Translate - Traductor

jueves, 10 de mayo de 2012

El justo medio

                                               



Trabajaban en la casa, habitación de por medio. Ella, que era química, se encerraba en su laboratorio y pasaba horas observando un mundo a través del microscopio. Él, astrónomo, pegaba el ojo al telescopio en cuanto empezaba el día. Hasta la noche, no se cruzaban ni se dirigían la palabra. Al acercarse la hora de la cena, iba creciendo su ansiedad por encontrarse. Todo era alegría entonces: un matrimonio perfecto . . .
Tuvieron un hijo. Gigante para su madre, minúsculo a los ojos del padre. A nadie le resultaron llamativos sus problemas de vista; usó anteojos desde muy chico. Creció con los años. Durante un tiempo, pasaba de una idea a la opuesta en un instante, pero el padre siempre se quejaba de su corta visión de futuro y la madre le aconsejaba que prestase más atención a los detalles del momento.
Cuando conoció a la oftalmóloga con la que se casaría, ya era un extremista de la moderación. Poco después del matrimonio, la esposa quedó embarazada. Tuvieron dos hijos: uno, muy alto, al que la abuela le prodigaba todo su cariño; la otra, menudita, a quien el abuelo no le quitaba los ojos de encima. Los mellizos cumplieron cinco años y la madre advirtió que no veían bien. Les recetó anteojos. A él, para ver de cerca y a ella, para ver de lejos.

TOMADO DE: 

Breves extrañamientos de Salvador Biedma

PUBLICADO POR:
SANDRA BIANCHI 
EN:

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mil Gracias por su visita en SER+POSITIVO y por dejar su comentario. Esperamos seguir disfrutando de sus visitas.
Un abrazo de luz y muchas bendiciones.
Namasté