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martes, 29 de mayo de 2012

ARMANDO REVERÓN (1889 - 1954)



Armando Reverón, el creador de fórmulas cromáticas avanzadas, nació en Caracas el 10 de mayo de 1889, en el seno de una familia acomodada. Creció en un hogar sin grandes afectos y lleno de problemas familiares. La incompatibilidad de caracteres de sus padres, lo llevaron a vivir a Valencia en casa de una familia amiga.- Es posible que estos trastornos del núcleo familiar hayan influido, tiempo después, en su espíritu. Permaneció en Valencia hasta los 15 años. Ya en esta época las formas y los colores atraían poderosamente su atención. Su vocación artística tenía eco en un hermano de su madre, quien lo alentó y ayudó en sus comienzos. En 1904 regresó a Caracas para inscribirse en la Escuela de Bellas Artes. Ese tiempo se caracteriza por la transición que experimentaba la pintura venezolano. El impresionismo, muy en voga en Europa, empezaba a influir las tendencias pictóricas venezolanas. Reverón tuvo, también, su período impresionista, pero sólo fue un puente hasta encontrar su propia expresión.


                           
                                       
En 1911 se presenta a un Concurso de Pintura en donde obtiene la calificación de sobresaliente. A consecuencia de este éxito organiza su primera exposición en la Escuela de Música y Declamación en donde se inicia su consagración como pintor. Después de este triunfo parte a Europa y se inscribe en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, en 1911. Después de un año de estudios, regresa a Caracas. La influencia recibida durante ese año en España le hace mucho bien. Asimila las técnicas imperantes en el viejo mundo y se convierte en un profundo admirador de los artistas españoles de la época. Un segundo viaje a España lo lleva a ingresar a la Academia de Bellos Artes San Fernando, de Madrid. A principios del siglo el panorama pictórico español estaba dominado por un grupo de artistas que se rebelaban contra la pintura académica. Reverón fue partícipe de esta inquietud, que reveló, tiempo después, en algunas de sus obras. Estudió las obras de Goya, el Greco y Zurbarán. Este último tuvo ascendiente en algunas de sus obras. Durante su estada en España recibió una invitación para ir a París, en donde permaneció una breve temporada. En 1915 regresa definitivamente a su patria.


                                                                          


La vida privada del artista estuvo estrechamente ligada a su obra. De carácter variado, a veces hermético a veces comunicativo, tenía tendencia a caer en estados melancólicos. Desde muy joven sufrió perturbaciones mentales que alteró, en algunas épocas, la continuidad de su producción. Su médico psiquiatra - el Dr. J. M. Báez Finol- dijo de él: "Reverón siempre fue un esquizofrénico". Consideraba que la fiebre tifoidea que el artista padeció en Valencia en 1912 y la muerte de su madre, acaecida en 1943, fueron los episodios más determinantes de su perturbación mental.

                                      


En sus primeros lienzos se nota una marcada predilección por los ambientes de misterio y fantasía atribuido al contacto con Goya y Zuloaga. A su regreso de la Península, su pintura adquiere un carácter sombrío con tonalidades fuertes y oscuras. Ya en Venezuela, toma contacto con el ruso Ferdinandov, acuarelista, y Mützner, impresionista rumano. Ambos pintores lo influyeron notablemente. Con Ferdinandov vivió breve tiempo en Punta de Mulatos. El impresionismo se hace notorio en su época azul o puntillista, que es cuando empieza a desaparecer la influencia española. Se ha llamado época azul por ser este color el predominante en sus lienzos. Se puede decir que este periodo comenzó, más o menos, en 1919 y terminó en 1923.

                       


El período azul fue el más breve de todos. La obra predominante es "la Cueva". De esta etapa podemos mencionar: "Figura bajo un uvero", "La Trinitaria" y "Fiesta en Caraballeda".
Al finalizar 1917, Reverón se establece en La Guaira en el local del Colegio "Santos Michelena". Se ganaba la vida dando clases particulares. Alfredo Boulton, en su libro "La Obra de Armando Reverón", dice: "Era un hombre quieto, más bien taciturno y hermético, con cierta dificultad de expresión; de poca sociabilidad. Durante el tiempo que estuvo en La Guaira hizo apuntes al carboncillo y fue poca su obra al óleo".

                                   

En 1918 conoció a Juanita Ríos, quien fue su modelo, su compañera y luego su esposa. Muchos de los desnudos, pintados en Macuto, fueron hechos a Juanita.

                                         

En 1921 Reverón se radica en Macuto. Es el periodo en que una nueva interpretación de la luz se hace presente. Construyó su rústica vivienda a la sombra de los cocotales, los almendros y las uvas de la playa. Al trasladarse a Macuto su vida cambió. Estuvo lleno de excentricidades, reflejo de su personalidad cada vez más esquizofrénica Se dedicó a una serie de experimentos con la luz tropical. A tal punto, que llegó un momento en que eliminó toda clase de colorido, conservando tan sólo para sus armonías el sepia de sus lienzos de tela basta y el blanco.

                                       


La teoría que desarrolló del complicado problema visual en relación al color y a la luz, fue revolucionaria, no sólo en el ámbito nacional, sino mundial. Estudió a fondo el fenómeno cromático, llegando a la conclusión que sólo la luz valía.
De 1923 a 1924 fue un período de transición en su trabajo Pictórico. En 1925 – 1926 se inicia su época blanca que fue de gran aporte a la pintura mundial. Es el más importante y característico de su producción, y en el cual evolucionó totalmente la teoría del valor de la Luz Tropical y aportó un nuevo concepto de la acción alteradora que ejerce en los colores la intensidad luminosa. Este período es explicado por A. Boulton, como sigue: "búsqueda de una nueva síntesis que correspondía a planteamientos muy concretos sobre la fuerza y el valor expresivo de la Luz. Este periodo se vio caracterizado por el sometimiento de las formas, los volúmenes y los colores, al color blanco".

