.
Haga una treintena de respiraciones con la caja torácica. 
Empezara a ser consciente que tiene que hacer un esfuerzo adicional una vez 
que inicie la respiración abdominal.

La respiración completa: Comience por una inspiración lenta. 
Luego debe vaciar bien los pulmones con una espiración profunda, 
llenar los pulmones con el descenso del diafragma, dilatar las costillas 
para que entre bien el aire y levantar las clavículas.
Se recomienda el doble tiempo en la espiración. 
Si inspira 6 segundos, retenga el aire dos segundos y comience una espiración 
muy lenta, de 12 segundos. 
Más adelante pruebe 8" (Inhalar), 4" (Retener) y 16" (Exhalar).

Más que aire:

Algunos de los beneficios que podemos obtener de una respiración correcta son:
Mejorar funcionamiento de los pulmones.
Mayor rendimiento físico.
Aumento de la relajación y la concentración.
Elimina la tensión muscular.
Se disminuyen los excesos de grasas en el organismo al quemar los restos tóxicos, 
pues las células reciben mayor oxigenación.
Favorece la circulación y el funcionamiento de los órganos vitales como el corazón.
Mitiga los desordenes, alteraciones o cambios de la energía vital.

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