“La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar.”
Esta genial frase del escritor y teólogo escocés Thomas Chalmers, bien resume lo que podríamos considerar los ingredientes para una vida plena. Si la analizamos con detalle, nos damos cuenta de que estos principios no son nada del otro mundo, en realidad son bastante obvios y sencillos, y llevados a cabo con constancia, dedicación y entusiasmo nos llevarán por el sendero correcto en nuestras vidas.
Empecemos por el principio. Según la frase, hay que tener siempre algo que hacer. En realidad, si nos paramos a pensarlo, siempre estamos haciendo algo. No es posible estar sin hacer nada, incluso al dormir estamos haciendo algo. Sin embargo, la esencia de esta afirmación está en hacer cosas llenas de sentido, llenas de valor. En definitiva, dedicar tiempo a hacer cosas que sabes que darán un resultado, a veces más pronto y a veces más tarde, pero hacerlas con la convicción de estar avanzando.