                                          

Desde 1929 su pintura se hace más densa y directa adquiriendo un sello personal. El periodo blanco concluyó hacía 1934 – 1935. En 1936 se inicia su época sepia en el cual utilizaba el propio color sepia de la tela en su estado casi virgen.

                                          

Aparecen, aquí, varias gamas de tierras y su producción adquiere importancia por la manera de aplicar la pasta. Muy representativo de esta época es su cuadro "Cocoteros". Usaba con frecuencia los tonos amarillos, anaranjados y ocres, como se aprecia en sus desnudos. El periodo sepia dio una nueva dimensión al paisaje del Litoral. Eliminó, por completo, los azules de las sombras. Este periodo, el más largo de todos, termina en 1949. Los años de este periodo marcan cierta preferencia por la figura humana. Estas tonalidades le acompañan hasta sus últimas obras. Los cuadros de esta época tienen gran vigor y seguridad.
Alfredo Boulton, que lo conoció, cuenta en su libro, que Armando Reverón tenía una manera muy especial de pintar. "Gesticulaba con movimientos rápidos, nerviosos, impulsivos". Su cuerpo entero mantenía el ritmo de sus rápidos pensamientos y sugerencias. "Envestía el lienzo como ante la presencia de un toro. Apretaba fuertemente su cintura y tapaba sus oídos para aislarse del ruido exterior. Pintaba desnudo de la cintura hacia arriba".

                                   

La técnica del empaste en la obra de Reverón es un proceso que merece párrafo aparte. Pasó por diferentes etapas. Antes de 1934 utilizó dos maneras muy diferentes de empastes. La primera se caracterizó por su espesor y por un trazado pequeño, nervioso, agresivo. Del empaste diluido de "Marina", pasó al toque puntillista de "figura bajo un Uvero". A partir de 1934 su pincelada adquirió un sentido especial. Después de 1940 sus pincelas fueron más directos, incisivas. "Después de la década del 40, dice Boulton, su rasgo se hizo más rudo. Esto se debió, acaso a la sequedad que el artista le daba a la materia colorante, hasta el punto de llegar a perder totalmente su jugosidad plástica, la cual le condujo, casi fatalmente, a utilizar en sus últimas tiempos tizas, carboncillos y pasteles".
En 1945 es internado en el Sanatorio del Dr. Báez. Estuvo inactivo cerco de dos años. Del Sanatorio regresa a Macuto y entra ya en la etapa final de su producción. En 1948 Utiliza tizas y lápices de colores. Este mismo año expone en el Taller Libre de Arte. Otra exposición de su período blanco es presentada en el Ateneo de Caracas.

                                     

En 1951 se presenta una exposición de sus obras en el Hogar Americano. En 1952 su estado mental es inquietante. Su producción baja y su calidad artístico empieza a resentirse.
En 1953 Armando Reverón recibe el Premio Nacional de Pintura en el Salón Oficial Anual de Arte Venezolano. Más los premios "Federico Brandt" y "Jhon Boulton".

                                     

El mismo año es internado, ya definitivamente, en el Sanatorio Son Jorge, en donde muere de una embolia cerebral el 18 de septiembre de 1954. Al año siguiente de su muerte se organiza una exposición retrospectiva de su obra en el Museo de Bellos Artes. Fue una muestra de 399 obras realizadas entre los años 1910 y 1954. Una selección, realizada de estas obras, se llevó a Estados Unidos. Fueron 55 obras que se presentaron en el Instituto de Arte Contemporáneo de Boston en diciembre de 1955 y que se clausuró en octubre de 1956 en la Galería de Arte Corcoran de Washington. En 1960 se instituye la Bienal "Armando Reverón".

                       

Durante los ocho meses que pasó en el Sanatorio, antes de morir, su sensibilidad no le abandonó. Hasta el momento de su muerte gozó de pleno dominio de sus facultades artísticas. Doce fueron los cuadros que realizó en el Sanatorio. Sus modelos eran los propios enfermos, las enfermeras o los jardines del hospital. Uno de sus últimos cuadros, que pertenece al Museo de Bellas Artes se llamó "Paisaje".
Armando Reverón no dejó escuela ni seguidores. Su estilo se alejó siempre de la rutina, del conformismo. Creó la expresión.
Era personalista hasta en el modo de utilizar el pincel. El problema luz-color fue vital en su vida. Su dibujo es recio y sólido. Su obra es variada en calidad; de gran sinfonía plástica en cada período, alcanzando siempre una alta creatividad.

                        

La pintura de Reverón es realista, intensa. Nunca tuvo contrastes estridentes. En sus cuadros se encuentra mesura en el color y armonía fría.
Reverón marcó una época. No sólo en vida fue personalista, sino que, después de muerto, lo ha seguido siendo. El hecho de no dejar seguidores, le imprime una condición especial a su obra. Su estilo fue único y seguirá intacto a través de la historia de la Pintura Venezolana.

                                       

           Se escogió el día del nacimiento de este importante pintor venezolano 
                                                  el 10 de Mayo como 
          DIA DEL ARTISTA PLASTICO.

FUENTE: 
http://www.efemeridesvenezolanas.com/html/reveron.htm
Imágenes: Google

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