SER+POSITIVO
LA PÉRDIDA DE MI MAMÁ
Siempre he considerado que mi mamá se me fue por partes, es decir que
tuvo dos muertes, pues la perdí progresivamente, primero mentalmente, por su
pérdida de capacidad cognitiva producto de múltiples isquemias cerebrales que
le generaron una demencia vascular.
Ese fue un proceso lento de varios años, como unos seis (6) años dónde
poco a poco se fue desvaneciendo su memoria, dónde tuvo un par de caídas graves
con fractura del acetábulo que ameritaron dos operaciones y la implantación de
sus respectivas prótesis. Fue algo muy duro ver como esa mujer fuerte e
independiente se venía a menos día a día, una mujer que siempre tuvo su buen
vehículo, sus amistades, sus hobbies; acostumbrada a mandar y a disponer de su
vida a su antojo, ahora no podía ni siquiera salir sola a la calle…
Hay un hecho en relación a esto muy conmovedor y que lo vine a descubrir después de su fallecimiento; entre las cosas personales de mamá, en la mesa de noche de su habitación, estaba una pequeña agenda, en la que en su puño y letra tenía escrito en una especie de “plana de caligrafía” de manera repetida los nombres de todos nosotros (sus hijos) y muy especialmente el de papá, los repetía muchas veces, uno abajo del otro, un gran número de veces, ocupando así varias páginas de su pequeña agenda. Solo puedo pensar que, tal vez, al sentir que comenzaba a perder su memoria comenzó a escribir lo que más deseaba recordar, su querida familia.
Fue algo muy duro que a veces no deseo recordar, pues yo me convertí en su cuidador a tiempo completo ya que vivíamos juntos y mis hermanos Julio César y Elizabeth Coromoto vivían fuera de Caracas y
sus obligaciones laborales y familiares no le permitieron atenderla y
argumentaron que debía ser yo quién tenía que cuidarla…
Hay un hecho en relación a esto muy conmovedor y que lo vine a descubrir después de su fallecimiento; entre las cosas personales de mamá, en la mesa de noche de su habitación, estaba una pequeña agenda, en la que en su puño y letra tenía escrito en una especie de “plana de caligrafía” de manera repetida los nombres de todos nosotros (sus hijos) y muy especialmente el de papá, los repetía muchas veces, uno abajo del otro, un gran número de veces, ocupando así varias páginas de su pequeña agenda. Solo puedo pensar que, tal vez, al sentir que comenzaba a perder su memoria comenzó a escribir lo que más deseaba recordar, su querida familia.
Entre los primeros síntomas evidentes del inicio de su pérdida de
memoria, recuerdo que salía para el centro comercial y al pasar poco rato
regresaba muy molesta y confundida pues se había encontrado a una persona que
la había saludado con mucho cariño pero que ella no había podido recordar su
nombre. Esto también sucedía cuando en oportunidades salía a realizar alguna
compra y regresaba muy molesta pues según sus propias palabras se la había
olvidado “qué carajo había ido a comprar”
y eso la ponía de muy mal humor. Por sugerencia mía comenzó entonces a
anotar lo que necesitaba antes de salir.
Luego al reducir sus salidas manejando su vehículo, vinieron sus
misteriosas caídas caminando en la calle, sin mayor consecuencia que uno que
otro raspón en las rodillas, y ella llegaba riéndose contado que se había
vuelto a caer sin saber por qué. Ella lo tomaba a veces con buen humor pero
eran evidentes señales que algo estaba ocurriendo y que tal vez no supimos
detectar a tiempo. Después estos síntomas se irían agravando lo que hacía ya
imposible el permitir sus salidas a la calle sin compañía, con los
inconvenientes que esto trajo para nuestra relación familiar.
Fue algo muy duro que a veces no deseo recordar, pues yo me convertí en su cuidador a tiempo completo ya que vivíamos juntos y
y así lo hice.