La gratitud es una actitud interior, una emoción, que cuanto más la practicamos, más poderosa se siente.
Todos los días, al despertar en la mañana, hago un espacio de diez minutos (sí, ¡solo me lleva diez minutos!) para realizar unos ejercicios de respiración energizante, mientras enfoco la atención en agradecer por las cosas que aprecio en mi vida...