Un día, hace algunos años, conversando con varios amigos, me percaté de lo pequeño de mi familia, y todavía rodando el dolor de algunas muertes recientes, me sentí mal cuando uno de ellos me dijo:
"-debes prepararte, porque uno se va quedando solo".
No cabe duda que si nadie nos enseñó a qué hacer con la vida, mucho menos nos asomaron qué hacer con la muerte, no sólo con la de los que queremos, sino con la nuestra.