La escasez como fuente de vida
El sentido común asegura que la saciedad es el estado ideal, pero el sentido común se equivoca: algunas personas prefieren (funcionan mejor con) la carencia o la escasez.
La necesidad puede ser un hueco o un tapón que tapa ese hueco.
Me explico:
Lo que mueve la vida son las necesidades y los deseos.
Las necesidades son esas carencias de elementos vitales sin los cuales no hay vida (aire, alimento, agua, evacuación de residuos alimenticios, descanso).
Los deseos también son carencias pero cuya satisfacción es menos urgente, perentoria, imprescindible que las necesidades. Son deseos: escuchar música, investigar, compartir, abrazar.
Volviendo a la primera oración, la necesidad es un hueco cuando se expresa naturalmente, cuando nos obliga a llenarlo para resolver la urgencia, aunque sabemos que tarde o temprano se repetirá la historia: comemos, damos por satisfecho el hambre, pero en unas pocas horas la sentiremos de nuevo.
Volviendo a la primera oración, la necesidad es un tapón que tapa el hueco cuando por algún motivo alguien necesita la necesidad, es decir que la persona con esta característica busca la ansiedad de la carencia, se moviliza para sentir hambre, cansancio, privaciones.
Lo digo de otro modo: las necesidades y los deseos son estímulos naturales para que se produzca el fenómeno vida (1), son la «zanahoria» que hace mover al ingenuo burro (2), son el atractivo que nos presenta el futuro para que avancemos hacia él, movidos, motorizados, dinamizados, empujados por ese hueco que nos genera malestar, del cual queremos salir (aliviarnos) con algo parecido a la mítica «zanahoria».
Para quienes ese atractivo futuro (la «zanahoria») es la necesidad, la carencia, el malestar por no tener, entonces se satisfacen saludablemente con la pobreza (no padecen pobreza patológica).
En suma: algunos se concentran en cancelar la carencia y otros se concentran en conservar la carencia.
Me explico:
Lo que mueve la vida son las necesidades y los deseos.
Las necesidades son esas carencias de elementos vitales sin los cuales no hay vida (aire, alimento, agua, evacuación de residuos alimenticios, descanso).
Los deseos también son carencias pero cuya satisfacción es menos urgente, perentoria, imprescindible que las necesidades. Son deseos: escuchar música, investigar, compartir, abrazar.
Volviendo a la primera oración, la necesidad es un hueco cuando se expresa naturalmente, cuando nos obliga a llenarlo para resolver la urgencia, aunque sabemos que tarde o temprano se repetirá la historia: comemos, damos por satisfecho el hambre, pero en unas pocas horas la sentiremos de nuevo.
Volviendo a la primera oración, la necesidad es un tapón que tapa el hueco cuando por algún motivo alguien necesita la necesidad, es decir que la persona con esta característica busca la ansiedad de la carencia, se moviliza para sentir hambre, cansancio, privaciones.
Lo digo de otro modo: las necesidades y los deseos son estímulos naturales para que se produzca el fenómeno vida (1), son la «zanahoria» que hace mover al ingenuo burro (2), son el atractivo que nos presenta el futuro para que avancemos hacia él, movidos, motorizados, dinamizados, empujados por ese hueco que nos genera malestar, del cual queremos salir (aliviarnos) con algo parecido a la mítica «zanahoria».
Para quienes ese atractivo futuro (la «zanahoria») es la necesidad, la carencia, el malestar por no tener, entonces se satisfacen saludablemente con la pobreza (no padecen pobreza patológica).
En suma: algunos se concentran en cancelar la carencia y otros se concentran en conservar la carencia.
AUTOR: FERNANDO MIERES
PUBLICADO: 29-10-2011
FUENTE: dineropsi.blogspot.com
FUENTE: dineropsi.blogspot.com
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Namasté